Una palabra

listenButton1.onclick = function(){ if(responsiveVoice.isPlaying()){ responsiveVoice.cancel(); }else{ responsiveVoice.speak("Una palabra, no dice nada. Y al mismo tiempo, esconde un microcuento. ¡Buenas de nuevo! Acá, continuamos con esta serie de microcuentos, mientras que parafraseamos al cantautor cubano Carlos Varela. En esta oportunidad, en algunos casos fueron palabras que se me venían a la mente, así, de la nada. En otros, palabras que pedí que me sugirieran tanto en la lista de difusión del blog por whatsapp, como por redes sociales. ¿Te gustaría participar? ¿Tenés tus propios microcuentos para subir? ¡No dudes en compartirlos en las redes! Y bueno, añadir que, si bien los comparto en estados de whatsapp e historias de redes sociales, y obvio, en twitter, la mejor red social del mundo, y sin duda la única de microblogging que realmente vale la pena, lo que ocurre, es que, a menos que tengan una reacción o algo así, olvido fijarme quien los vio. Así que en realidad, no sé si esto de darle difusión así, está funcionando. Pero en fin, nada de eso importa, ya que, sea como sea, sí van a quedar subidos al blog, para que estén disponibles para todos mis lectores. Sin más que decir por el momento, acá empezamos. Una palabra Calle. Sabía que tenía que cruzar la calle. Esperó a que el semáforo cambiara, y lo hizo. Y del otro lado, se encontró nada más y nada menos, que con una versión distinta de sí misma. Parecida hasta en el más mínimo detalle. Pero tan diferente, como el agua y el aceite. Dulce. \"qué dulce sos\", le dijo él. Dicen que ciertos tipos de veneno, también lo son\", le respondió ella. Se le acercó, y mientras lo besaba, lo apuñaló con una tijera en el cuello. Continuaba sonriendo como loca horas después, cuando la encontraron junto a su cadáver. Lluvia. Siempre que salía a caminar, lo hacía bajo la lluvia. Le traía paz, calma, tranquilidad. Curaba así, todas sus penas y males. Pero un día, al tiempo de haber salido, dejó de llover. Y ella, dejó de caminar, para empezar a correr. Esta vez, bajo el cálido sol. Piedra. \"Las personas se van para que otras lleguen a nuestras vidas. No es tan difícil soltar, dejar ir. Casi nunca veo a la misma persona 2 veces\", le dijo. \"Qué fácil es para alguien que tiene el corazón de piedra\". Le respondió la joven, mirando de frente a la estatua. Cama. Se despertó a las 3 de la mañana. A las 5, ya estaba cansada de dar vueltas en la cama. Se levantó, se preparó un café, y decidió empezar el día más temprano. Lo que no sabía, era que era el último día de su vida. Quizás sabiéndolo, podría haber dormido un poco más. Pogo. Y después del pogo más grande de su vida, comprendió que la verdadera felicidad, estaba en disfrutar con todo su ser, de los buenos momentos. Porque cada uno de ellos, era único e irrepetible. Cómplice. \"Necesito un cómplice\". Dijo ella. \"Para qué? Para enterrar un cadáver\"? Le preguntó su amiga. \"No, se me da mejor la cocina que la jardinería. Mejor lo cortamos, lo metemos en el congelador, y mañana tenemos carne para hacer empanadas\". Asesina. La asesina miró con desprecio el cadáver frente a ella. Su última víctima. Ojalá le pagaran más por matar a personas importantes. Debería exigir un poco más. Al fin y al cabo, el trabajo sucio, lo hacía ella. Le pegó con una ramita que encontró, y se fue. Flor. Pensó en llevarle una flor, en hacérsela llegar de alguna forma. Con una amiga? Entendería el mensaje? Al final, desistió. A veces, la primavera es para todos. A veces, solo para algunos. Y llegó a la conclusión, de que era ella misma, quien debía florecer. Lentes. Sus lentes eran especiales. Con ellos podía ver el pasado, y el futuro. Todo aquello que había acontecido, e iba a acontecer. Pero no podía ver el presente. Y eso, no le permitía tener conciencia del mundo que la rodeaba. Olas. Se encontraba sentada en la playa, frente al mar. Las olas golpeaban con fuerza la orilla. El sonido la relajaba, la tranquilizaba. Le producía una calma absoluta. Y solo así, pudo encontrar la paz que tanto necesitaba. Interdependencia. A cientos de kilómetros de distancia, reían al mismo tiempo. Lloraban al mismo tiempo. Miraban al mismo tiempo el amanecer. Un día, sucedió que se encontraron. Y comprendieron que la interdependencia que sentían, no estaba en sus mentes. Sino, en sus almas. Existencia. Caminó hacia el borde del precipicio. Vio su reflejo en el agua, y fue consciente por primera vez, de su propia existencia. De su pasado, presente y futuro. Y comprendió que a pesar de todo, aún tenía mucho por qué vivir. Universo. Después de haber recorrido todo el universo, de haber atravesado cientos de miles de planetas con su nave espacial, se dio cuenta de lo realmente pequeñita que era. Pero a su vez, cuan grande había sido para todos aquellos que la habían conocido. Placeres. Se sentó en un almohadón en el piso, con el plato de comida sobre las piernas, y su álbum favorito sonando en el parlantito bluetooth que tenía. \"Comer y escuchar música, son los mejores placeres de la vida\". Se dijo. Y sonrió realmente feliz. Agradecimiento. Él, sabía que su vida se apagaba. Rodeando la cama del hospital, todos sus hijos y nietos, le hacían compañía. abarcándolos a todos con la mirada, les dijo: \"Al final, lo mejor que me llevo de esta vida, es el agradecimiento que siento, por haberla vivido\". Amor. \"Qué día\"! Se dijo, mientras regresaba a su casa. Se había peleado con su pareja, y sus padres le habían gritado por no seguir la carrera que ellos querían. Pero entró, y su perrita la recibió saltando de alegría. Y entendió que allí, estaba el amor que tanto necesitaba. Cisne. Soñó que era un cisne. En su sueño, el cisne alzaba el vuelo con majestuosidad. Pero al instante, una flecha le atravesaba el corazón, y caía en picada hacia el agua. El arquero, era el propio cupido. Y comprendió que conocería el amor, el mismo día de su muerte. Abrazo. Estaban marchando juntas. Eran grandes amigas. Pero fue en el abrazo que le dio, así, de la nada, cuando comprendió la razón por la que estaban ahí. Y el peso de sus historias, de quienes les habían precedido, se hizo presente en toda su extensión. Orgullo 2022. Quieto. \"Quedate quieto\"! Le dijo la madre a su hijo. \"No ves que si no no puedo cortarte el pelo\"? \"Ah, el pelo? Yo pensaba que lo que me estabas queriendo cortar, eran las orejas\". Le respondió él. Colecciones. En su vida, había tenido colecciones de muchas cosas. De monedas, de bolitas, hasta de figuritas. Pero la que más apreciaba, era la de verdaderos buenos amigos. Luna. Siempre había adorado a la Luna. era su guía, su musa, su diosa. Su verdadera y gran inspiración. Hasta que un día, conoció a una persona tan maravillosa y especial, que la dejó de lado. Esta, al sentirse desplazada, la mató. Y le dijo \"Tu amor será mío, o no será de nadie. Hasta acá llegamos por ahora. ¡Espero les haya gustado! Como siempre, no duden en seguirme en las redes sociales, y en compartir los cuentitos. ¡Saluditos, y hasta la próxima entrada!", "Spanish Latin American Female"); } };

Una palabra, no dice nada. Y al mismo tiempo, esconde un microcuento. ¡Buenas de nuevo! Acá, continuamos con esta serie de microcuentos, mientras que parafraseamos al cantautor cubano Carlos Varela. En esta oportunidad, en algunos casos fueron palabras que se me venían a la mente, así, de la nada. En otros, palabras que pedí que me sugirieran tanto en la lista de difusión del blog por whatsapp, como por redes sociales. ¿Te gustaría participar? ¿Tenés tus propios microcuentos para subir? ¡No dudes en compartirlos en las redes! Y bueno, añadir que, si bien los comparto en estados de whatsapp e historias de redes sociales, y obvio, en twitter, la mejor red social del mundo, y sin duda la única de microblogging que realmente vale la pena, lo que ocurre, es que, a menos que tengan una reacción o algo así, olvido fijarme quien los vio. Así que en realidad, no sé si esto de darle difusión así, está funcionando. Pero en fin, nada de eso importa, ya que, sea como sea, sí van a quedar subidos al blog, para que estén disponibles para todos mis lectores. Sin más que decir por el momento, acá empezamos.

Una palabra

  1. Calle. Sabía que tenía que cruzar la calle. Esperó a que el semáforo cambiara, y lo hizo. Y del otro lado, se encontró nada más y nada menos, que con una versión distinta de sí misma. Parecida hasta en el más mínimo detalle. Pero tan diferente, como el agua y el aceite.
  2. Dulce. “qué dulce sos”, le dijo él. Dicen que ciertos tipos de veneno, también lo son”, le respondió ella. Se le acercó, y mientras lo besaba, lo apuñaló con una tijera en el cuello. Continuaba sonriendo como loca horas después, cuando la encontraron junto a su cadáver.
  3. Lluvia. Siempre que salía a caminar, lo hacía bajo la lluvia. Le traía paz, calma, tranquilidad. Curaba así, todas sus penas y males. Pero un día, al tiempo de haber salido, dejó de llover. Y ella, dejó de caminar, para empezar a correr. Esta vez, bajo el cálido sol.
  4. Piedra. “Las personas se van para que otras lleguen a nuestras vidas. No es tan difícil soltar, dejar ir. Casi nunca veo a la misma persona 2 veces”, le dijo. “Qué fácil es para alguien que tiene el corazón de piedra”. Le respondió la joven, mirando de frente a la estatua.
  5. Cama. Se despertó a las 3 de la mañana. A las 5, ya estaba cansada de dar vueltas en la cama. Se levantó, se preparó un café, y decidió empezar el día más temprano. Lo que no sabía, era que era el último día de su vida. Quizás sabiéndolo, podría haber dormido un poco más.
  6. Pogo. Y después del pogo más grande de su vida, comprendió que la verdadera felicidad, estaba en disfrutar con todo su ser, de los buenos momentos. Porque cada uno de ellos, era único e irrepetible.
  7. Cómplice. “Necesito un cómplice”. Dijo ella. “Para qué? Para enterrar un cadáver”? Le preguntó su amiga. “No, se me da mejor la cocina que la jardinería. Mejor lo cortamos, lo metemos en el congelador, y mañana tenemos carne para hacer empanadas”.
  8. Asesina. La asesina miró con desprecio el cadáver frente a ella. Su última víctima. Ojalá le pagaran más por matar a personas importantes. Debería exigir un poco más. Al fin y al cabo, el trabajo sucio, lo hacía ella. Le pegó con una ramita que encontró, y se fue.
  9. Flor. Pensó en llevarle una flor, en hacérsela llegar de alguna forma. Con una amiga? Entendería el mensaje? Al final, desistió. A veces, la primavera es para todos. A veces, solo para algunos. Y llegó a la conclusión, de que era ella misma, quien debía florecer.
  10. Lentes. Sus lentes eran especiales. Con ellos podía ver el pasado, y el futuro. Todo aquello que había acontecido, e iba a acontecer. Pero no podía ver el presente. Y eso, no le permitía tener conciencia del mundo que la rodeaba.
  11. Olas. Se encontraba sentada en la playa, frente al mar. Las olas golpeaban con fuerza la orilla. El sonido la relajaba, la tranquilizaba. Le producía una calma absoluta. Y solo así, pudo encontrar la paz que tanto necesitaba.
  12. Interdependencia. A cientos de kilómetros de distancia, reían al mismo tiempo. Lloraban al mismo tiempo. Miraban al mismo tiempo el amanecer. Un día, sucedió que se encontraron. Y comprendieron que la interdependencia que sentían, no estaba en sus mentes. Sino, en sus almas.
  13. Existencia. Caminó hacia el borde del precipicio. Vio su reflejo en el agua, y fue consciente por primera vez, de su propia existencia. De su pasado, presente y futuro. Y comprendió que a pesar de todo, aún tenía mucho por qué vivir.
  14. Universo. Después de haber recorrido todo el universo, de haber atravesado cientos de miles de planetas con su nave espacial, se dio cuenta de lo realmente pequeñita que era. Pero a su vez, cuan grande había sido para todos aquellos que la habían conocido.
  15. Placeres. Se sentó en un almohadón en el piso, con el plato de comida sobre las piernas, y su álbum favorito sonando en el parlantito bluetooth que tenía. “Comer y escuchar música, son los mejores placeres de la vida”. Se dijo. Y sonrió realmente feliz.
  16. Agradecimiento. Él, sabía que su vida se apagaba. Rodeando la cama del hospital, todos sus hijos y nietos, le hacían compañía. abarcándolos a todos con la mirada, les dijo: “Al final, lo mejor que me llevo de esta vida, es el agradecimiento que siento, por haberla vivido”.
  17. Amor. “Qué día”! Se dijo, mientras regresaba a su casa. Se había peleado con su pareja, y sus padres le habían gritado por no seguir la carrera que ellos querían. Pero entró, y su perrita la recibió saltando de alegría. Y entendió que allí, estaba el amor que tanto necesitaba.
  18. Cisne. Soñó que era un cisne. En su sueño, el cisne alzaba el vuelo con majestuosidad. Pero al instante, una flecha le atravesaba el corazón, y caía en picada hacia el agua. El arquero, era el propio cupido. Y comprendió que conocería el amor, el mismo día de su muerte.
  19. Abrazo. Estaban marchando juntas. Eran grandes amigas. Pero fue en el abrazo que le dio, así, de la nada, cuando comprendió la razón por la que estaban ahí. Y el peso de sus historias, de quienes les habían precedido, se hizo presente en toda su extensión. Orgullo 2022.
  20. Quieto. “Quedate quieto”! Le dijo la madre a su hijo. “No ves que si no no puedo cortarte el pelo”? “Ah, el pelo? Yo pensaba que lo que me estabas queriendo cortar, eran las orejas”. Le respondió él.
  21. Colecciones. En su vida, había tenido colecciones de muchas cosas. De monedas, de bolitas, hasta de figuritas. Pero la que más apreciaba, era la de verdaderos buenos amigos.
  22. Luna. Siempre había adorado a la Luna. era su guía, su musa, su diosa. Su verdadera y gran inspiración. Hasta que un día, conoció a una persona tan maravillosa y especial, que la dejó de lado. Esta, al sentirse desplazada, la mató. Y le dijo “Tu amor será mío, o no será de nadie.

Hasta acá llegamos por ahora. ¡Espero les haya gustado! Como siempre, no duden en seguirme en las redes sociales, y en compartir los cuentitos. ¡Saluditos, y hasta la próxima entrada!