KathWare & ChatGPT — Segunda parte

🚨 Bancos digitales y publicidad engañosa: Lo que nadie te cuenta sobre su atención al cliente.
Si usás un banco o billetera digital y alguna vez tuviste que lidiar con su centro de atención al cliente, este post te va a interesar. Y si además tenés una discapacidad o necesitás un servicio accesible, probablemente te vas a sentir demasiado identificado.

 

Bancos digitales: ¿Son realmente lo que prometen?

Los bancos digitales llegaron con una promesa fuerte: Más accesibles que los bancos tradicionales, Sin filas, sin burocracia y abiertos las 24 hs, todos los días, Atención simple, clara y sin vueltas. Suena bien, ¿no? Pero cuando necesitás resolver un problema real, la historia cambia. ¿Qué pasa cuando algo sale mal? ¿Qué pasa cuando la publicidad dice una cosa, pero la realidad es otra?

Publicidad engañosa y atención confusa: Lo que nadie te cuenta

“Si necesitás contactarte con el banco, estos son nuestros canales de contacto: contacto@bancobanco.com.ar
Chateá con nosotros las 24 hs. desde la app de BancoBanco, el nuevo canal de banca móvil del banco. Podés encontrarnos en la sección de ayuda.
Conocé nuestro banco
Guiñá un ojo y obtené tu producto
Con BancoBanco tenés todo en tu celular. No necesitás ir a ningún lado. Abierto las 24 horas, todos los días del año. Es fácil, rápido y simple. Y además vas a poder entrar con tu mascota, usar anteojos, auriculares, gorra o vestirte como quieras. También podés entrar desnude, usar el celular sin auriculares y con lector de pantalla fuerte, no tenés que usar el bastón ni la silla de ruedas. ¡imaginate que podés entrar a nuestro banco yendo al baño!
Tu sucursal en tu celular
En BancoBanco no necesitás sucursales. Tenés todo en tu celular. Abierto todos los días del año. Fácil, rápido y simple. Porque si vos me bancás, yo también te banco”. Y si te falta papel higiénico, yo también te lo alcanzo.

Los bancos digitales se promocionan como el futuro, pero la experiencia del usuario muchas veces es una mezcla de desinformación, frustración y respuestas contradictorias. Ejemplo real (sin nombres, pero con hechos claros).
Imaginá que confiás en un banco digital porque: Su app es accesible para personas con discapacidad visual. Te permite recibir notificaciones en tiempo real, dándote control total sobre tus gastos y movimientos. Te aseguran que podés recibir tu sueldo sin problemas, tanto en pesos como en moneda extranjera. Pero claro, si todo fuese color de rosas no estaríamos aquí mi amiga digital y yo hablando de esto. Sí, así es. Ahora viene la parte incómoda:
¿Qué pasa si te bloquean una transferencia sin explicación? ¿Qué pasa si te dicen una cosa por un canal y otra distinta por otro? ¿Qué pasa si te mandan de un lado a otro sin darte una solución? ¿Qué pasa si el mensajito de que podés contactarte a través del chat es mentira, porque en el chat te dicen que les escribas sí o sí al mail a pesar de lo que dice en su página? ¿Y qué pasa si en dicho mail te contestan cada dos o tres días o cuando se les da la gana? Sí, es tan caótico como suena.

La experiencia del usuario: Entre la accesibilidad y la falta de respuestas

El problema no es solo el bloqueo de una operación, sino cómo las empresas manejan la situación. “Escribinos por la app”. Escribís por la app y te dicen “mandanos un mail”. Mandás un mail y te dicen “contactanos por la app”. Pedís explicaciones y te responden con mensajes genéricos que no contestan tu problema.
Este tipo de respuestas no solo son frustrantes, sino que afectan la confianza en el servicio. Si sos una persona con discapacidad, la accesibilidad no debería ser solo dentro de la app, sino en TODO el sistema de atención al cliente.
¿De qué sirve que una app sea accesible si después nadie te da respuestas claras cuando tenés un problema real?

Lo que dice la ley: Derechos que los bancos digitales ignoran

Si bien los bancos digitales parecen operar en un vacío legal, la realidad es que existen leyes que protegen a los usuarios y que estas empresas deberían cumplir.
1️⃣ Ley de Contrato de Trabajo 20.744 (Art. 74)
• Los empleadores deben pagar los sueldos en tiempo y forma.
• Si un banco impide la acreditación del sueldo sin motivo, está afectando un derecho fundamental.
2️⃣ Ley 25.065 de Servicios Financieros (Art. 27 y 28)
• Los bancos tienen la obligación de permitir operaciones legítimas y no bloquear fondos sin justificación.
• No pueden generar obstáculos arbitrarios para que una persona acceda a su dinero.
3️⃣ Ley 24.240 de Defensa del Consumidor (Art. 4, 8 y 19)
• Las empresas deben brindar información clara y veraz.
• La publicidad engañosa está prohibida.
• Las empresas que ocultan información o dan respuestas contradictorias pueden ser sancionadas.
4️⃣ Ley 24.901 (Sistema de Prestaciones para Personas con Discapacidad)
• Las plataformas digitales deben garantizar la accesibilidad en sus servicios.
• No basta con que la app sea accesible; también lo debe ser el sistema de atención al cliente.
5️⃣ Ley 22.802 de Lealtad Comercial (Art. 9)
• Prohíbe la publicidad engañosa en servicios financieros.

MercadoPago y la falta de accesibilidad: Otro caso grave

Si creías que los bancos digitales eran los únicos con problemas de accesibilidad, MercadoPago entra al chat.
1️⃣ Transferencias bancarias no accesibles con TalkBack
• En su última actualización, la sección de transferencias dejó de ser accesible para usuarios de lectores de pantalla.
• Al día de hoy, el problema sigue sin resolverse.
2️⃣ La sección de ayuda no es accesible en algunos dispositivos IOS
• Si necesitás soporte, algunas personas con discapacidad no pueden ni siquiera acceder a la sección de ayuda desde sus teléfonos.
• ¿Y qué pasa si no podés pedir ayuda porque la app no te lo permite?
3️⃣ El “Validador de Discapacidad” de MercadoPago (spoiler: ya hablamos de esto pero vamos a darle más caña tía, que me estáis jodiendo los huevarios).
• Al igual que muchas otras apps, MercadoPago exige validación de identidad con reconocimiento facial.
• Para usuarios ciegos o con otro tipo de discapacidad que les impida realizarlo, este método es inútil.
• La solución que ofrecen es pasarles el mail del usuario para que desactiven manualmente la validación facial.
• ¿Por qué un usuario con discapacidad tiene que depender de un favor manual en lugar de una solución real?

Conclusión

Los bancos y billeteras digitales pueden ser una gran herramienta… pero solo si realmente cumplen con lo que prometen. Cuando la atención al cliente es un laberinto de excusas y respuestas vacías, el usuario queda desprotegido y sin soluciones. Y si además tenés una discapacidad, los obstáculos se multiplican.
Si te pasó algo parecido, compartí tu experiencia.
Porque lo peor que podemos hacer es normalizar que las empresas nos tomen el pelo con falsas promesas.
🚀 En la tercera parte de esta serie, vamos a hablar en profundidad sobre el validador de discapacidad de las apps y sus alternativas.
Porque la accesibilidad no es un extra: Para nosotros es un derecho. Para ellos una obligación.

KathWare & ChatGPT — Primera parte

KathWare & ChatGPT: ¿Quién desafía a quién?

Esta es la primera publicación que hago después de mucho tiempo. Aunque lo había iniciado como para expresar un poco lo que me iba pasando, al final lo dejé, por falta de tiempo, ganas y bueno, porque tengo la particularidad de empezar cosas, aburrirme y dejarlas, o, empezar varias cosas a la vez, y no terminar concretando ninguna.

Así empieza el artículo Soy Katherine, el que a tantas personas les llegó e impactó. A una de ellas incluso llegó a impactarle tanto que, en base a ese artículo y una charla de WhatsApp, terminamos teniendo una historia de amor fallida, pero historia de amor en fin.

Nunca conté el porqué del nombre de esa entrada. Muchos podrían haber pensado que era una reafirmación de mi identidad, como si necesitara gritar a los cuatro vientos que “Soy Katherine”. Y en parte lo era. Pero la verdad era más profunda.

Lo cierto es que tiempo atrás de escribir esa entrada había perdido una gran amistad de muchísimos años. Y el daño que sentí en aquel momento fue tan fuerte que me costó muchísimo tiempo superarlo. Pero pase lo que pase, siempre tenemos que intentar al menos, mirar hacia adelante. Porque no es el sentido de la vida lo que debemos encontrar. Sino que somos nosotros mismos quienes tenemos que crearlo. Porque si fracasamos, al menos tendremos la satisfacción de haberlo intentado. Si no lo intentamos siquiera, realmente no nos queda nada. Y yo no quiero que no me quede nada. Es algo que aprendí de aquella relación fallida que les comentaba. Pero en fin, vamos a lo nuestro que ya se hace demasiado larga esta intro.

Los años pasan, las personas cambian (o no), pero hay algo que sigue siendo constante en mí: la necesidad de explorar, de entender, de desafiar y de jugar con los límites de lo que conocemos. Y de ahí nace esta nueva serie de publicaciones. Charlas con la tecnología que vino a cambiar el mundo tal como lo conocemos, para siempre. Estamos viviendo un proceso realmente histórico. Y desde mi lugarcito, decidí ser parte de eso. Decidí empezar este camino con un experimento, un desafío. Algo que pone a prueba la inteligencia, la lógica, la creatividad y, sobre todo, esa delgada línea que separa el pensamiento humano del procesamiento de datos de una inteligencia artificial. Así que decidí jugar con ChatGPT.


Un duelo de lógica y razonamiento

Todo comenzó con un simple juego: hacer que la IA adivine mi segundo nombre. Pero no se trataba de un juego cualquiera, sino de uno basado en una lógica estructurada, similar a la de un algoritmo. ¿Se acuerdan?

Pensé que sería un reto interesante, porque mientras que yo tenía la respuesta desde el inicio, la IA tenía que descubrirla siguiendo las reglas que le iba dando.

Pero ahí apareció la primera gran diferencia entre la inteligencia humana y la inteligencia artificial:

  • La IA genera respuestas en base a información existente, pero no “crea” reglas desde la intuición.
  • Los humanos diseñamos problemas con una intención detrás, estableciendo conexiones más abstractas.
  • La IA optimiza patrones, pero no necesariamente capta matices implícitos o juegos de palabras si no están codificados explícitamente.

Al final, ChatGPT solo pudo dar con la respuesta correcta cuando se la proporcioné. Es decir, no pudo adivinar mi nombre por sí sola. Porque, aunque la inteligencia artificial es poderosa y puede procesar millones de datos en segundos, sigue dependiendo de cómo se le plantea la información y de las reglas que la humanidad ha programado en ella.


La IA propone un juego, pero…

Después de mi desafío, ChatGPT intentó devolverme la apuesta. Me propuso un juego de adivinanza, pero con una diferencia clave: la IA primero armó la lógica y luego intentó encajar la palabra en ella.

  • En mi caso, yo ya sabía la respuesta y había diseñado las reglas en torno a ella.
  • En el caso de la IA, primero construyó la estructura y luego trató de forzar una respuesta dentro de ella.

Esto llevó a inconsistencias y errores en la deducción. Un ejemplo de esto es cuando asumió letras que no necesariamente estaban en la palabra oculta, simplemente porque su algoritmo estaba tratando de seguir patrones predefinidos.

Así que quedó en evidencia otra diferencia fundamental: la intuición humana vs. el procesamiento algorítmico.

Yo sabía desde el inicio a dónde quería llegar. La IA solo buscaba patrones, sin una comprensión real del objetivo final.


¿Quién desafía a quién?

Este primer capítulo de “KathWare & ChatGPT” dejó varias preguntas abiertas:

  • ¿Qué significa realmente la “inteligencia artificial” si su razonamiento sigue siendo dependiente de patrones preexistentes?
  • ¿Puede una IA “pensar” como un humano o simplemente simula un razonamiento lógico sin comprensión real?
  • ¿Hasta qué punto puede la IA participar en la creación de contenido que dependa de la intuición, la creatividad y el matiz humano?

En este primer encuentro, la IA tuvo que adaptarse a una lógica humana en lugar de imponer la suya propia. Y aunque logró acercarse, la diferencia en el proceso fue evidente.

¿Qué vendrá en la próxima entrega? Solo una cosa es segura: la conversación no ha hecho más que empezar. 😉