Querido diario
listenButton1.onclick = function(){ if(responsiveVoice.isPlaying()){ responsiveVoice.cancel(); }else{ responsiveVoice.speak("Pequeño cuentito escrito durante la cuarentena, originalmente para el proyecto Letras del alma Silvana en facebook. Querido diario. Estoy re aburrida. Ya estoy cansada de estar encerrada en mi casa. Me cansé de jugar con el celu, de ver la tele, de pelear con papá y mamá, y también con mi hermano. Extraño mucho a mis tíos, mis primos, mis abuelos, a las seños, y a todos mis compañeritos de clase. Ya no tengo nada que hacer. Intenté de todo, pero con todo me aburro. Mi abuela me dijo que, si cierro los ojos y cuento hasta 10, puedo ir al lugar que yo quiera. No importa donde sea ese lugar. Ni como yo me lo imagine. Solo tengo que contar, y cuando termine, voy a estar ahí. Lo voy a intentar, espero que funcione. ¡1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10! Ahora, estoy en una plaza. Es re linda, y está llena de nenes y nenas como yo, que solo quieren jugar afuera. Hay un sol re grandote. No hay ni una sola nube en el cielo. Miro para todos lados, y elijo un juego. Primero, voy corriendo al sube y baja. Me subo, y me siento a esperar. Se acerca una nena, y nos ponemos a jugar las 2 juntas. Sube, baja. Sube, baja. Después de un rato, nos bajamos, nos juntamos con 2 nenes, y vamos a la calesita. Nos ponemos a girar y girar, hasta que empezamos a marearnos. Nos bajamos, y nos vamos los 4 a las hamacas. Es re lindo sentir como el viento nos vuela el pelo. Nos bajamos, nos juntamos con más nenes, y corremos hacia el tobogán, a ver quién llega primero y se tira. Los demás, nos vamos tirando en fila. Y por último, nos sentamos alrededor del arenero, y nos ponemos a hacer un castillo todos juntos, cada uno haciendo un pedacito. Al final, nos paramos, y nos damos todos un abrazo gigante, prometiendo que nos vamos a ver la próxima vez. Vuelvo a abrir los ojos. Estoy en casa otra vez. Al final, mi abuela tenía razón. ¡Me divertí mucho! ¡Y ni siquiera salí de mi casa! Me gustaría que todos pudieran hacer eso. Así, ningún nene se sentiría solo, y todos tendríamos alguien con quien jugar, aunque sea un ratito.", "Spanish Latin American Female"); } };
Pequeño cuentito escrito durante la cuarentena, originalmente para el proyecto Letras del alma Silvana en facebook.
Querido diario. Estoy re aburrida. Ya estoy cansada de estar encerrada en mi casa. Me cansé de jugar con el celu, de ver la tele, de pelear con papá y mamá, y también con mi hermano. Extraño mucho a mis tíos, mis primos, mis abuelos, a las seños, y a todos mis compañeritos de clase. Ya no tengo nada que hacer. Intenté de todo, pero con todo me aburro.
Mi abuela me dijo que, si cierro los ojos y cuento hasta 10, puedo ir al lugar que yo quiera. No importa donde sea ese lugar. Ni como yo me lo imagine. Solo tengo que contar, y cuando termine, voy a estar ahí. Lo voy a intentar, espero que funcione. ¡1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10!
Ahora, estoy en una plaza. Es re linda, y está llena de nenes y nenas como yo, que solo quieren jugar afuera. Hay un sol re grandote. No hay ni una sola nube en el cielo. Miro para todos lados, y elijo un juego.
Primero, voy corriendo al sube y baja. Me subo, y me siento a esperar. Se acerca una nena, y nos ponemos a jugar las 2 juntas. Sube, baja. Sube, baja. Después de un rato, nos bajamos, nos juntamos con 2 nenes, y vamos a la calesita. Nos ponemos a girar y girar, hasta que empezamos a marearnos. Nos bajamos, y nos vamos los 4 a las hamacas. Es re lindo sentir como el viento nos vuela el pelo. Nos bajamos, nos juntamos con más nenes, y corremos hacia el tobogán, a ver quién llega primero y se tira. Los demás, nos vamos tirando en fila. Y por último, nos sentamos alrededor del arenero, y nos ponemos a hacer un castillo todos juntos, cada uno haciendo un pedacito. Al final, nos paramos, y nos damos todos un abrazo gigante, prometiendo que nos vamos a ver la próxima vez.
Vuelvo a abrir los ojos. Estoy en casa otra vez. Al final, mi abuela tenía razón. ¡Me divertí mucho! ¡Y ni siquiera salí de mi casa! Me gustaría que todos pudieran hacer eso. Así, ningún nene se sentiría solo, y todos tendríamos alguien con quien jugar, aunque sea un ratito.