Soy Katherine

Descargar en PDFImprimir

Esta es la primer publicación que hago después de mucho tiempo. Aunque, lo había iniciado como para expresar un poco lo que me iba pasando, al final lo dejé, por falta de tiempo, ganas, y bueno, porque tengo la particularidad de empezar cosas, aburrirme y dejarlas, o, empezar varias cosas a la vez, y no terminar concretando ninguna.

.En fin, esta publicación, es un poco para explicar “el origen”, de mi condición como trans. Y lo pongo entre comillas, porque en realidad, buscar el verdadero origen, es mucho más complicado que esto que voy a pasar a relatarles.

Fue aproximadamente hace unos 5 años. En el año 2014. A principios de ese año había entrado una compañera a trabajar con nosotros. Era una chica jovencita, no es que yo no lo sea, claro, pero tenía 18 añitos en su momento, y como que eso fue una novedad, teniendo en cuenta que los demás íbamos de los 20 años para arriba. Me llamó muchísimo la atención, cuando mencionó que su mamá le había puesto su segundo nombre, por una canción de los beatles. Ahí fue cuando dije, esta chica me va a caer bien. Le escribí, y empezamos a hablar. Compartíamos varias cosas, pero 2 de las más importantes, fueron nuestro gusto por la música, y la literatura. Empezamos a compartir libros, artistas musicales, pero libros más que nada. Siempre estábamos leyendo un libro nuevo y recomendándolo, o a veces hasta nos lo pasábamos para que pudiéramos leerlo.

Una de esas tardes en las que salíamos de trabajar, ella me acompañó hasta la entrada del subte. Entre tantas cosas que íbamos hablando, me dice:
—¿Sabés a quien tendrías que leer vos? A Gabriel Rolón. —Me dijo.
—¿Y quién es? —Le pregunté.
—Es un psicólogo…
—Nhaaa, olvidate, yo de psicología no quiero saber nada. Freud y toda esa onda a mí no me van.
—Nooo, pero esto es distinto. El chabón te cuenta historias de sus pacientes, o sea los que van a atenderse con él. Cambiando lugares, nombres y todo eso, pero en sí son las historias que a él le toca tratar.
Obviamente, me pasó el libro y lo leí. A medida que iban transcurriendo las historias, entendía por qué las personas terminaban yendo al psicólogo, y mi mente comenzó a abrirse un poco más, a algo a lo que, hasta antes de eso, yo no le veía sentido.
Una de esas historias, en algunos de sus libros, no recuerdo en cual, porque luego descubrí que sacó varios en el mismo sentido, me llamó muchísimo la atención.
Se trataba de un cura, sacerdote, que, mediante el tratamiento psicológico, descubría que era homosexual. Y que además, había tenido fantasías homosexuales con uno de sus mejores amigos de la adolescencia. ¿Yo me dije, si un cura, con todos los prejuicios que tiene, se anima a hablar de eso, por qué yo no podía hablar de lo que, hace muchísimo tiempo me venía pasando?
Y así fue, que me animé a ir al psicólogo por primera vez, y a contar lo que me pasaba…
Desde muy muy chica, no recuerdo bien cuando empezó, yo tenía sueños, y creaba historias en mi mente, en los que yo era una niña. A veces una princesa, a veces una niña que, sin posibilidades económicas tenía que enfrentarse a los problemas de la vida. A veces tenía muñecas para jugar, otras veces no. A veces tenía vestidos hermosos para ponerme, otras veces no. A veces mi imaginación iba más allá, y tenía alas con las que poder volar, o me enfrentaba a monstruos, animales, personas o seres con poderes sobrenaturales.
Desde los 13, y hasta los 15, tuve la oportunidad, en muchas ocasiones, de quedarme sola en casa. En esos momentos, me vestía con la ropa de mi mamá. Sí, vestidos, sandalias, hasta corpiños, poniéndome medias para simular los pechos. Yo, directamente, no lo entendía. ¿Cómo es que un hombre, podía querer ser mujer?
Fueron muchas las razones por las que jamás se lo pude contar ni a mi familia, ni a nadie, y por las que jamás encontré la forma de enfrentarlo. Además, a mi me gustaban las mujeres. Como puede ser que me guste eso, que sueñe con eso y que me vista como mujer, siendo que me gustan las mujeres? Era algo que no entendía, algo que no podía aceptar ni tolerar. Porque, sí, dentro mío, aunque vivía con esto, también yo tenía prejuicios. Los prejuicios sobre mi misma, los prejuicios que me habían inculcado, los prejuicios existentes en la sociedad, en la iglesia, en la escuela...
Desde los 16 en adelante, aunque los sueños y las historias siguieron existiendo, como nos mudamos y la organización era otra, además, ya no tenía la oportunidad de quedarme sola, no pude vestirme con ropa de mujer.
Un paréntesis: ¿Por qué Katherine? En realidad, no lo sé. No sé si conocí a alguien con ese nombre, no sé si me lo dijeron y me gustó, no sé si apareció en mi mente… El recuerdo más viejo que tengo sobre eso, es de cuando salió la película de Casper, (Gasparín). La protagonista de la historia se llama Katlin. En un momento de la película, ella se presenta a su nuevo curso y les dice: “ me llamo Katlin, pero pueden decirme Kat”. Y el resto de los compañeros, dice: “¡Miaaauuu!”, haciendo referencia a los gatos, claro está. Y yo pensé, con mis entre 6 y 7 añitos, O sea que si yo les digo que me llamo Katherine, también me van a decir Kath? No… Pero si yo no me llamo Katherine. Igual, me gusta Kathy antes que Kath, así que tienen que acostumbrarse a ese. Hay otras muchas anécdotas de mi infancia, de antes de los 13, pero preferí remitirme a lo más relevante, porque esto ya se está haciendo muy largo.
En fin, cuando inicié el tratamiento psicológico, le conté, y con muchísimo miedo, a mi psicóloga, estas cosas y tantas otras más relacionadas. Desde entonces, empecé un largo proceso, en el que intenté escribir esas historias de mi mente (una de ellas está en este mismo blog, y las otras tal vez lo estén en el futuro si tengo ganas y tiempo…) pero no funcionó. Yo necesitaba algo más, necesitaba encontrar la verdad, mi verdad, encontrarme a mí misma…
Así fue, como 2 años después de a ver iniciado el tratamiento, cansada de buscar respuestas y no encontrarlas, decidí hacer algo tan sencillo, como googlear. Mi primera búsqueda, fue “hombres que se visten de mujeres”. Y entendí, que eso no era lo que yo quería. La segunda, fue más específica. “hombres que se sienten mujeres”. Ahí, llegué a la página de una diputada española, que es transexual, en la que hay muchísima información, incluso hasta teorías que explicarían el por qué de la condición como trans.
Desde entonces, habiendo entendido lo que me pasaba, comencé a tratar de enfrentarlo. Y es así, como inicio un enorme proceso, que al momento de publicar esto, ya está llegando a su fin, ya con mi partida de nacimiento en trámite.
Hay muchísimas personas que me acompañaron en todo este proceso. Muchas a las que conocía de antes, otras a las que fui conociendo a medida que iba avanzando, que me abrieron las puertas de su corazón, y me dejaron entrar en sus vidas. No tengo más que agradecerles desde lo más profundo de mi alma y de mi corazón. Porque gracias a estas personas, pude avanzar hasta llegar a donde estoy hoy, a encontrarme definitivamente conmigo misma, y a ser quien soy, quien siempre tuve que haber sido: Katherine.
Acá está la página: No hace falta que lean todo, solo hasta donde empieza la parte de las cirugías. Lo primero sí es importante: Informe sobre transexualidad.

7 comentarios sobre “Soy Katherine

  1. Hola Nachy! estoy muy emocionada por vos, con lágrimas en los ojos, siempre admire tus intervenciones en los plenarios que compartíamos, siempre crei que eras muy política, marxista y buena haciendo síntesis, y también me alegraba verte en las marchas como Katy. Realmente me siento alegre saber que diSte todos estos pasos.
    Gracias por hacerlo público. Felicidades.
    Te admiro mucho. Soy Yesi tu compañera del PTS

    1. Muchísimas gracias! Estoy muy ausente de todo eso, lamentablemente. A pesar de todo esto, todavía me faltan muchas cosas por resolver, así que no sé cuando volveré. Por ahora sigo colaborando de otras formas no tan visibles

  2. Soy una completa extraña que cayó por casualidad en tu blog. Pero tus palabras me conmovieron y me hicieron quererte incluso sin conocerte. Me llena de alegría conocer historias de valentía y liberación como la tuya. Ser uno mismo es difícil, pero es lo único que vale la pena en esta vida. Te deseo que seas auténtica siemprey que nunca dejes de persiguir tus sueños. Te abrazo

  3. Muchas gracias por tu visita a mi blog y por tus palabras. Aquí vine a conocerte y me he suscrito, voy descubriéndote. Gracias mil!

Responder a FlorCancelar respuesta