KathWare & ChatGPT — Primera parte

KathWare & ChatGPT: ¿Quién desafía a quién?

Esta es la primera publicación que hago después de mucho tiempo. Aunque lo había iniciado como para expresar un poco lo que me iba pasando, al final lo dejé, por falta de tiempo, ganas y bueno, porque tengo la particularidad de empezar cosas, aburrirme y dejarlas, o, empezar varias cosas a la vez, y no terminar concretando ninguna.

Así empieza el artículo “Soy Katherine”, el que a tantas personas les llegó e impactó. A una de ellas incluso llegó a impactarle tanto que, en base a ese artículo y una charla de WhatsApp, terminamos teniendo una historia de amor fallida, pero historia de amor en fin.

Nunca conté el porqué del nombre de esa entrada. Muchos podrían haber pensado que era una reafirmación de mi identidad, como si necesitara gritar a los cuatro vientos que “Soy Katherine”. Y en parte lo era. Pero la verdad era más profunda.

Lo cierto es que tiempo atrás de escribir esa entrada había perdido una gran amistad de muchísimos años. Y el daño que sentí en aquel momento fue tan fuerte que me costó muchísimo tiempo superarlo. Pero pase lo que pase, siempre tenemos que intentar al menos, mirar hacia adelante. Porque no es el sentido de la vida lo que debemos encontrar. Sino que somos nosotros mismos quienes tenemos que crearlo. Porque si fracasamos, al menos tendremos la satisfacción de haberlo intentado. Si no lo intentamos siquiera, realmente no nos queda nada. Y yo no quiero que no me quede nada. Es algo que aprendí de aquella relación fallida que les comentaba. Pero en fin, vamos a lo nuestro que ya se hace demasiado larga esta intro.

Los años pasan, las personas cambian (o no), pero hay algo que sigue siendo constante en mí: la necesidad de explorar, de entender, de desafiar y de jugar con los límites de lo que conocemos. Y de ahí nace esta nueva serie de publicaciones. Charlas con la tecnología que vino a cambiar el mundo tal como lo conocemos, para siempre. Estamos viviendo un proceso realmente histórico. Y desde mi lugarcito, decidí ser parte de eso. Decidí empezar este camino con un experimento, un desafío. Algo que pone a prueba la inteligencia, la lógica, la creatividad y, sobre todo, esa delgada línea que separa el pensamiento humano del procesamiento de datos de una inteligencia artificial. Así que decidí jugar con ChatGPT.


Sección 1: Un duelo de lógica y razonamiento

Todo comenzó con un simple juego: hacer que la IA adivinara mi segundo nombre. Pero no se trataba de un juego cualquiera, sino de uno basado en una lógica estructurada, similar a la de un algoritmo. ¿Se acuerdan?

Pensé que sería un reto interesante, porque mientras que yo tenía la respuesta desde el inicio, la IA tenía que descubrirla siguiendo las reglas que le iba dando.

Pero ahí apareció la primera gran diferencia entre la inteligencia humana y la inteligencia artificial:

  • La IA genera respuestas en base a información existente, pero no “crea” reglas desde la intuición.
  • Los humanos diseñamos problemas con una intención detrás, estableciendo conexiones más abstractas.
  • La IA optimiza patrones, pero no necesariamente capta matices implícitos o juegos de palabras si no están codificados explícitamente.

Al final, ChatGPT solo pudo dar con la respuesta correcta cuando se la proporcioné. Es decir, no pudo adivinar mi nombre por sí sola. Porque, aunque la inteligencia artificial es poderosa y puede procesar millones de datos en segundos, sigue dependiendo de cómo se le plantea la información y de las reglas que la humanidad ha programado en ella.


Sección 2: La IA propone un juego, pero…

Después de mi desafío, ChatGPT intentó devolverme la apuesta. Me propuso un juego de adivinanza, pero con una diferencia clave: la IA primero armó la lógica y luego intentó encajar la palabra en ella.

  • En mi caso, yo ya sabía la respuesta y había diseñado las reglas en torno a ella.
  • En el caso de la IA, primero construyó la estructura y luego trató de forzar una respuesta dentro de ella.

Esto llevó a inconsistencias y errores en la deducción. Un ejemplo de esto es cuando asumió letras que no necesariamente estaban en la palabra oculta, simplemente porque su algoritmo estaba tratando de seguir patrones predefinidos.

Así que quedó en evidencia otra diferencia fundamental: la intuición humana vs. el procesamiento algorítmico.

Yo sabía desde el inicio a dónde quería llegar. La IA solo buscaba patrones, sin una comprensión real del objetivo final.


Reflexión Final: ¿Quién desafía a quién?

Este primer capítulo de “KathWare & ChatGPT” dejó varias preguntas abiertas:

  • ¿Qué significa realmente la “inteligencia artificial” si su razonamiento sigue siendo dependiente de patrones preexistentes?
  • ¿Puede una IA “pensar” como un humano o simplemente simula un razonamiento lógico sin comprensión real?
  • ¿Hasta qué punto puede la IA participar en la creación de contenido que dependa de la intuición, la creatividad y el matiz humano?

En este primer encuentro, la IA tuvo que adaptarse a una lógica humana en lugar de imponer la suya propia. Y aunque logró acercarse, la diferencia en el proceso fue evidente.

¿Qué vendrá en la próxima entrega? Solo una cosa es segura: la conversación no ha hecho más que empezar. 😉

Los peones no se convertirán en damas

La cucharita que faltaba. A pedido de algunas personas, y debido a que mi preocupación por el resultado de las elecciones paso 2023 me generó incertidumbre como a gran parte de la población, por supuesto, decidí escribir esta entrada para dar mi punto de vista. Además, cabe destacar que actualmente, dicha incertidumbre, ocupa el 33% de mi sesión psicológica semanal (el resto se divide entre mi historia con Nerea y otras cosas que ya conté). Y considerando que estoy también bajo tratamiento psiquiátrico, bueno, digamos que como me dijo una amiga, si el propio entorno no ayuda, más difícil se hace aún, el salir adelante.

Soy analista política desde siempre. Me preocupa que la gente pase hambre, desde que yo misma y mi familia, lo pasamos en los 90. Esta entrada, es un análisis de la situación política, económica y social actual, que sucede aquí en mi país, Argentina. Todo lo que van a leer a continuación, no es más que mi humilde opinión como ciudadana. No se le debe ser atribuida a ningún partido ni espacio político de ninguna índole. Habiendo aclarado este punto, comencemos.

Primero, quiero explicar el título de la entrada. Hace poco me compré un Ajedrez para ciegos. Supongo que lo correcto sería decir que es un ajedrez adaptado, ya que podemos jugar tanto personas que no vemos, cómo personas que ven. Bien, es un juego con el que me entusiasmé muchísimo, y al que le dedico bastante tiempo. Ayuda a reflexionar, a armar nuevas estrategias, a pensar, como me gusta a mí, y como estoy acostumbrada, con lógica. ¿Pero, qué tiene que ver esto con lo que dije al principio?

Pensemos en la situación política actual del país, como en un tablero de ajedrez. Cada uno, va haciendo sus propios movimientos, pensando su estrategia para ganarle al contrincante. Pero en este tablero imaginario, las cosas no son como en el convencional. Podemos observar 5 jugadores, que compiten por llegar a la casa rosada. Las blancas, las grises, las verdes y las negras por un lado, y como separándolos, podemos poner a los peones por el otro. ¿Y si los simbolizamos con el color rojo, estaría mal?

Sí, ya sé. Mi artículo es tendencioso. Obvio que lo va a ser. Es mi opinión, y mi sitio web, por ende, al menos hasta ahora, como dice Baglietto, “La censura no existe mi amor”. ¿Continuamos? En el juegotradicional del ajedrez, si un peón logra llegar al lado contrario, se convierte en alguna de las piezas especiales del tablero. Y sin duda, la pieza con más facilidad de movimiento, es la dama. Y es que claro, al convertirse en dama, adopta todos sus movimientos y características. Pero en la realidad, parece no ser así.

Oportuncrisis

Creo que no tengo que citar el capítulo de Los Simpson en el que Lisa le dice a Homero que en chino, la palabra crisis, significa oportunidad. ¿Y en nuestro caso, oportunidad para quién? Porque es claro que desde hace unos años, estamos en una crisis de la que no solo nadie nos pudo (o nos quiso) sacar, si no que además, fue empeorando cada vez más. Argentina pareciera estar girando en círculos bajo las mismas premisas, bajo los mismos de siempre. A pesar de ser los grandes actores y causantes del desplome del poder adquisitivo de la clase trabajadora, no solo se siguen postulando, si no que además, siguen ganando. La pregunta es: ¿Hasta cuando? Bueno, en realidad, así era. Hasta que un nuevo actor vino a patear el tablero.

Las verdes y el colmo de lo imposible

Una sociedad despolitizada, con hambre y cansada de vivir cada vez más para la mierda, harta de los mismos de siempre, son el cultivo perfecto para la aparición de personajes como este. Un tipo carismático, con un discurso en contra de los políticos tradicionales (la casta chorra y parasitaria) y con la promesa de llenar de dólares el país, ha sabido ganarse al 30% del electorado. Pero no solo es esto. Con ideas que retrasan años, en contra del feminismo, de las personas con discapacidad, de la identidad de género, de la legalización del aborto, de la enseñanza de la ESI en las escuelas, de la educación y la salud pública entre otros, si ganara, representaría un enorme retroceso para todos esos derechos que supimos conseguir. Y eso, es innegociable. Pero sigamos.

,Su candidata a vicepresidenta, es una acérrima negacionista del terrorismo de estado ocurrido entre los años 1974 y 1983. Para quienes leímos el nunca más, para quienes vimos la noche de los lápices, la fuga, y tantas otras series, películas y libros que nos cuentan la historia de aquellos años, para quienes vivimos la desaparición de Jorge Julio López en plena democracia, no solo es un insulto a nuestra inteligencia, si no, a nuestra memoria. No podemos permitir que personas con ideas tan nefastas nos gobiernen. Tenemos que ser partícipes de nuestros propios destinos, de nuestras propias decisiones. Tenemos que conservar los derechos que a pulso, y con la lucha de muchos compañeros y compañeras que estuvieron antes que nosotros, nos hemos ganado. Sus muertes, no tienen que ser en vano. Y ahora te preguntarás, ¿Entonces, qué hacemos?

Las negras, la seguridad y los jubilados

Esta mujer, no solo es responsable de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, y la doctrina Chocobar, 3 de los peores delitos contra la vida humana ocurridos en democracia, si no que además, formó parte de los peores gobiernos de nuestra historia en los últimos años. El de Macri, el de de la Rúa, el de Menem. Impulsó leyes en contra de los jubilados y los trabajadores, impulsó protocolos de libre represión a manifestantes por parte de la policía durante su cargo como ministra de seguridad de la nación, entre otras tantas cosas que podemos leer en su propia biografía en wikipedia.

Las blancas, y el síndrome del mal menor

Sin duda, teniendo una crisis económica como en la que nos encontramos actualmente, es obvio que cualquiera de estos 4 personajes, va a aplicar un ajuste al bolsillo de la clase trabajadora, ya sea para cumplir con los compromisos internacionales, como ya lo hizo este tercer candidato a presidente, o para dolarizar la economía, como pretende hacer el otro descarado. Sin entrar en la carrera política de este personaje, podemos decir que a pesar de que su política como ministro de economía haya sido nefasta y desastrosa, para muchos, es el nuevo mal menor. Sí, como lo hubiese sido Scioli en 2015, si no hubiese ganado Macri.

Las grises y la prueba de que estamos rodeados de viejos vinagres

Este cuarto candidato, no solo nos demuestra que la vieja política y rancia sigue ocupando un lugar en la escena nacional, si no que además, también podemos ver que continúan fragmentándose entre ellos, sin llegar a acuerdos para conseguir un consenso general, que les permita seguir haciéndose con el poder. Acá no sé qué pensaría Perón realmente, y no me interesa. Quizás, el día de mañana, podamos reflejar posibles pensamientos de seres ya fallecidos con la inteligencia artificial. Ya es posible clonar voces humanas. No me extrañaría. Pero mientras tanto, sigamos con los “vivos”, que de esos, ya tenemos bastante.

La historia prosigue pero amigo yo ya la vi

Si tenemos un poco de memoria, la incapacidad del radicalismo en los 80 para contrarrestar la crisis económica dejada por la dictadura militar, terminó en un estallido social en 1989, que propició la asunción del peronista Carlos Menem como presidente, incluso con el apoyo de partidos de izquierda. Tiempo después, este señor dijo: “Si yo hubiese dicho desde un principio lo que iba a hacer, nadie me hubiese votado”. El 1 a 1 (1 peso argentino igual a 1 dólar estadounidense) promovido e implementado por su ministro de economía, junto con la reducción del gasto público despidiendo a trabajadores, fue lo que hizo que la crisis, no encontrara punto de retorno. Privatización de empresas, privatización de las jubilaciones, entre otras medidas antipopulares, permitieron que en 1999, el radicalismo ganara de nuevo las elecciones. Pero claro, no se puede arreglar en un año o 2, o 4, lo que se destruyó en 10, aunque así se quisiera hacer, cosa que claro, no sucedió.

Un nuevo estallido social tuvo lugar en 2001, lo que dio pie para la asunción de Eduardo Duhalde como presidente, y posteriormente, los Kirchner. La bonanza económica de aquellos años, se debió a un aumento en las exportaciones, cosa en la que no solo se vio beneficiada la Argentina, si no todos los países de la región. Brasil y Venezuela, también con gobiernos populares, aprovecharon estos enviones para afianzar un espacio político propio. De ahí salió, el Nac&Pop (Nacional y Popular). Pero como tenemos “El karma de vivir al sur”, las buenas nuevas, no pueden durar para siempre.

La crisis financiera de 2008, fue desencadenando en los años posteriores, medidas antipopulares por parte de la entonces presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Esto no solo provocó el decaimiento de su espacio político, si no, la asunción de un jugador imprevisible.

Prometiendo una lluvia de inversiones que nunca llegó, endeudando al país por años con el préstamo más grande de la historia pedido al FMI (del que no vimos ni un dólar), con el caso de los “Panamá Papers” y las escuchas telefónicas de por medio, El gobierno de la alegría, bailando al ritmo de Gilda, llegó para dar un discurso que venía a “cambiar”, con que estábamos viviendo hasta entonces. Y sí, cambió. Pero para peor en el caso del pueblo, y para mejor en el caso de sus amigos empresarios. En 2019, las paso propiciaron de la mano de Alberto Fernández, y con una jugada de Cristina Kirchner que, sin ser simpatizante suya, logró mi admiración política, la victoria nuevamente del peronismo. La corrida cambiaria después de esas elecciones paso del 2019, perpetuada por el entonces presidente Macri, permitieron aún más la devaluación del salario.

Pero ahí, no estaba todo dicho. Con la gente festejando en la plaza de mayo el 10 de diciembre, se creía que la buena vida iba a volver. Pandemia de por medio, devaluación aún más fuerte de la moneda, imposibilidad de ejercer control de precios, inflación de más del 100% anual y leyes antipopulares como la ley de alquileres, el gobierno de Alberto Fernández, es uno de los más incompetentes que tuvimos. Sin embargo, como ya mencioné, un candidato propuesto por su espacio político, es quien más chances tiene de llegar a la presidencia.

Los peones rojos, no se convertirán en damas

Está claro que parte de la sociedad, está descontenta (y con toda razón) con las políticas económicas llevadas a cabo por los 2 últimos gobiernos más que nada, pero a mi parecer, no podemos dejar de lado que la crisis como ya dije, empezó muchísimo antes. Lo que realmente me preocupa, es que la izquierda no haya podido capitalizar en estos últimos 4 años ese descontento social para llevar a la clase trabajadora a una competencia más firme en la escena política.

Entendiendo a la izquierda

Hay que aclarar, que la izquierda no es un partido tradicional. Por ejemplo, vayamos al nombre del espacio político: “Frente de Izquierda y de los Trabajadores”. ¿Suena lindo, no? ¿Pero, quienes tienen noción realmente de la diferencia entre izquierda y derecha? Los partidos de centro derecha o derecha directamente, no tienen este tipo de nombres. El de Milei, para mí debería llamarse: “Frente de la Derecha y de la Sumisión al Imperialismo Yanqui”. El de pato, “Unión por Derecha para la Represión y el Ajuste”. El de sergio, “Frente de Derecha patriótico para los Empresarios”. Y el cuarto, no se me ocurre. Hasta acá llega mi imaginación. A lo que quiero llegar, es que con el uso de las palabras y el discurso político, disfrazan la verdad adornándola con algo biensonante, al estilo de los espejitos mágicos. Y gran parte de la sociedad desafortunadamente, absorbe esos discursos. Aún así, atribuir el medio triunfo de la derecha solo a la semántica, sería por mi parte un grave error. La criminalización de la protesta social, la demonización de la izquierda por parte de casi todo el arco político independientemente del partido al que pertenezcan (al estilo de la comuna de parís) hace que sean estos los malos de la película, por ser violentos, por estar en contra del resto, y hasta por usar IPhones o comprar dólares, entre otras ridiculeces.

Lo cierto es que los partidos de izquierda, están para concientizar a las minorías y a la clase trabajadora en su conjunto, sobre los derechos que tienen, para conservarlos, y los que aún no saben que deberían tener, para luchar por ellos. Pero evidentemente, esto no es tan fácil, si la derecha continúa ganando terreno. Una salida por derecha como la que se plantea con Milei, si logramos sobrevivir como una nación independiente, traería 4 años después, en una nueva posible salida peronista, como ocurrió en 2015, como está ocurriendo ahora. Por esto que decía anteriormente, del síndrome del mal menor. La porción de la sociedad que está realmente politizada, sí vota de acuerdo a sus ideas y convicciones. Pero ni son los muchos, y además, en los casos en los que pueden elegir entre varios candidatos, deciden votar a este mal menor.

Una persona que hace muchos años hizo campaña por el peronismo, me contó que en esas elecciones, había votado a los comunistas. Porque no iba a votar a todos esos chorros de mierda. Y se mantuvo en su postura hasta el 2015, cuando decidió votar a Scioli, para que no asumiera Macri. Y no es el único caso. Todas esas personas saben que la izquierda no va a ganar como partido. Pero sí comprenden las implicancias que conlleva tener una ideología socialista. En este sentido, sí se puede decir que son personas politizadas y con conciencia de clase, a pesar de su elección en el cuarto oscuro. Pero claro. Eso es para elecciones generales, o más precisamente para el balotaje. En las paso, sí se suele demostrar su convicción política. Y ahí es donde me preocupa que, a pesar de conservar su base electoral, la izquierda no haya capitalizado alguna porción del electorado, para incrementar su participación y seguir enfrentando al establishment.

Algo está por llegar, algo está por venir…

Lo que va a suceder en octubre, es sin dudas el peor de los pronósticos. O gana Milei, o gana la represora, o gana el mal menor. Ninguno de los 3 candidatos con mayores probabilidades, tiene un plan que incluya la mejora de la calidad de vida del pueblo. Es más, todo lo contrario. Porque más allá de dolarizar la economía o no, sí es cierto que quienes nos manejan y nos van a seguir manejando la agenda económica y social suba quién suba, es nuestro “bien amado” Fondo Monetario Internacional. Y es que, si vos pedís plata prestada, el prestamista es quien pone las condiciones para su devolución. Pero eso no es todo. Los que reniegan de la casta chorra y parasitaria, no solo llegaron a donde están ahora de la mano de sus amigos empresarios, si no que además, están a favor de las políticas implementadas por un tal… Domingo, ministro de economía de los 90, y en la última parte del gobierno de la alianza. Sí, así es. El señor que implementó el tan recordado, corralito financiero. Hay nombres que no deben pronunciarse, porque traen mala suerte. Y si bien no soy supersticiosa, para ciertas cosas, es creer o reventar.

Ahora, recapitulemos. El candidato a presidente, es admirador de las políticas implementadas por ese ministro de economía de los 90 y responsable del corralito del 2001. Y su candidata a la vicepresidencia es una acérrima defensora de la teoría del supuesto terrorismo comunista que asoló nuestro pobre país, y que la fuerza militar en su conjunto, tuvo que erradicar por el bien de la patria. Entiéndase el sarcasmo, por favor.

Pero mucho más allá de nuestros derechos, que como ya dije son innegociables, lo que vayan a hacer económicamente, definitivamente va a afectarnos como sociedad. En el peor de los casos, nosotros mismos o amigos, conocidos, familiares y personas a las que queremos mucho, podríamos quedarnos sin trabajo. Y no podemos permitir que sigan degradando la calidad de vida del pueblo trabajador en beneficio de los empresarios, los acreedores extranjeros, o sus propios bolsillos. El clásico “roba pero hace”, se tiene que terminar. Pongamos un ejemplo. Vos tenés una casa que mantener, y te endeudaste con las tarjetas de crédito. Lo lógico sería pagar las cuentas. Pero no si para eso, te quedás sin comer. Porque si es así, entonces “la casa no está en orden”. Además, hay que destacar que gran parte de esa deuda externa, corresponde a la privatización de deudas de empresas durante la dictadura. Es como cuando el tesoro de Estados Unidos le prestó dinero a los bancos durante la crisis financiera de 2008, para disminuir un poco su impacto. La principal diferencia, es que ellos tienen con qué, aunque sea de igual forma, con los impuestos pagados por el pueblo. Nosotros, no solo no tenemos esa cantidad de dinero, si no que tenemos que comprender, que esa deuda no fue contraída por el pueblo. Y por ende, no es este quien tiene que pagarla.

Creo que tenemos que entender y explicar, que la gente que ven en las listas de esos candidatos, son los mismos que vienen gobernando u ocupando un lugar como supuestos servidores públicos durante los últimos 20 a 40 años. Que formaron parte de alguna u otra manera de todos los gobiernos. Que siempre se asociaron al empresario que mejor concuerde con sus intereses. Que dieron beneficios a militares condenados por delitos de lesa humanidad. Que mantienen en las fuerzas policiales a muchos de los oficiales de aquella época. Que reprimen a los manifestantes que protestan por una mejor calidad de vida. Y porque dijimos como sociedad, “Nunca más un 24 de marzo de 1976”. Pero para todo esto, tenemos que informarnos, politizarnos, prestar atención, analizar, leer sus propuestas, y recién después, ir a votar. Porque, sí. Ahora mismo, los peones no se convertirán en damas. Pero si todos aportamos un granito de arena, estoy segura que en algún momento, va a pasar. Y ese va a ser el verdadero jaque-mate. Una sociedad en la que cada uno de nosotros, tenga voto y participación sobre cualquier decisión. Como dijo Rosa Luxemburgo: Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres.

Pasó el amor

En esta oportunidad, les traigo un escrito de un gran amigo mío, que vive del otro lado del río de la plata, y al cual tuve el placer de conocer personalmente cuando fui para allá en 2018 en lo que fue mi primer y única salida del país. Ahora que lo pienso, estaría bueno hacer una crónica de ese viaje. Lo tomo como tarea para más adelante. Me pasaron muchas cosas, y fue una hermosísima experiencia en todos los sentidos.

Pasó el amor

Por Pablo Zelis.

Noche de paseo por la playa. Aplicamos la teoría de estar perdidos. Después de varias vueltas volvimos a la casa. A ver que dicen los chicos. Se abrió el foro digital y se oyeron varias voces varias ciudades. En conferencia todos contaban algo y de a poco nos acercamos. Se nos hizo costumbre el encuentro y empezamos a compartir el espacio, ese espacio, que existía cuando nos encontrábamos todos ahí. Lo primero que conocí de vos fue tu risa y tus canturreos casuales. Después de todo nos pusimos a jugar, nos hicimos los encontradizos y nos deleitó la compañía. Vos decías que ibas a venir y yo ya te imaginaba tomando sol en estas playas. Fue un verano de aquellos, gracias que sucedió. Era un tiempo de esos en los que todo sucede cuando tiene que suceder. Uno se deja ir y todo transcurre como una película. Amanecer, fuego a la noche y amigos con guitarra; quién se sabe una canción y al rato todos cantamos. Mas tarde alguien tira la idea y cuando nos acordamos ya estamos en la playa. Tres botellas y tres papelitos escritos con una bic verde y ahí salen mensajes a navegar. Sin querer dormirnos nos tiramos en la arena, al festival de estrellas. Nos espera otro amanecer con una calma cósmica que alcanza para todos. Otro día mas temprano cuando el sol tibio, corremos descalzos por el pasto recién cortado. Hay agua para todo el que tenga calor.

El sol no entiende de diagonales

El cantautor y compositor argentino Matías Barberis (del que tengo el orgullo de ser la hermana mayor) presenta su primer trabajo discográfico titulado “El sol no entiende de diagonales”. Como cualquier opinión o reflexión mía al respecto podría caer en subjetividades, dejemos que él mismo nos cuente en qué consiste su música.

Pero antes, decirles que en KathWare, estamos de festejo. ¡Esta es la entrada número 50! ¿Y qué mejor que se trate de una de mis grandes pasiones, la música? Y además, de alguien a quien admiro mucho como artista. Mi querido Hermanito. Mis más sinceros agradecimientos a todas aquellas personitas que me ayudaron a llegar hasta acá. Que comparten, que comentan, que dan me gusta, a los colaboradores que tuve a lo largo de estos años, y a quienes se animaron a cederme sus textos para publicarlos en este pequeño rinconcito. pero más que nada, a aquellos que leen. Si no existiera gente que leyera, que se informara, que se interesara por este pequeño pero variado contenido, KathWare, no existiría. Los quiero a todos, sin excepciones. Y les agradezco desde lo más profundo del corazón, que confíen en mí, y que sigan alimentando a este virus que trastoca los discos rígidos de las mentes que se atreven a mirar más allá, utilizando el lenguaje de programación más poderoso de todos: La palabra.

Biografía

Matías Barberis es un músico argentino que comenzó a cantar y tocar la armónica a los ocho años. Luego tocó el bajo para distintas bandas y actualmente es el bajista de serie 2 y en la banda de Tute Lapaport. También es Productor, compositor e intérprete de su primer álbum junto a Sebastián Pérez , productor e ingeniero en grabación y mezcla( impessa record/ impessa music). El sol no entiende de diagonales, abarca diferentes géneros musicales pasando por el rock, pop, funk, folclore entre otros.

Fuente: Spotify.

También, agregar que formó parte de la banda Presidente Cosmos, con la que sacó un disco homónimo.

El sol no entiende de diagonales

Acá, Matías nos deja una reseña de cada una de las canciones del disco. Las dejo con sus respectivos enlaces, para que las vayan escuchando mientras leen.

La melodía de un NAUFRAGIO es aquella que nos trae la cordura en soledad, cuando necesitamos decir algo y no hay nadie alrededor para escuchar.

Buscando entre mis COSAS VIEJAS a veces hasta me encuentro a mí, al niño que fui, que aunque se aleje en el tiempo siempre está ahí preguntando por mí.

La rutina que te lleva en espiral, otra vez el tiempo que juega con tu ansiedad, mientras en la ciudad FLORECE GRIS para quienes se atreven a observar.

Nadie dijo que el viaje sería fácil, y sería casi imposible sin esa luz que ilumina y guía tu andar. Quizás EL VIAJERO Y SU ESTRELLA sean uno en el horizonte.

Se inunda el alma, la mente no puede flotar, la consciencia busca refugio, la razón se va en un BARCO DE PAPEL que el ser no puede alcanzar.

Las calles se entrecruzan y, casi como en un laberinto, dudamos en avanzar, pero EL SOL NO ENTIENDE DE DIAGONALES y hasta inconsciente de su magnitud nos muestra que no hay respuestas mágicas, la respuesta está en nosotros mismos.

Dos que juegan al amor, como en esos cuentos que nos contaban de chicos, metidos en un lindo y CURSI BONDI del que no queremos salir, al fin y al cabo, nada mejor que amar…

Caminando por la calle la soledad se nos hizo amiga, no tiene sentido temerle si siempre la encontramos en EL MISMO LUGAR, donde la ciudad es de bolsillo y el tiempo tal vez puede descansar.

No importa que tan lejos lleguemos, no hay que perder ese tren que nos lleva de vuelta a casa, a nuestras raíces y lugares que nos hicieron lo que hoy somos, para no olvidarlo llevo siempre la leyenda MADE IN J.C.P.

¿Y donde encontramos a Matías?

Pueden seguir a Matías Barberis en instagram. También, aunque ya está enlazado en cada canción, pueden escuchar El sol no entiende de diagonales en Spotify o El sol no entiende de diagonales en youtube.

¡Espero les guste! ¡Hasta prontito!

Amores

Aquí, volvemos con una reflexión de una gran amiga y colega escritora, con quien tuve el enorme placer de compartir no solo escritos y música, si no muchísimas otras cosas más. Es tan enorme el cariño y el agradecimiento que siento hacia ella, que esta, es tan solo una pequeña forma de retribuir algo de lo que hizo por mí. Claro está, que la influencia de su vida en la mía, es tan grande como la mía en la suya. Aún así, no solo siento que debo de alguna forma agradecérselo, si no que además, esta es una reflexión que creo, que merece ser compartida. ‘en fin, con su permiso, acá se las dejo. Pero primero, la publicación original en su Facebook personal.

Amores

Por Morena Pereira. Muchísimas gracias por permitirme conpartirlo.
Cuando ya viviste varias, y nada te sorprende, y todo lo que esperás es estar tranquilo, eso es lo que no pasa. ENAMORARSE es lo que no te pasa. Soy cada vez más defensora de la teoría de que el amor es para la gente que necesita salvarse de algo, pero en realidad nunca lo va a lograr por medio del amor. Lo logra por otros caminos. Entonces, en la falsa ilusión de que algunos pueden ser salvados y a otros los van a rescatar y dar lo que nunca tuvieron, que una sola persona te va a dar lo que muchas otras te negaron,, el amor nace, se crea y dependiendo de las circunstancias futuras, se seguirá desarrollando hasta que muera. Quizás dura un año, quizás 2, quizás hasta 80 años, como mis abuelos.
Si estás cerrado al salvamento, al rescate divino, a las mariposas que se van a ir dentro de unos meses aunque en principio tengan carácter de eternidad, y estás convencido de que la salvación es colectiva pero no de 2 en 2, y que quien se salva primero sos vos por medio del vehículo que sea pero buscándote a vos antes que al resto, no te enamorás. Porque todo el resto son falsas ilusiones, trampas y positivismo barato. El día de san valentín, las cenas para parejas, el spotify duo que claramente vas a terminar compartiendo con tu mejor amigo o con tu familia. La publicidad de que la media manzana necesita su otra mitad para ser rica y que otros la vean y la compren. Y el sentirse vacío cuando ves todo eso que el mundo te pide que tengas y no, no tenés. Tuviste, pero no tenés. Quisiste, pero no fue. Y fue perfecto, pero ya no es. Porque te dejaron, porque vos dejaste, porque ambos dejaron, porque ya no es y listo. El amor que todos vemos es ese mismo.
El amor eterno es algo parecido, pero que no se rompe. Es ese amor que por mucho que hayas dejado ir, perdura. Ese que quizás te llegó cuando necesitabas que te salven, y lo hicieron, pero también te acompañaron, y esa compañía se sintió bien. Son amores de esos irrompibles, como los electrodomésticos que a mi mamá le duraban 25 años. ESOS que ya no entienden de razones para seguir haciéndote palpitar el corazón. Esos que te vas a guardar muy, muy profundo cuando la persona tenga otra pareja, esos que vas a confundir con hartazgo y vas a envolver de angustia porque ya no son y por todo lo que habrías hecho si hubieran seguido ahí. Esos a los que les vas a cantar la canción de love of my life una y mil veces, y en cada una de ellas vas a sentir algo distinto y esa misma profundidad, como la primera vez. Amores que no te matan aunque parecieran hacerlo. Amores que se mueren en el exterior y permanecen en el alma. Amores que no te drogan ni te intoxican. Amores que hay que saber dejar a tiempo, para no envenenarlos o corroerlos con la incapacidad que tenemos de no soltar algo”cuando nos indica que no tiene que estar más. Amores libres. Amores que se van, pero no van a volver. Amores que aprenden y de los que aprendés. Los amores de tu vida que muy, muy pocas veces van a aparecer. Amores que cuando te toquen los vas a saber distinguir. Y los vas a vivir como lo último que te toca. Porque sí. Es lo último antes del mar de las complicaciones, y lo último antes de el camino de las reflexiones, las lecciones y las letras de canciones. Ese amor que es lo último antes de lo primero que somos nosotros. esos amores que son la última copa de vino, el último cuento antes de dormir de nuestra única infancia y el último recuerdo, antes de irnos.

De lo otro vas a tener muchísimo. Los amigos para la joda, los mejores amigos del mundo, los padres, los hermanos, esos que son de tu sangre y los vas adoptando por el camino. Vínculos fantásticos, relaciones divinas y personas inolvidables.

Pero amores como el de la vida, ese que por mucho puede pasar una o 2 veces, Amores como ese son los que permanecen siempre.
Amores tan simples, tan gratos. Amores inolvidables.

Ni una más

Palabras que te pegan como un huracán,

Miradas que no sabes bien a dónde van,

Dime qué pasaría si no hubiera nadie.

Siguiendo mi camino, yo sé a dónde voy,

Sintiéndome insegura y aunque no lo soy,

No ver tus intenciones me hace vulnerable.

Fragmento de la canción Ni una más de Aitana.

Sinceramente, no sabía como empezar esto. Pero sabía que algo, tenía que escribir. Ya me había quedado como un pendiente personal, escribir algo por el 8M. Pero la verdad, estuve con tantas cosas en mi cabeza toda la semana, que no pude dedicarle el tiempo que hubiese querido. Y lamento muchísimo estar escribiendo hoy, en estas circunstancias. Porque esta vez, no estoy escribiendo para ofrecer simplemente un punto de vista, aunque la categoría que elegí, así lo indique. No estoy escribiendo para expresar una opinión, una reflexión, un pensamiento. Esta vez, estoy escribiendo para expresar mi enojo. Mi más puro y sincero enojo. Un enojo visceral, que me sale del centro de las entrañas, y se propaga por todo mi cuerpo.

Aitana, como tantas otras artistas que han tocado este tema en miles de canciones, lo expresan muy bien. Estoy cansada. Muy cansada, de terminar escuchando siempre las mismas historias. De que nos, sí. Nos, y me incluyo, nos pasen siempre las mismas cosas, o similares. A todas. Por ser mujeres, por tener una discapacidad. Por ser, como dice ella, vulnerables. Incluso más que el resto. Y sí. No lo voy a negar. No está en la agenda pública de nadie. Las organizaciones feministas en general, no nos tienen en cuenta. Somos nosotras mismas desde orgas de mujeres con discapacidad, quienes tenemos que levantar la mano para hacer oir nuestra voz. Y eso cansa. Cansa, y mucho. La verdadera sororidad, no siempre está en las que organizan una marcha, las que leen un documento que, en muchos casos, no llega siquiera a ser un consenso. No, no. Muchas veces, está en la amiga que te ofrece que le compartas tu ubicación cada vez que vas a ir a un lugar que no conocés, o a encontrarte con alguien desconocido. Está en la que te llama si siente que te pudo haber pasado algo. A la que podés recurrir si te sentís amenazada, y que sabés que va a estar del otro lado por cualquier cosa. Para ayudarte y acompañarte si está cerca, o para hablar con vos, para que le escribas, para escribirte, si está lejos. Y con esto no quiero renegar ni desacreditar el trabajo de nadie. No, no es mi objetivo. Solo que me pongo a pensar, ¿Donde están esas organizaciones cuando a nosotras nos pasa algo? ¿Donde están esas mujeres cuando necesitamos ayuda?

De todas las mujeres con alguna discapacidad que conozco, creo que al menos el 95% ha sufrido algún tipo de violencia de género en la calle. Desde intentos de robo, hasta… violaciones directamente. Pasando por todos los puntos intermedios. Y la pregunta es, ¿Donde podemos ir? ¿Qué podemos hacer si nos sentimos amenazadas? ¿Con quien podemos contar? Muchas veces, solo con nosotras mismas. Eso, es lo terrible.

Supe de 2 casos en los últimos meses, que me han marcado mucho, por ser de amigas muy cercanas. Pero no son los únicos, ni los primeros, ni los últimos. Por suerte (si se puede decir eso en algún sentido) las cosas no terminaron mal. Pero el trauma que se le genera a una mujer que sufre un ataque en la calle, por mínimo que sea, es muy fuerte. Imagínense una mujer con discapacidad, a la que además, por su propia indefensión, no puede discernir incluso, hacia donde debe correr, en caso de peligro. Hay mujeres que fueron secuestradas en autos, y lograron saltar de estos en movimiento, con el peligro que eso conlleva. ¿Una mujer con discapacidad, podría hacer lo mismo? Lo veo poco probable. En estos 2 casos que comento, la reacción principal de ellas, fue correr, y llegar lo más rápido que pudieran, a pedir ayuda a quien sea. Pero… ¿Sería posible hacer eso en todos los casos? ¿Como reaccionamos cada una de nosotras ante situaciones límites? Y otra pregunta más… ¿Cual es la verdadera solución a estos problemas?

De vuelta. Yo no hago esto para menospreciar, ni mucho menos, todo lo que se hace desde los movimientos, marchas y organizaciones feministas en general. Pero sí creo, que no es suficiente. Sí creo, que hay que hacer algo más. ¿Qué? Realmente no lo sé. Pero sí sé que ni siquiera con tener un ministerio de las mujeres, alcanza para erradicar la violencia de género. Porque hay un problema principal en todo esto. Y ese problema, no tiene que ver exclusivamente con nosotras. Tiene que ver con una cuestión sociocultural que, si bien se ha venido modificando en los últimos años, y a grandes pasos, para ser totalmente honesta, todavía falta mucho por hacer. La cuestión, del machismo implícito en la sociedad en general. El creer que por ser hombre, podés tomarte libertades que evidentemente, no te corresponden. Y de las que claramente, no tenés conciencia de cuanto pueden perjudicarnos. O si acaso la tenés, pareciera no importarte. Con esto, tampoco voy a caer en el feminismo extremo, en el que le hecho la culpa al hombre y nada más. No, no es así. Pero sí hay una realidad que no puede negarse. Y es que ellos no tienen que cuestionarse a qué hora salen, a qué hora llegan, como van vestidos, quien los ayuda a cruzar. Nosotras, tenemos que cuestionarnos eso en todo momento. ¿Estamos saliendo muy provocativas? ¿Estamos mostrando demasiado? ¿Estamos dándote pie a algo más, solo con decirte nuestro nombre? No, realmente no. Pero es como vos lo interpretás. Y acá estoy hablando de situaciones puntuales, de extrema violencia. Porque, sí, aunque no haya un golpe, aunque no haya directamente una amenaza física, las palabras, también son agresiones. Y en muchos casos, muy fuertes. Pero, también podemos hablar de otros casos. Del acoso en redes sociales, del creerse que porque te acepté una solicitud de amistad, o dejé que me sigas en las redes ,te estoy dando luz verde para otras cosas, entre otros cientos de miles de situaciones en las que, solo por el hecho de ser mujeres, estamos mucho más expuestas. Me resulta triste que en pleno 2023, tengamos que seguir haciéndonos este tipo de cuestionamientos. Me resulta indignante, que todavía tengamos que apoyarnos en nosotras mismas.

Una vez, una amiga me contaba que tenía que encontrarse con un chico que… <la había agredido en el pasado. Las razones no importan. Pero tenía que hacerlo. No tenía otra opción. La reacción de sus amigos varones, fue, “hu, qué cagada negri”, y preguntarle después de 3 horas, si estaba bien. La reacción de sus amigas mujeres, fue “reportate cada media hora, y compartinos tu ubicación”. ¿Se entiende? ¿Más clarito le echo agua, no?

Tengo un grupo de amigas con el que nos compartimos ubicación, cada vez que cualquiera de nosotras, se encuentra en algún tipo de situación en la que pueda llegar a estar en peligro. Pero como explicaba, en el caso de mujeres con discapacidad, el peligro puede suceder en cualquier momento. No podés saber quien te está ayudando a cruzar la calle, ni con qué intenciones. ¿Y qué vas a hacer? ¿Compartir tu ubicación en todo momento con alguien? ¿Vestirte un poco más “decente” para que no se fijen en vos? ¿Enserio? No, no me parece justo. Son ellos los que tienen que cambiar. Es la sociedad la que tiene que ser educada para transformarse en una sociedad diferente. Con personas diferentes. Lo estamos haciendo bastante bien con las nuevas generaciones. ¿Tendremos éxito realmente, al final del camino?

Tampoco voy a darle el crédito a las fuerzas de seguridad. Bien sabemos que en la mayoría de los casos (ley Micaela mediante incluso) la justicia y las fuerzas policiales en sí, han entorpecido el camino, muchísimo más de lo que lo han allanado. Sí no voy a negar, que es a quienes tenemos que recurrir en caso de peligro. Pero eso no quiere decir, que esté de acuerdo con confiarle mi seguridad, a desconocidos que, en muchos casos, incluso han revictimizado a mujeres.

Hay quienes deciden tomar sus propias medidas de seguridad. No estoy hablando de que todas y cada una de nosotras, portemos un arma. Además de que una ciega con un arma, es tan peligrosa como un mono con navaja, como bien lo dice el dicho. Pero sí, podemos optar por dispositivos que nos ofrezcan, cierta seguridad. Yo no voy a recomendar ninguno en particular, porque aún no los he comprado. Pero una amiga sí lo hizo, y me pasó el contacto. La gente de Mamá Llegué, ofrece varios productos que se adaptan a los gustos y necesidades de cada persona. Revísenlos, y vean cual es el que prefieren. Quizás, y solo quizás, no debería estar yo haciendo este tipo de recomendaciones. Pero vamos, de nuevo. Tener un arma no es lo mismo que tener un llavero con alarma, que puede incluso conseguir que el potencial agresor se asuste, y se vaya.

¿Y acá es donde se preguntarán, por qué estás escribiendo esto realmente entonces? Ya se los dije. Porque estoy enojada. Porque no puede pasarle esto a una chica que lo único que hace, es salir a pasear un fin de semana. No puede pasarle esto a otra que lo único que hizo, fue llegar a su casa de trabajar a la noche. Pero principalmente, y esto lo resalto con mayúsculas, NO PUEDE PASARNOS ESTO, A NINGUNA DE NOSOTRAS, Y BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA. Basta, ya basta. Nos queremos vivas. Nos queremos libres. Nos queremos independientes. Nos queremos fuertes, valientes, decididas. Queremos vestirnos como se nos cante, y cuando se nos cante. Queremos disfrutar de la vida como cualquier otra persona. Sin miedo. Sin culpa. Sin presiones sociales y culturales de ningún tipo, sobre nuestro aspecto, apariencia, género, discapacidad, ni nada de lo que nos haga diferentes.

Tal vez, y solo tal vez, no haya sido una casualidad que justo este sábado a la mañana, el aleatorio me haya despertado con esa canción que puse acá al principio, y que como apagué la alarma y volví a quedarme dormida, luego lo haya olvidado. Cuando a la tarde me contaste lo que te había pasado, lo recordé. Pero más allá de esas cosas flasheras del universo, sabé vos, y cualquiera, siempre, que como dije en artículos anteriores hablando de este tema, pueden, podés contar conmigo cada vez que te pase algo, cada vez que lo necesites. Que voy a estar ahí para vos, para todas. Que si nadie más está, al menos, entre nosotras, sí estamos. Entre nosotras, sí nos cuidamos, sí nos protegemos. Porque, sí. Entre nosotras, independientemente de todas aquellas ideas, opiniones y pensamientos que nos diferencian, sé, que como dije, vivas nos queremos.

Como hacemos que cualquier mirada,

Siempre esté librada,

De interpretaciones.

Que ni una más deba permanecer callada,

Que ni una más sufra por dobles intenciones.

Quise

Texto de Luna Romano. Publicado con su permiso. Actualizado el 13/03/2023.

quise desenredar de mi lengua palabras
quise
quise
quise
toda yo
toda otros
quise por deber
por ser ella
sin entender lo que significaba
la mancha azul en las propagandas de apósitos
las piernas cruzadas
las miradas ajenas
el arco lacerando mis pechos
quise sosegada
controlando la voz
con hambre
muda
y en juicio
sin querer quise pensándome sin sangre
sin deseo
inmóvil
y en calma
Hoy sabiendo que no puede acortarse mi cuerpo
Quiero
sabiendo
toda yo
toda heridas
abiertas
vivas
Heridas y Vivas

El arte de leer y escribir en braille

El 4 de enero de cada año, se celebra el día mundial del sistema de lecto escritura braille, en conmemoración del nacimiento de su creador, el francés Louis Braille, el 4 de enero de 1809. Con tan solo 16 años, creó un sistema de puntos en relieve, basándose en un sistema que se había utilizado durante la guerra, mediante el cual, el alfabeto y su simbología, eran representados con una serie de puntos combinados, que iban conformando cada carácter. Este sistema, se fue perfeccionando y modificando, hasta ser adoptado en enorme cantidad de países e idiomas. Es importante destacar que, el braille no es un idioma, una lengua como tal. Si no, un sistema de escritura y lectura, como ya dijimos. Entonces, este no se traduce, se transcribe. Es como pasar un video a texto, o cambiar un escrito de imprenta a cursiva. Así como ustedes tienen este tipo de letras, las personas con algún tipo de discapacidad visual, tenemos el Braille.

Es sin duda, la forma que tenemos desde nuestra infancia, para comunicarnos a través de la escritura y la lectura. A través de cuentos, revistas de opinión con artículos de diverso interés para los niños, que organizaciones que mencionaremos más adelante, nos enviaban de forma gratuita mensualmente, o que podíamos leer en la escuela para chicos con discapacidad visual, nos introducíamos en aquel mundo repleto de palabras, historias, e imaginación. Incluso, las escuelas tenían sus propias bibliotecas con libros más de otros estilos. Desde novelas, diccionarios, hasta libros de musicografía, mapas, libros de ciencias naturales, entre otros tantos. Y estos, en caso de que no estén en la escuela, y sean requeridos, pueden conseguirse a préstamo también, en otras instituciones. Más adelante, mucho antes de tener una computadora, en mi caso al menos, comencé a utilizar el sistema braille, no solo para leer, si no también para escribir. Mis primerass canciones, poesías e historias, fueron escritas en braille. Fue muy importante, porque apartir de su creación, este sistema nos permitió a las personas con discapacidad visual, acceder a algo tan pero tan básico, como la propia educación. Como el arte, la literatura. En sí, al conocimiento.

Una de las desventajas del braille, es que sus hojas son muy gruesas, ya que los puntos no deberían borrarse con el paso del tiempo. Otra, es que, al necesitarse un tipo de hojas especiales, estas son muy costosas, y el tamaño de los libros, es enorme. Para dar una idea de esta magnitud, la biblia, uno de los libros más conocidos de la historia, tiene 24 tomos, y todos juntos uno encima del otro, serían desde el piso, hasta el techo de una casa. Sí, así es. De 2 a 3 metros aproximadamente.

La forma más tradicional de escribir en braille, es mediante una “pizarra”, una especie de tableta de plástico o metal, que contiene 30 casilleros por renglón. Cada casillero contiene divisiones entre los 6 puntos del sistema braille, y 9 renglones en total. Luego, esa pizarra se pasa hacia abajo, para continuar escribiendo en el resto de la hoja. Y para hacer los puntos que conformarán nuestras letras y símbolos, utilizamos un punzón, que viene en distintos modelos, el cual tiene una punta de metal que perfora la hoja. Al darla vuelta, podemos leer lo que acabamos de escribir. Sí, con este método, el braille, se escribe de derecha a izquierda, y se lee de izquierda a derecha.

Después, tenemos las máquinas braille. Son aparatos muy costosos, pero la ventaja es que, poseen una tecla por cada punto, y una especial para el espacio. Entonces, pulsando varios puntos a la vez, podemos tener más fluidez a la hora de escribir, en lugar de hacerlo uno por uno, como con la pizarra.

Y después, tenemos dispositivos muchísimo más costosos que los anteriores, que no solo permiten escribir textos, si no que, hacer libros con dibujos. Si, hablamos de una impresora braille. Básicamente tenés que elegir si comprarte una de esas, o un departamento. Aquí encontramos otra de las desventajas. Al requerir un enorme costo para su fabricación, los dispositivos disponibles para el braille, son extremadamente caros, e importados. Entonces, si se dañan, en muchos casos, hay que llevarlos a su país de origen para su reparación. Pero en fin. Con estas impresoras, podemos hacer libros que contengan relieve. Ya hablé de los libros de mapas, pero cuando hicimos con un gran amigo mío, el proyecto de Mafalda en Braille, así es, la primer historieta del mundo en este sistema, se utilizó para el armado de los dibujos, una impresora braille, que tiene la Editora Nacional Braille, dependiente del gobierno nacional. Como podrán leer en la nota, las 30 tiras se editaron no solo en braille, si no también en sistema de audio, para quienes no saben braille. Y es que, para quienes adquieren su discapacidad visual de grandes, les es más difícil aprenderlo.

El braille, no solo es importante en el ámbito de la educación o el entretenimiento. Está presente en nuestro andar cotidiano, y de muchísimas formas. Desde medicamentos con su nombre en braille (tema sobre el que se está por tratar una ley) hasta las barandas de las escaleras de los subtes u oficinas, pasando por los ascensores, que tienen los botones en braille, para que sepamos qué piso debemos marcar. E incluso las cartas de muchos restaurantes, están en braille para que tengamos independencia a la hora de ir a comer a algún lugar. Porque, lo que brinda el braille a las personas con discapacidad visual, es precisamente eso. Independencia, autonomía. El poder manejarnos en la mayor cantidad de situaciones posibles, sin la necesidad de que otra persona, tenga que leernos las cosas. Tal vez, y solo tal vez, algún día tendremos todos los medicamentos, y no solo algunos, con instrucciones en braille. Y quizás, los alimentos también estén etiquetados en braille, para que sepamos qué queremos comprar, y de que marca, o qué ingredientes contienen. Pero hay un largo camino que recorrer todavía para llegar a estas cuestiones. Lo importante, es siempre ir avanzando, y como yo digo, ver el lado bueno.

El braille y la tecnología

Aquí, hacemos un capítulo aparte. Muchas veces se habla de la llegada de la tecnología, y de como esta irrumpió en la vida de las personas con discapacidad, las cuales dejaron de lado al braille, por utilizar lectores de pantalla que convierten a voz, todo lo que aparece en la misma. Yo creo en lo personal, que la tecnología no vino a reemplazar al braille, si no a complementarlo. Cierto es, que si vamos a hacer un trabajo práctico para la facultad, hoy en día es más fácil hacerlo en word, que escribir con pizarra y punzón. E incluso, buscar el material en internet, en lugar de imprimirlo en braille. Pero, acá hay 2 cosas. La primera, es que no todos podemos adaptarnos a las tecnologías en igualdad de condiciones. Entonces, debe seguir existiendo material en braille, o la posibilidad de imprimir material digitalizado en este sistema, para que quienes no tienen facilidad para la utilización de las nuevas tecnologías, puedan aprender, en igualdad de oportunidades. En este sentido, dejo aquí 3 instituciones que se encargan de estos servicios, entre muchos otros, y productos que brindan a las personas con discapacidad, la posibilidad de ser, como ya dije, mucho más independientes a la hora de estudiar, entre otras cosas. La ya mencionada Editora Nacional Braille, la Biblioteca Argentina Para ciegos, y por último, la Asociación civil Tiflonexos. Y la segunda, es que, en algunos casos, es mucho mejor utilizar el sistema braille, que la voz de un lector de pantalla. A la hora de leer código de programación, o de estudiar inglés, por ejemplo. Es más fácil realizar estas tareas, con un dispositivo denominado Línea braille. Expliquemos un poquito mejor qué es esto.

Con el auge de la tecnología y los lectores de pantalla, se crearon estos dispositivos que poseen de 1 a 4 renglones, y que reemplazan la voz, por el sistema braille, y el teclado, por comandos del propio dispositivo. Para estos, se creó un sistema de braille de 8 puntos, en lugar de los usuales 6, el cual se llama “Braille computarizado”, y permite escribir mayor cantidad de símbolos que con el convencional.

Además de ser útil para lo que ya mencioné, es imprescindible para las personas sordociegas, quienes utilizan las líneas braille, para interactuar directamente con la tecnología. Estos dispositivos, pueden conectarse a celulares, computadoras o tablets, independientemente del sistema operativo y del lector de pantalla. El lector, actúa como intermediario entre este dispositivo y la computadora. Así como se utiliza la voz, para las personas ciegas, ellos utilizan el braille.

Muchos de estos dispositivos, son extremadamente caros. Al igual que otros como el Braibook, un libro electrónico para ciegos, de bolsillo. Su costo es muy elevado, e impide que muchas personas, puedan adquirirlos.

Como venimos diciendo, el braille, no solo no pasó de moda, si no que además, se integró a la tecnología, en lugar de que esta lo reemplace. Esto hace del sistema braille, un sistema muchísimo más vigente que antes, y mucho más necesario. Es más, a mí me gusta mucho escribir desde el celular, y para ello, utilizo una aplicación denominada teclado braille, la cual, crea los puntos en la pantalla táctil del teléfono, y nos permite, pulsando con los dedos de forma simultánea, similar a como lo haríamos con una máquina de escribir en braille, si bien no escribir exactamente a la velocidad a la que lo haríamos con una computadora, sí muchísimo más rápido que cuando utilizaba el teclado qwerty que todos usan. Pueden saber más sobre esto en esta entrada de mi blog, Escribiendo a ciegas en Android. Es por todas estas razones, por las que decido en esta oportunidad, conmemorar el 4 de enero, como el día mundial del braille. Para concientizar a la sociedad de que es un sistema que ayuda a muchísimas personas, y en infinidad de formas. Y para que tomemos conciencia de la importancia que tiene, como vengo diciendo, en la autonomía, y en la independencia de las personas con discapacidad visual.

Y ya llevamos 2 años

Es muy difícil hacerse un lugarcito en un mundo dominado por las imágenes, los videos, y sobre todo los memes y las historias en las redes sociales. Cuando empecé con el blog, muchos me dijeron que el auge de los blogs había terminado, y que habían pasado de moda. Y puede que esto no sea del todo falso. Ya que no se pueden comparar, las vistas y visitas de un blog, con las de los videos en redes, o en las plataformas más populares. Aún así, seguimos existiendo quienes preferimos leer un artículo en este tipo de sitios. Siguen habiendo páginas y grupos, en los que se leen y comparten entradas de blogs. Y siguen habiendo, personas interesadas por la lectura. Muchos de quienes tienen un blog, pueden añadir una imagen o un video a sus entradas, para hacer su blog más atractivo visualmente. Lamentablemente, yo no tengo esa posibilidad, y casi siempre, comparto las mismas imágenes en redes sociales. Sin embargo, hay personas, que deciden acompañarme. Que leen, comentan, difunden y comparten.

Hace casi 2 años, decidí retomarlo, con la entrada que ya de seguro todos leyeron, “Soy Katherine”. Como ya expliqué en esa misma entrada, este blog fue creado en sus inicios, para ir contando todo lo que iba pasando por mi mente, en cuanto a mi transición de género. Pero por razones ya mencionadas allí también, lo había dejado. Al escribir esa entrada, y el hecho de que haya tenido tanta repercusión, se me ocurrió que ahora sí, podría continuarlo. Fue así, como empecé con artículos de opinión, canciones, cuentos e historias, que se me iban ocurriendo, o incluso cosas que soñaba.

Pero este año, decidí ir más allá. Decidí proponerme otros objetivos, además de escribir. Transformé ese blog en un sitio web propio, en el que pude añadir muchísimas características, que mejoran la accesibilidad y la interacción con los usuarios. Desde la posibilidad de escuchar las entradas, hasta modificar el tamaño de la página, entre otras tantas. Algo más que hice hace poquito, es separar las entradas por etiquetas, lo que permite una mejor organización de lectura para los usuarios. Y también, añadí la posibilidad de comentar desde sus cuentas de twitter y facebook. Pueden leer sobre todo esto en la página “navegar por el blog”, desde el menú. Por otro lado, este año, superamos la cantidad de vistas totales del año pasado. Este mes, sí, diciembre, fue en el que más vistas recibimos. La gente lee desde varios países, y gracias a la función de traducción, en muchos idiomas. Hace poco, recibimos las primeras donaciones, a través de la página “Colaborar con KathWare”, a la que se puede acceder también desde el menú.

Más allá, pero mucho más allá de estos datos, descubrí que escribir, es una de las grandes pasiones de mi vida. Que me gusta muchísimo hacerlo. Que amo cada historia, y en sí, cada entrada que sale de mi mente, y logro concretar. Y es por esa razón principalmente, ante todas las demás, que lo hago, y pienso seguir haciéndolo.

Que el contenido de “KathWare”, esté bajo una licencia “Creative Commons”, significa que todo lo que escribo, también es de ustedes. Que está disponible para que lo descarguen, lo escuchen, lo compartan, y se adentren en todas y cada una de las entradas que aquí se encuentran.

Después de tantas palabras, el motivo por el que decidí hacer esta publicación, es precisamente, para agradecerles a todos ustedes. Los que me leen, los que comparten, los que difunden, los que se toman unos minutos para adentrarse en este mundo en el que solo existen las palabras, y la imaginación.

No sé qué publicaré el año que viene, aunque es cierto que ya tengo algunas ideas dando vueltas por mi cabeza. Pero lo que sí sé, es que todo lo que hay hasta ahora, solo serían palabras vacías, si no fuese por todos ustedes. Es como cuando tenés un ladrillo, solo un ladrillo. Pero luego, ese, junto a otros muchos más, terminará siendo una casa. Gracias, por ayudarme a construir, este pequeño lugarcito de mi mente. Todos, absolutamente todos mis lectores, son importantes para mí, aunque no los conozca, o jamás vaya a saber quienes son. Pero hay organizaciones y personas, que a través de sus medios, me brindaron un espacio para contar un poquito sobre este proyecto.

Para finalizar esta publicación, quisiera mencionarlos, y darles a todos ellos también, mis más sinceros agradecimientos. Desearles un gran año 2022, con todos esos proyectos que tanto contribuyen a la accesibilidad, y la mejora de la vida de las personas con discapacidad, entre otras tantas cosas. Gracias, pero muchas gracias por todo. Les dejo a continuación los enlaces a sus respectivos proyectos. Pueden leer sobre algunos de ellos, en la página “Acerca de mí”, o claro, ingresando a cada enlace.

La comunidad de DaLat (Desarrollo Accesible Latinoamericano). La fundación Itgrarte. La comunidad de las de sistemas. La asociación civil Tiflonexos. La aplicación Lazarillo. El sitio periodismo femidisca. Lucía Velázquez y su programa Inclusive. El blog Para Rosie. Y Silvana Marchese, y sus letras del alma.

Discapacidad y prejuicio

A raíz de este artículo del sitio “redacción”, titulado: Ejemplo de personas con discapacidad que cosifican, es que decidí hacer una pequeña reflexión en mis redes sociales. Viendo las repercusiones que tuvo, al día siguiente, se me ocurrió que podría ampliar ese texto, contando ejemplos propios, de experiencias personales y de otras que conozco, además de reflexionar sobre la situación actual de las personas con discapacidad en la sociedad. También, pensé que esta, era una fecha ideal para publicarla, ya que, el 3 de diciembre, es el día internacional de las personas con discapacidad. En fin, primero, les dejo el post en cuestión, y después sigo con el resto de las reflexiones.

Salimos, nos emborrachamos, tenemos familias, llevamos a nuestros hijos al médico, hacemos trámites, pagamos cuentas, impuestos, trabajamos, cocinamos. Somos personas comunes y corrientes. No somos ni superhéroes, ni ejemplos de vida, ni nadie a quien se le tenga que tener lástima. Ninguna persona con discapacidad, debe ser tratada como ejemplo de nada, o por el contrario, como inútil, incapaz de hacer cosas. Porque primero somos personas como cualquiera en este mundo. Y después, tenemos una discapacidad. Si no sabemos hacer algo y te preguntamos, enseñanos. Si tenés miedo de que nos quememos, nos golpeemos, nos lastimemos, sacátelo. Solo haciendo las cosas, podemos aprender. Solo cuando se nos considera personas, podemos progresar. Es cuestión de que dejemos de ver a la discapacidad como una barrera, como una limitación. Y que la veamos como lo que es. Simplemente, una condición. ¿Tengo una discapacidad? Sí. ¿Hay muchísimas cosas que son difíciles? Por supuesto. Pero eso no quiere decir que no podamos hacerlas. El prejuicio positivista que tiene la sociedad por quienes tenemos una discapacidad, es realmente muy perjudicial. Tanto así, que hace que muchas de ellas no puedan conseguir trabajo, no sepan valerse en la vida, hasta mínimamente hacerse un té.
Construyamos todos juntos, una nueva sociedad. Libre de prejuicios, y de todo tipo de discriminación. Empecemos con nosotros, con el que tenemos al lado. Con nuestros hijos, padres, primos, sobrinos, amigos, familiares de amigos que tengan una discapacidad. No me admiren, no me idolatren, no me infantilicen. Trátenme como a cualquier otra persona que, simplemente, tiene una vida. Ni buena, ni mala. Solo, una vida. Y vivan también así, la suya propia.

Entre todas las repercusiones que hubo, la gente que pidió que lo pusiera público, y las reacciones, una amiga, que tiene una discapacidad visual también, comentó lo siguiente:

Y hay casos en que ni siquiera te idolatran, a menos que les convenga, y te rebajan a lo más bajo, teniendo que agradecer uno/a su supuesto buen trato. Y te dicen: vos no sé de qué te quejás, sos una persona privilegiada, hay gente que la pasa peor.

Otra amiga, añadió que una vez le dijeron, que tener una discapacidad, es una circunstancia de la vida.

He leído muchísimos términos sobre las personas con discapacidad. Desde que teníamos diversidades funcionales, hasta que teníamos capacidades diferentes. “Capacidades diferentes tienen los X Men”, dice una tuitera amiga mía. Y es cierto. Dicen que lo que no se nombra, no existe. Pero claro, la discapacidad no deja de existir por el hecho de que no se la nombre. Por supuesto que no. Pero sí se la invisibiliza, se la ignora, se la infantiliza, se le hace lo que se conoce, como discriminación positiva. En este post, pretendo desglosar, siempre bajo mi punto de vista, las formas en las que las personas con discapacidad, sufrimos diferentes tipos de discriminación positiva.

Estudio y trabajo

Es muy difícil, o hasta en algunos casos, imposible conseguir trabajo para personas con discapacidad. En la mayoría de los casos, gran parte del ámbito privado, no se los dan. ¿Y por qué no se los dan? Porque no pudieron estudiar lo suficiente, porque no pudieron entrar en un mercado en el que, cada vez exigen más conocimientos y experiencias, y que a cambio, ofrece muy poco. He sabido de personas cercanas que han tirado CV por todas partes y hacia todos lados, y nunca las han llamado. Y muchas de ellas, con títulos universitarios o terciarios incluídos. No tienen experiencia suficiente, no tienen los conocimientos requeridos, el puesto no está adaptado. El puesto, no está adaptado. Y claro. A veces, y solo a veces, suelen admitir que son ellos los que están fallando. ¿Qué requiere adaptar un puesto? Para quienes tienen una discapacidad visual, un lector de pantalla. Para quienes tienen sillas de ruedas, ascensores y rampas. Y así. O sea. Existen situaciones en las que la no contratación, podría ser justificable. Pero lo que realmente sucede, es que indirectamente, no quieren contratarnos. Y es que, hay muchísimos trabajos en los que podríamos desempeñarnos sin inconvenientes. Pero, para empezar, muchas empresas, desconocen siquiera que podemos utilizar un celular o una computadora. Mucho menos van a saber, que somos capaces de trabajar. En segundo lugar, el miedo. No están preparados ni capacitados para enseñarnos, ni para entender qué significa trabajar con una persona con discapacidad. Porque, es cierto que se requiere un tiempo extra, para explicarnos el funcionamiento del lugar. Tanto física, como virtualmente. Ubicación de los puestos, de los baños, hasta como manejarnos en sus sitios webs y apps internas, lo que ya sabemos, no es lo mismo para quienes tengan una discapacidad visual, como para quienes no, o incluso para quienes tengan otro tipo de discapacidades. Y, adaptar estas aplicaciones, estos puestos de trabajo, no es fácil de hacer. Pero esto no quiere decir, que sea imposible, claro que no. Si no nadie, tendría un trabajo en el ámbito privado.

Hay algunas empresas que no solo están adaptadas, en gran parte, para que trabajemos en ellas, si no que además, se ocupan de difundir la empleabilidad de personas con discapacidad. Lo que muchas veces no se sabe, es que quienes contraten a personas de comunidades vulnerables, tienen beneficios impositivos. Es decir, una reducción en el pago de sus impuestos. Esto implica que, si bien las tecnologías asistivas que necesitemos pueden llegar a representar un costo, este es compensado por esta reducción. Y muchos pueden decir, de ahí a accesibilizar nuestras apps o sitios webs, es otra cosa. Nada más lejos de la realidad. Sí es cierto que accesibilizar un sitio que ya está en funcionamiento, puede representar un costo alto. Pero la web, las apps, fueron hechas para ser accesibles. Y la accesibilidad, no debe ser algo que quede para después. Desde cualquier empresa y/o institución, ya sea del ámbito público como privado, se pueden usar las Pautas de Accesibilidad para el Contenido Web (WCAG). Las cuales poseen lineamientos para desarrollar sitios webs y apps, de forma accesible. Esto está disponible de forma totalmente gratuita, para todo el mundo, y es mantenido por el propio W3C, es decir, el propio consorcio global de internet. Pero no se trata, ni mucho menos, de accesibilizar sitios webs, oficinas y demás. La cuestión, es mucho más compleja todavía.

En una reunión de empresarios, escuché una vez que querían llegar al 85% de las personas con discapacidad, que no tenían trabajo. Desafortunadamente, aunque tuviesen las mejores intenciones, esto, es probable que mientras la cosa siga así, no sea posible. Los requisitos de contratación de las empresas, son demasiado altos para las verdaderas oportunidades de estudio, que tienen las personas con discapacidad. Cierto es, que al menos cuando hablamos de tecnología y/o programación, por dar un ejemplo, hay cosas que están mejorando. Ya he mencionado en otros artículos, a la Fundación Itgrarte. Se encargan, entre otras cosas, de brindar capacitaciones en lenguajes de programación, a personas con discapacidad, con perspectiva de accesibilidad. Y, otra cosa importante a destacar, es que tanto sus integrantes como los mentores de dichas capacitaciones, también tienen una discapacidad. Hay una frase que dice: “Nada sobre nosotros sin nosotros”, y creo que puede aplicarse perfectamente al trabajo que ellos realizan. La oportunidad de ingresar a un mercado que es tan demandado como el de tecnología, y que ofrece buenas remuneraciones, es algo que no se puede dejar pasar. Pero claro, desafortunadamente, aún falta mucho más por hacer. Y no son ellos, quienes deben hacerlo. ¿Porque, y los otros casos? ¿Y qué tal quienes estudian otras carreras, o estudian en institutos, universidades, o quieren estudiar en línea?

Muchas instituciones públicas y privadas, no están adaptadas ni en sus contenidos, ni en la capacitación a los docentes, para enseñar a personas con discapacidad. En la entrada Diferentes, ya expliqué lo difícil que fue para mí, y para muchos, estudiar programación. Un amigo que quedó ciego de grande, y que se había recibido de programador, me contó que cuando quiso convalidar su título, le dijeron que no podía, porque no había programadores ciegos. Él pensó lo mismo durante mucho tiempo, hasta que me conoció a mí. Hoy en día, está capacitándose por su cuenta con herramientas accesibles, y esperando su oportunidad, para entrar al mercado laboral. Muchísimas universidades, webs de cursos en línea, tutoriales y demás, no son accesibles. Entonces, pasa esto de que, por diversas razones, las personas no pueden estudiar la carrera que desean.

Según la ley, las personas con discapacidad debemos ser admitidas en cualquier institución pública o privada sin distinciones. ¿Pero, si nos admiten, y aún así la discriminación indirecta sigue existiendo, de qué sirve realmente? Cierto es, que en cuanto a los estudios, muchas cosas están cambiando, la creación de fundaciones como itgrarte, u otras ONGs que trabajan en la misma línea, por ejemplo. Y hay algunas universidades e instituciones, que ya tienen carreras orientadas a la accesibilidad. Pero falta un largo camino por recorrer todavía. Y vamos a intentar llegar a la raíz del problema, en las siguientes secciones.

La discapacidad y el estado

Existe otro gran jugador que se encarga de marginarnos aún más. Y es, el propio estado. Según la ley, el 5% del personal de las instituciones públicas (también alcanza a las privadas pero para estas no es obligatorio), debe tener una discapacidad. Esto, no solo no se cumple, si no que además, para quienes sí pueden conseguirlo, en su mayoría tienen sueldos bajos, que no llegan a cubrir la canasta básica. Por supuesto que tampoco tienen pensión por discapacidad. Automáticamente, al trabajar en blanco, esta se les quita. No se contempla que, además de los gastos habituales de cualquier persona, quienes tienen una discapacidad, deben también utilizar parte de esos ingresos, para otros gastos. Tratamientos, bastones, dispositivos, software especial, entre otros. Es justo decir que mucho de esto puede conseguirse con coberturas u obras sociales. Pero los trámites son muy engorrosos, y al ser costosos, en muchos casos, estas se niegan a cubrirlos. He de destacar, que esta ley del 5% obligatorio, no es ni una dádiva, ni una limosna. Como comenté en el artículo Orgullo 2021, la constitución nacional dice que toda persona que habite el suelo argentino, tiene derecho a un trabajo digno. El problema acá es, que no se nos considera personas. Por eso debe existir una ley, para que se respeten derechos que, tendrían que habernos garantizado desde el principio.

Sobre los trabajos en sí, existen también, programas de “capacitación laboral” brindados por el estado, al estilo de pasantías. En estos casos, lo que se les paga, es tan poco, que incluso es mucho más bajo que las pensiones, y el resto de los planes sociales. Lamentablemente, esa capacitación laboral, no te garantiza de forma alguna, que luego puedas conseguir un trabajo estable y bien remunerado en algún otro lado. Pero claro, somos privilegiados. Tenemos que estar agradecidos por lo que el estado benefactor, nos regala.

Otra gran dificultad, es la falta de accesibilidad digital y edilicia en todo tipo de instituciones públicas. Ya hablamos de eso en el tema del estudio, pero vamos aún más allá. Desde falta de rampas en edificios gubernamentales, hasta páginas inaccesibles para hacer trámites de todo tipo, e incluso bancos del estado con apps y sitios webs totalmente inaccesibles. Pasando por miles de cosas más, que si las nombro todas, no termino nunca. Pero por mencionar una específicamente, en cuanto a la accesibilidad digital, está el artículo que publiqué hace unos meses para la izquierda diario: la justicia le ordenó a la justicia, que el sitio web de la justicia, sea accesible. En este artículo, hablo de un recurso de amparo presentado por abogados ciegos, en el que le pedían a la corte suprema, que el sitio web del poder judicial, sea accesible. Teniendo en cuenta que la ley de accesibilidad web salió en 2010, se creería que todas las instituciones del estado habidas y por haber, deberían haber reacondicionado sus sitios webs para que lo sean. Sin embargo, no fue así, pero ni por asomo. Mientras que el resto de los abogados podían llevar adelante sus casos desde sus hogares durante la pandemia, los abogados ciegos tenían que concurrir a tribunales presencialmente para hacerlo. Este, es solo uno de los tantos ejemplos en los que los derechos de las personas con discapacidad, se ven vulnerados por ineficiencia del estado.

En cuanto a quienes no tienen ni siquiera los ingresos suficientes como para independizarse, bueno, imaginate que te querés ir a vivir solo/a. La mayoría, puede estudiar mientras trabaja, conseguir un trabajo de medio tiempo que te permita ahorrar alguito para poder luego, pagar un alquiler. Si tenés una pensión o un trabajo poco remunerado, esto es imposible. Muchos deben salir a trabajar en el transporte público, con todos los riesgos que esto implica, para poder mínimamente subsistir, sin la ayuda de padres o familiares.

Sobre los extranjeros con discapacidad, la cosa es muchísimo peor. Porque deben tener 20 años de residencia en el país, para poder acceder a una pensión. Si a eso le sumamos lo que ya dije sobre los estudios, y la falta de oportunidades para conseguir trabajo, la verdad, sí que se hace cuesta abajo. Acá siempre salta el odio de clase contra los migrantes. Que por qué no se quedan en su país, y demás cuestiones. Yo, soy de la filosofía del gran maestro León Gieco. El día que se reciba a un extranjero pobre, de la misma forma en la que se recibe a los ricos que vienen a saquear nuestros recursos naturales, así, y solo así, será de igual a igual.

La discapacidad en los medios

Durante toda mi vida, me han hecho entrevistas de todo tipo, y por variadas situaciones. Además, conozco muchas notas y entrevistas hechas a personas con discapacidad, bajo la misma premisa. Siempre, destacando la discapacidad, por sobre la persona. El logro, la valentía, la lucha, la fuerza para salir adelante, para triunfar, a pesar de la adversidad, de las circunstancias que juegan en contra. Lo que se conoce, como resiliencia. No tengo duda alguna de que salir adelante, no es fácil. Pero tener una discapacidad, es una condición más de la vida, como cualquier otra. Y tenemos que aprender a vivir con, y a pesar de ella. La difusión de los medios, no hace más que perpetuar algo de lo que ya venimos hablando. La idolatría, la infantilización, la compasión, la lástima, la admiración, por cosas que, claro está, puede hacer cualquier otra persona, sin ningún inconveniente. ¿Por qué lo que para ellos es normal, para nosotros es digno de ser admirado? ¿Por qué no se comprende que podemos tener una vida como la de cualquier otra persona?

Cuando con mi amigo Javier, hicimos el proyecto de Mafalda en braille (acá enlazo al cuentito que escribí pero se puede googlear para saber más información) pasó que, muchísimas veces, me llamaban a mí para entrevistarme, y no a él, aunque el proyecto lo habíamos hecho ambos, y con igual participación en el mismo. Evidentemente, para los medios era más rentable a nivel difusión e interés, entrevistar a una persona ciega. Y así, los casos son tan infinitos, que serían incontables. La razón por la que participé de todo aquello, fue porque era importante darlo a conocer, para que cada vez más personas con discapacidad visual, se enteren que ahora podían leer la primer historieta en braille del mundo. Pero jamás dejé de destacar la participación de mi amigo, y de mencionar que sin él, ese proyecto jamás habría sido posible. Después de los bombos y las fanfarrias, el interés por continuar el proyecto por parte del gobierno, no solo decayó, si no que desapareció definitivamente. Todavía se pueden conseguir las 30 tiras que hicimos, en la editora nacional braille.

Como en todos los puntos que intento tocar, acá también hay que tratar de buscarle el lado bueno. En este sentido, este año comenzó a cambiar un poco la cosa. El gobierno nacional, publicó un documento titulado: Recomendaciones para el tratamiento responsable de la discapacidad en los medios públicos. Claro que no alcanza a los medios privados, es obvio. Pero al menos, es un avance. Falta que los medios de difusión masiva lo conozcan, y lo implementen, para tratarnos como lo que insisto, realmente somos. Personas con discapacidad.

Lo discapacitante es el entorno

Hay una frase que dice que, la discapacidad en sí no está en la persona, si no en el entorno que la rodea. Es decir, mientras más acceso tenga a la accesibilidad en todas sus formas, menor serán las dificultades que deba enfrentar con respecto a su discapacidad. A lo largo de mi vida, me ha tocado conocer infinidades de historias y experiencias referidas a esto. Por lo que vamos a poner un ejemplo. Hay 2 personas con discapacidad motriz. Mientras que los padres de una de ellas tienen excelentes ingresos económicos, los de la otra no. Entonces, una de ellas puede tener un chofer que la lleve a todos lados, sillas de ruedas diferentes dependiendo de la situación, incluyendo una que le permite disfrutar del agua, ya que puede flotar en ella. Por el contrario, en el segundo caso, ni siquiera pueden comprar una silla de ruedas, por lo que la persona se pasa la vida arrastrándose para llegar a todos lados. Cuando después de muchos intentos, la obra social, o cobertura estatal, o cualquier entidad pública le consigue la silla, esta persona tiene las piernas tan deformadas, que ya no le sirve de nada. Lo ideal, sería que ambos tengan las mismas posibilidades y oportunidades de conseguir lo que necesiten, para mínimamente, tener una vida digna. Desafortunadamente, esto no solo no es así, si no que es aún muchísimo peor. A menor cantidad de recursos, mayor es la falta de accesibilidad en todos los aspectos de la vida. Incluso, se sabe que en los países desarrollados, debido a los grandes avances tecnológicos y al mayor acceso a ellos, las personas con cualquier tipo de discapacidad, tienen una mejor calidad de vida. Y claro, es obvio que si podés comprarte algo en tu país, tengas más posibilidades de hacerlo, que si tenés que traerlo del extranjero. Es más, aunque puedas traer un producto importado, al no tener soporte local, en caso de daño, este quedaría inutilizable, o tendrías que pagar nuevamente, para llevarlo a reparar a su país de origen.

La sociedad

“…Tenés que venir con alguien, no tenés que andar solita. ¿Vos andás solita para todos lados? No deberías, con lo peligroso que está todo. ¿No tenés quién te acompañe? ¿Te espera alguien afuera?” Fragmento del cuento: La profe piola. ¿Alguna de las preguntas anteriores, te suenan familiares? ¿Nunca quisieron acompañarte a tu lugar de destino, porque pensaban que no podías llegar sola? ¿Nunca yendo a un hospital, o a hacer un trámite, le preguntaron tus datos, o le dieron indicaciones, o le hablaron a la persona que estaba al lado tuyo, en lugar de a vos? ¿Nunca te exigieron que vayas con acompañante a un hospital, diciéndote que si no, no podían llevarte, porque no podías ir sola? ¿Nunca te preguntaron si sabías cocinar, lavar la ropa, limpiar? ¿Nunca te preguntaron como hacías para… tener relaciones sexuales? ¿Nunca te dijeron angelito de Dios? ¿Nunca te dijeron que ayudándote, estaban haciendo la buena acción del día, que ya tenían el cielo ganado? ¡Mirá! ¡Un ciego con un bebé! ¡Qué lindos los nenes! ¿Seguro son tus ojos, tu luz, tu guía, no? ¿En serio sos programadora? ¡Para mí, es como si me dijeras que fuiste a la luna y volviste!

Estos, son solo algunos de los tantos ejemplos, de lo que la sociedad piensa de las personas con discapacidad. Básicamente, nos ven como incapaces, infantiles. Sí. Como niños que, no solo no aprendemos a realizar tareas básicas, si no que nunca las vamos a aprender. Exacto. Para gran parte de la sociedad, fuimos, somos, y seremos niños eternos. Y, aunque en muchos casos estas preguntas pueden parecer inofensivas, en otros, es mucho más grave, porque se vulneran los derechos que tenemos como ciudadanos, como habitantes de una nación; como personas adultas, integrantes de una sociedad.

Uno de los hechos más graves que recuerdo, fue cuando empecé a buscar alquiler. Llamé por teléfono a una inmobiliaria, concerté una cita para visitar un departamento, y fuimos en patota a verlo. Mi familia, y 2 amigas, una de ellas, también con su hija. O sea. Personas adultas ciegas, y varios niños. Lo que me suele suceder a mí, es que nunca menciono por teléfono que tengo una discapacidad. No lo veo necesario. No me parece algo relevante de mencionar. O sea, sí, tengo una discapacidad, lo sé. No es que lo niegue, ni mucho menos. Pero es algo con lo que convivo desde que nací. Que ya tengo totalmente asumido. Y, a pesar de eso, puedo desempeñarme en casi todos los aspectos de mi vida, sin inconvenientes. Entonces, cuando llamé a esa inmobiliaria, tampoco se lo dije. En fin, llegamos, tocamos el timbre, y abrió la puerta:

—Disculpame, pero yo no te puedo alquilar a vos.

—¿Por qué? Pero si todavía ni hablamos, no entramos ni a ver el departamento.

—NO, lo que pasa es que vos sos especial, ustedes son especiales. Yo tengo 2 sobrinos hipoacúsicos, y ustedes tienen otras necesidades, otras cosas. Yo tengo que hablar primero con el consorcio, a ver si los aceptan. A ver si el departamento está como para que lo puedan habitar.

Ante estos comentarios, le expliqué que nunca había tenido ese tipo de problemas, y que jamás me habían hecho ese tipo de cuestionamientos. Que yo, consideraba que me estaba discriminando. Me respondió que no, que no era discriminación. Que yo tenía que entender que tenía una “capacidad diferente” (otra vez ese término) y que había edificios o departamentos, que podrían no estar aptos para mí. Una de mis amigas intentó filmar lo que ella decía (es abogada) pero no se grabó, lamentablemente. Evidentemente, sí lo consideré un hecho de discriminación. Consulté al INaDi, y me dijeron que, lean bien: yo tenía razón. Según la ley, y la propia convención de los derechos de las personas con discapacidad, la única que puede decidir si puede vivir o no, en cualquier tipo de vivienda, es la propia persona con discapacidad. Exacto. Ella, y nadie más. Como cualquier otra persona sin ninguna discapacidad.

Otra de las situaciones en las que esta discriminación se vuelve grave, es cuando hablamos de los delitos cometidos por las propias personas con discapacidad. ¿Pero, qué ustedes no eran todos angelitos? No. No, no, y no. Las personas con discapacidad somos personas, como cualquier otra de este mundo, y después tenemos una discapacidad. Hay abusadores, violadores, golpeadores, asesinos, etc. Pero, en muchos casos, las denuncias no se toman en serio. He sabido de casos de violencia de género, en los cuales la reacción de la policía ha sido, desde desestimarla, ignorarla, o hasta tratar al golpeador como un niño, diciéndole “vos no tenés que pegarle a la nena, vos tenés que portarte bien, tenés que ser un nene bueno”.

La mirada de la sociedad hacia las personas con discapacidad, tiene que cambiar en todos sus aspectos, como ya vengo diciendo. Y esta, es otra de esas miradas que están tan naturalizadas culturalmente, que es muy difícil de erradicar. Las propias personas con discapacidad, nos encargamos, cada vez que tenemos la oportunidad, de difundir una mirada diferente. Sin ir más lejos, la ONG Redi (Red por los derechos de las personas con Discapacidad) se ocupa de difundir nuestros derechos. Incluso, desde la sección de género de Redi, nos podemos descargar una app, en la que tenemos información sobre derechos sexuales y reproductivos principalmente, pero también hay una sección de derechos generales, para cualquier persona con discapacidad. Por supuesto, que es una app totalmente accesible. Iniciativas como esta, son de gran utilidad para conocer qué derechos tenemos, y qué podemos hacer en la sociedad, contribuyendo a este cambio de perspectiva.

La familia

Quizás, más allá de todos los puntos controversiales que he tocado a lo largo de este artículo, este, sea el más debatible de todos. Se supone que la familia es la que te protege, la que te prepara para tu vida adulta. La que, debe hacer lo mejor para vos. Según la psicología, el trato que tengas hacia tus hijos, los modos, lo que le inculques, su educación, será lo que defina en gran parte, como será este, el día de mañana. Claro que sabemos bien, hay muchos factores externos. Los amigos, el colegio, la adolescencia, el entorno en general. Pero no hay duda alguna de que la infancia, es la etapa más importante de nuestras vidas. En la infancia, los niños comienzan a recibir y procesar, todo aquello que luego los ayudará a integrarse plenamente en la sociedad, en su vida adulta. En el caso de la discapacidad, muchas veces, esto no se hace de la mejor manera. Aclaración. Convengamos que ningún padre del mundo, es perfecto. Y que estos conceptos psicológicos que explico, pueden aplicarse a cualquier niño, independientemente de que tengan o no, una discapacidad. De seguro muchos padres cometemos miles de errores todos los días, y nuestros hijos no serán santos. Pero mi cuestionamiento, va mucho más allá.

Primero, el rechazo. Hay padres que directamente, niegan, o no aceptan la discapacidad de sus hijos. Esto les genera baja autoestima, entre otros síntomas más severos. También, están quienes discuten sobre la discapacidad del niño, frente a él, tratándola como un problema a resolver, como algo que está mal. Esos padres pueden pretender que los niños vayan a escuelas comunes, o incluso llegar al extremo de que estos utilicen útiles que no les sirven de nada, como un lápiz y una hoja común, para quienes tenemos una discapacidad visual. Esto, puede llegar a generar en muchos casos, un resentimiento del propio niño para con su discapacidad, lo que hace que sienta odio y rechazo hacia la misma, al igual que lo hicieron sus padres con él, y hacia los demás.

Después, están quienes no la niegan, pero ven a la discapacidad al igual que el resto de la sociedad, como algo que hay que sobreproteger, que cuidar, que meter en un frasquito de cristal. Algo que no puede romperse. Esto les impide enseñarles cosas básicas, porque piensan que pueden quemarse, lastimarse, golpearse, como expliqué en el post que inició todo esto. Esto genera chicos inseguros de sí mismos, con poca capacidad de resolución de conflictos. A ver. Expliquemos esto mejor. ¿Si todo el tiempo le estás diciendo a una persona, no, no hagas esto, cuidado, no hagas lo otro, pará, no ves que no podés? ¡huy! ¡Se te cayó! Dejá, dejá que lo hago yo. ¡Sos un inútil! En algún momento, la persona en cuestión, va a creer que esto es cierto. Y, no solo va a tener baja autoestima, si no también, muchísimas inseguridades, a la hora de enfrentarse a cualquier situación. Porque siempre está dependiendo de otra persona, que sí sabe hacer esas cosas. También, son padres negadores, en el sentido de que, si bien saben de ejemplo de otras personas con discapacidad que salen adelante por sí mismas, no ven en esa situación, a sus propios hijos. Digo padres en general porque es lo que se acostumbra, pero aclaro que aplica a cualquier persona que conviva con otra con discapacidad.

A continuación, tenemos a los padres cómodos, que generan hijos cómodos. Estos no tienen, al igual que los anteriores, interés en que sus hijos aprendan nada, por sobreprotección. Pero, generan en sus hijos, que tampoco quieran aprender. Es decir, mientras que en el caso anterior, la persona con discapacidad, a pesar, o quizás mediante el mal trato, porque es un mal trato, intenta aprender, en este caso, la persona con discapacidad, también permanece cómoda ante esa situación, no poniendo interés en aprender a valerse por sí misma.

Y por último, al menos los casos de los que yo tengo conocimiento, o los que recuerdo en este momento, tenemos a padres un poco más comprensibles. Saben que sus hijos no pueden hacer ciertas cosas, y muchas no se las enseñan, pero no les prohíben hacer nada de lo que ellos quieran aprender. Incluso, teniendo en cuenta los riesgos que esto implica. Tengo un ejemplo propio para este caso. No se trata de cosas de la vida cotidiana pero, sí es un caso en el que a pesar de los riesgos, mis papás, no me prohibieron. Aprender, a andar en bicicleta. La bicicleta y el monstruo.

Conclusiones

Este texto, es quizás uno de los más largos que haya escrito. Pero quería tocar este tema desde hace tiempo, y el artículo en cuestión, me dio la oportunidad. Mi intención no es decirle a los demás lo que tienen que hacer, o inmiscuirme en la vida de nadie. Solo trato de expresar mi punto de vista sobre un tópico del cual, si bien se habla, lo que se dice y se sabe, es realmente muy poco. Quiero hacer reflexionar a la sociedad, a las personas en particular, a las empresas, y al estado. En sí, a cualquiera que lo lea. Quiero que las nuevas generaciones, conozcan realmente a las personas con discapacidad. Quiero que los padres, conozcan las capacidades de sus hijos. Que aprendan a reconocer lo que nos hace iguales, y no aquello que nos diferencia. Soy realmente consciente, de que muchísimas veces los malos tratos que sufrimos quienes tenemos una discapacidad, son por falta de conocimiento del otro. Por ignorancia. Pero en otros casos, es indiferencia, desinterés. O incluso, en otros, todo lo contrario. Es llenarse la boca hablando de inclusión, cuando lo que se hace, se nota a leguas que es insuficiente. El 85% de las personas con discapacidad, no tiene trabajo. No, tiene, trabajo. Y esto, es lo que quiero cambiar. Que tengamos las mismas posibilidades y oportunidades en la vida, que los demás. Pero para lograrlo, el granito de harena, lo tenemos que poner entre todos. Espero que cada quien, empiece a aportar el suyo, así como yo, intento desde este rinconcito, aportar el mío. Como dije. Con sus hijos, amigos, primos, hermanos, sobrinos, padres, familiares que tengan una discapacidad. Para que así, seamos una sociedad, libre de prejuicios y de todo tipo de discriminación. Sí. Incluso libres, de la discriminación positiva.

El mal querer de Flamenca y Rosalía

Alerta spoiler. El presente artículo es una reflexión propia a partir de la lectura de la novela “El romance de Flamenca”, escrita por un autor anónimo en el siglo XIII, y del álbum El mal querer” de Rosalía, publicado en 2018. Si bien, no es necesario leer el libro, sí recomiendo escuchar el mencionado trabajo discográfico, antes de continuar leyendo, debido a que aquí se encuentran apreciaciones propias que podrían condicionar la opinión de quien lo escuche posteriormente. Para hacerlo, pueden saltar al título de fuentes y enlaces directamente, y clickear en el de Spotify o Youtube, como mejor lo prefieran.

Sin dudas, uno de los mejores álbumes musicales de los últimos tiempos. Y una de las mejores artistas, más allá incluso de las críticas que han dado que hablar en estos más de 3 años de su desembarco en la escena musical internacional. Rosalía, y su “Flamenca”.

“el mal querer”, fue el segundo trabajo discográfico de la artista española Rosalía. El mismo, fue realizado en el marco de una tesis, para especializarse en el cante flamenco. Desde la propia comunidad gitana, se la ha criticado entre otras cosas, por apropiación cultural. Pero no se puede negar, que vino a darle a la música, un nuevo ritmo, una nueva forma de escuchar varios estilos, fusionados de forma tal, que ya en su lanzamiento, superó récords de reproducción no solo en listas españolas, si no en varias partes del mundo.

De mi parte, solo puedo decir que se ha convertido en el disco que más he escuchado desde que una amiga me lo mostró, allá por enero de 2019, y en uno de mis discos favoritos. Y es que, su riqueza musical es tal, que cada vez que lo vuelvo a escuchar, encuentro algo nuevo. Un sonido, una voz, un instrumento oculto… Pero no vengo en sí a hablar de mí, si no de ella. De Flamenca, de Rosalía.

Como ya se sabe, dicho álbum está inspirado en una novela escrita alrededor del siglo XIII, llamada “El romance de Flamenca”. El libro batió récords de venta también, a partir de la publicación del álbum. La novela, cuenta la historia de Flamenca, una mujer cuyo padre la casa con un noble caballero de nombre Archimbaud de Borbón, mayor que ella. Cabe destacar que el casamiento es con consentimiento de ella. Este, una vez casados, a partir de celos infundados por la reina, decide encerrarla en una torre junto a 2 doncellas, quedándose él como guardián en la puerta de la misma, no pudiendo confiar en nadie más, debido a sus celos tan fuertes. Este se deja estar, a tal punto que, cuya apariencia, sumada al hecho de su encierro, le produce rechazo a Flamenca. Otro noble caballero de nombre Guillermo, quien se enteró del encierro de Flamenca, y de su fama y belleza, se enamora de ella. Y, sin spoilear toda la historia, por el momento solo diré que se pone como objetivo, el conquistar y enamorar a la misma, utilizando tretas y argucias, con un cuarto personaje principal, en este caso abstracto, quien aparece en la historia como “El Amor”. Rosalía, se inspira en los celos, en el concepto del Amor, y en ese triángulo amoroso, para traernos a Flamenca, al siglo XXI. La forma en la que lo hace, es magnífica. En este artículo, me propongo desentrañar esa novela. No la del siglo XIII, si no la del siglo XXI. La novela musical de Rosalía.

Debido a que no los conozco en su totalidad, porque por obvias razones no puedo verlos, y porque no tuve la oportunidad de que me los describieran, no voy a hablar de los videos. Solo mencionar que, según lo que leí, tienen una impronta con influencias religiosas, con referencias al arte, y por supuesto, al tema que, con tanta pasión, toca durante todo el disco. La violencia de género, el machismo, los celos. Voy a hablar de cada capítulo de esta novela musical, sin mencionar los temas en sí, y explicar lo que para mí representa, esta maravillosa obra de arte. No voy a copiar fragmentos de las letras, ya que no tengo conocimiento de si puedo hacerlo, sin violar derechos de autor. Y bueno, como todo el contenido de KathWare está bajo una licencia creative commons, en fin, que quiero tener la libertad de hacerles llegar estas reflexiones, sin tener problemas.

El mal querer

Augurio: es el primer capítulo de la novela. En este, nos cuenta una especie de presentimiento de lo que va a suceder durante el resto de la historia. A través de recursos literarios como los miedos infantiles, el miedo a la oscuridad, a las voces en la escalera, a los ruidos nocturnos, Rosalía nos introduce en el mundo de esta joven, quien comienza a crecer y prepararse para su inevitable destino. Aquí ya podemos comenzar a conocer a nuestra flamenca, a través de su descripción. Sabemos que es una joven que posee joyas. Esto, aunque no es determinante, nos indica que, al igual que la de la novela, es una mujer de un buen poder adquisitivo.

Boda: el segundo capítulo. Ya nos estamos metiendo de lleno en la historia. El casamiento de nuestra Flamenca. Acá reafirmamos su pertenencia a la alta sociedad, es decir, la posesión, y/o posibilidad de elegir, como claramente nos cuenta ella misma, los tipos de joyas que prefiere. La del siglo XIII, es hija de un conde. El caballero con quien se casa, es también adinerado y de gran fama. A tal punto llega, que según nos cuenta la historia, la celebración es de las más hermosas que se han visto. Volviendo a la actual, se empieza a notar, el machismo y los celos del novio. El pretender silenciar a quien no esté de acuerdo con dicha celebración. La arrogancia de considerarse tan imprescindible, que afirma, de forma muy presumida por su parte, que ella llegaría a matarse por él. Pero además, podemos encontrar alabanzas hacia ella, a su belleza. El complacerla con regalos y cumplidos.

Celos. Tercer capítulo. Una disertación entre ambos. Claramente podemos iniciar aquí, el nudo de la historia. Celos no solo obsesivos, posesivos. Si no que también, extremadamente ilógicos. El oro que la cubre, el aire levantándole el pelo. Celos ya no solo hacia las personas, sino incluso hacia ella, hacia su propia belleza. Con el miedo a que se escape, a que lo deje. Como si fuese su posesión, su propiedad. Ella, sintiéndose observada en todo momento por él. Ya, perdiendo su libertad.

Disputa. El cuarto. Volviendo al siglo XIII, podríamos decir que es aquí donde él encierra a flamenca en la torre. En la del siglo XXI, sin duda, la parte más fuerte de esta novela. Sus celos lo llevan a ejercer violencia ya no solo psicológica, si no también física y directa hacia ella. El autoconvencimiento de que, es ella quien provoca esas reacciones de su parte. Que él solo cumple con el deber de hacer que ella lo respete. Acá, los efectos sonoros de la canción, el tono con el que la canta, e incluso la sonoridad de la voz, juegan un papel más que importantísimo. Los gritos de él, el llanto de ella, el sufrimiento, la reacción… Todo, conforma un conjunto de cosas que, realmente te hacen sentir esa violencia, como si fueses vos, quien la está padeciendo.

Lamento. El quinto capítulo. Es aquí donde ella, se lamenta por el destino que le toca. Por verse y sentirse encerrada, apartada del resto del mundo. Por pensar que no tiene escapatoria. Que deberá sufrir su destino, aunque reniegue de él. Es una canción con una tristeza absoluta. Ya aquí es ella, quien tiene la palabra, quien logra expresar sus emociones.

Clausura. Capítulo sexto. Un recitado que, nos cuenta un poquito más de lo que siente, pero con un pequeño detalle. Habla de 2 ángeles. Si regresamos a la Flamenca del siglo XIII, podríamos decir que se refiere a las doncellas que la acompañan en su encierro. Pero, Rosalía decide aquí, tomar otro rumbo. Y más adelante, lo veremos con más claridad.

Liturgia. Séptimo capítulo. Rosalía hizo esta canción, inspirada en Bagdad, un reconocido club erótico de Barcelona. En esta oportunidad, podemos ver a nuestra Flamenca a las afueras de dicho club. Invisible para los demás. Desolada, triste. Casi desesperada, implorando una solución a Dios. Es como una mezcla entre el cielo que anhela, y el infierno en el que está viviendo. Creo que incluso la elección del club en cuestión, reafirma esto, al tratarse de un lugar, considerado por la religión, como pecaminoso. Como adicional, tenemos una mínima descripción física de ella.

Éxtasis. El octavo. A diferencia de la novela del siglo XIII, en esta oportunidad, es aquí recién donde aparece el tercero en discordia, por decirlo de alguna forma. Y, de hecho, no se le da participación, más que en esta canción. Podemos encontrar a una Flamenca distinta. Entregada de pleno a esta aventura con su amante. Sabiendo que tienen que cuidarse, que su relación, debe permanecer oculta. Aún así, disfrutando sin tapujos de este nuevo amor. Con un cúmulo de sensaciones que, se entiende, no había vivido antes. Haciendo hincapié, como podemos ver a lo largo de la canción, en la pronunciación, de su nombre. Es decir, con un protagonismo más marcado, con una autoestima, muchísimo más alta.

Concepción. Capítulo noveno. Aquí, es donde al fin revelamos el misterio al que hacíamos referencia en el capítulo 6. Los ángeles con los que subió desde el infierno. Podemos asumir que se trata de niños. Tal vez, un embarazo no deseado de su marido. Sabemos que estos hijos, son producto de una relación tóxica, una relación en la que ella, sufrió muchísimo. Intenta dormirlos con una canción de cuna, pero con una tristeza muy marcada, por los sentimientos encontrados que esto le provoca. Y con esta canción, se podría decir que ya comenzamos el desenlace de la historia.

Cordura. El décimo. Es lo que nuestra flamenca del siglo XXI, pierde en esta canción. Entiendo que la instarían a que continúe su relación, con el padre de sus hijos. Diciéndole que, sin él, no tendría futuro. Pero ella, no puede continuar viviendo así. Sufriendo por la violencia, por el amor que la espera afuera… Y, nuevamente con efectos sonoros alucinantes, y con una valentía muy pocas veces vista, lo mata. Se hace fuerte, se revela, aunque tenga todo en contra. Se libera al fin de las cadenas que la tenían prisionera. El estribillo, es para mí una de las frases más significativas de todo el disco.

Poder. El último. Y sí, como su nombre lo indica, no podría tratarse de otra cosa. Ya nunca más, ningún hombre va a lastimarla, va a dañarla, va a condenarla. Solo se debe a su Dios, y a nadie más. Un resumen de gran parte de la historia, en una pequeña canción, hecha solo con un coro de voces. Un recuerdo que, si bien causa sufrimiento, nunca se va a borrar de su mente, de su cuerpo, de su alma.

El mal querer. Es el nombre del álbum. Pero también nos puede llevar a reflexionar el por qué de ese nombre. Dicen, que quien te quiere, no debe lastimarte. Por consiguiente, si lo hace, es porque realmente, no te quiere. Por otro lado, también hay quienes afirman que incluso esa, es una forma de querer. Retorcida, sí. Pero que lo es. Se podría decir que hablamos de eso, cuando nos referimos a este título. Pero en realidad, yo creo que no. Que en este caso, Rosalía se refiere al “Mal querer” de ella. Al hecho de que, como dijimos, ella quiso, pero recibió de él solo violencia. Y que cuando luego intentó querer de nuevo, aunque pareció funcionar, debido a que no podía ser libre, no logró querer verdaderamente. Por último, podemos aplicar esta premisa al querer que parece profesar a sus hijos. Productos de un amor-odio, no sabe bien, como expresarles lo que siente. Y les deja, solamente este “Mal Querer”. Incompleto, triste, vacío. Como detalle adicional, sobre el disco en sí, quiero destacar, que las referencias a Dios y a la religión, son más de las que aquí menciono. Ella plantea a Dios como una especie de amor también. Un amor diferente. Uno mucho más presente en su vida. Es similar a como se plantea originalmente, en la novela del siglo XIII.

Conclusión

Sería injusto de mi parte, pretender que este modesto artículo sea considerado siquiera como un resumen del álbum. Y es que, como ya mencioné, la calidad musical, las letras de las canciones, su propia voz, en fin, el arte en cada detalle es tal, que me resulta imposible escribir algo que realmente le haga justicia a tan maravillosa obra. Además, como también mencioné, no puedo ver los videos, por lo que, entiendo me estoy perdiendo de parte de ese arte. Por último, ya un youtuber, hizo un análisis musical bastante completo, por lo que hacer otro, no me parecía correcto. Incluso sé, que él tiene muchísimos más conocimientos musicales, como para poder darse a esa tarea.

Es muy probable que haya quienes no estén de acuerdo con mi visión. Y que haya cosas en las que no coincidan para nada. Incluso, puede que, hasta la propia artista no esté de acuerdo con algo. Y en mi forma de verlo, todo punto de vista u opinión, es aceptable. Esta solo es, como ya lo dije, una opinión personal. Pura, y exclusivamente mía. Mi objetivo al escribir y publicar este artículo, es compartir con ustedes mis pensamientos y reflexiones sobre un disco que, me cautivó desde la primera vez que lo oí. Es, simplemente una forma de hacerles llegar a mis lectores, mi propia interpretación sobre una obra que, toca de una forma en la que yo jamás había escuchado antes, temas tan presentes y actuales como la violencia de género, el machismo, los celos, el amor tóxico. Con letras muy fuertes, alternándose en ocasiones en la misma canción, como si fuesen él y ella quienes hablan. Mi intención, fue además, una vez leí la novela, hacer una comparación entre ambas. Es decir, meterme de alguna forma en la mente de Rosalía, para tratar de entender, como es que una novela escrita hace 700 años, lleva a una artista actual, a hacer un álbum entero, inspirado en ella. Y, si bien no tengo la certeza de haberlo logrado, tal vez, y solo tal vez, no esté tan lejos.

Fuentes y enlaces

Para finalizar, les dejo algo de información para que conozcan un poco más a Rosalía, y en parte, en la que me basé para hacer esta pequeña publicación. No suelo hacer reseñas de nada, como dije en entradas anteriores, pero después de haber leído la novela, creí que era hora de hacerlo. Espero les haya gustado.

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El Romance de Flamenca. Novela en lengua occitana, escrita durante el siglo XIII, por un autor anónimo. Se desconocen tanto el principio como el final de la historia.

ROSALÍA: Lo que nadie está diciendo sobre EL MAL QUERER | Jaime Altozano.

Rosalía te cuenta los secretos de su disco El mal querer.

Flamenca, la novela del siglo XIII que inspiró el nuevo disco de Rosalía.

Rosalía y el origen literario de ‘El mal querer’ en la novela medieval ‘Flamenca’.

ROSALÍA – EL MAL QUERER Lyrics and Tracklist | Genius.

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