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La Pajarita y la Mariposa

Hace mucho que no nos aparecemos por aquí. Y es que, la vida nos lleva a veces por otros derroteros, que no somos capaces siquiera de imaginar. Por supuesto, que dejar de escribir, nunca. Pero, existen ocasiones en las que dirigimos esta escritura, a un objetivo en particular, y tan personal, que se hace difícil elegir qué compartir y qué no. Además, bueno, a principios de año, había iniciado con un proyecto bastante ambicioso, que no pude finalizar por el momento, pero que sé, lo haré en un futuro cercano, y del cual, en algún momento tendrán noticias. En fin, a pesar de todo esto, cada vez que volvemos al ruedo, lo hacemos de una forma poco convencional. Y esta, no va a ser la excepción.

Es la primera vez que una entrada se encuentra bajo 2 categorías. “Soñando despierta”. Las historias que se escapan de mi mente, de lo más profundo de mi imaginación. Y “otros autores”. Porque, es la primera vez también, en la que escribo y publico una entrada en conjunto, con una colaboradora que, en esta oportunidad, prefiere permanecer de forma anónima. En fin, de parte de ella y mía, les dejamos este pequeño cuentito infantil, que hicimos con tanto cariño, para ustedes. Esperamos lo disfruten.

La Pajarita y la Mariposa

Cuentan que en un hermoso valle, oculto entre montañas, se encontraba una pobre y solitaria mariposa. Hace mucho había abandonado el mundo exterior, en cuanto abandonó su crisálida de oruga. Desde entonces, decidió refugiarse en una pequeña casita que se había construido para sí misma. Donde nadie podía entrar. Donde tenía la absoluta tranquilidad de que estaría segura. En ese pequeño rinconcito, guardaba todo lo que no quería que nadie conociera de ella. Lo bueno, y lo malo. Su fortuna, y sus desgracias. Sus tristezas, y alegrías. Había quienes, momentáneamente, lograban entrar a esa casita. Pero solo por un tiempo, y para conocer apenas una parte de ella. Solo lo que ella quería mostrar. Y a quienes quería mostrárselo. Había quienes pensaban o sentían que la conocían. Que con solo hablar con ella, podían saber lo que iba a hacer o pensar al momento siguiente. Pero estaban equivocados. Porque sí, en algunas cosas esta mariposa era tan clara y transparente como el agua. Pero en ocasiones, tan impenetrable como un muro de concreto. Y fue así, en esta solitaria casita, como empezó a alejarse cada vez más de sus sueños y sus ideas. Día a día, comenzó a dejar de apasionarse por todo aquello en lo que creía. Aún así, en el fondo de su corazón quedaba algo de ese todo que ella era, de su esencia, sueños y alegrías. Era lo que la llevaba día a día a seguir adelante. A luchar por algunas cosas, aunque dejara de lado otras. A intentar entender el por qué de todo, aunque luego no supiera bien qué hacer con aquello. Pero en realidad, su vida en esa pequeña casita de aquel gran valle, distaba mucho de ser tan segura y tranquila, como ella creía. Y es que, a veces se desataban enormes tormentas y tempestades que amenazaban con destruirlo todo. Era en esos momentos en los que la pobre mariposa no sabía qué hacer. Intentaba proteger su casita de todo daño. Arreglarla al día siguiente, pintarla de vivos colores que el agua y viento luego arrastraban o dejarla secarse por los rayos del sol, cuando este salía. Pero muchas veces era imposible. Aveces parecía que tendría que reparar las grietas y rupturas que quedaban para siempre, y su vida no tendría otras aventuras.

Fue en uno de esos días en los que aconteció, lo que les contaré a continuación.

Estaba anocheciendo en el valle cuando la mariposa, después de limpiar y ordenar la casita, se puso a mirar por una de las ventanas. Ahí fue cuando se percató de que en el horizonte se vislumbraban enormes nubarrones. Comenzó a preocuparse. Una nueva tormenta se acercaba. Tendría que hacer hasta lo imposible para que su hogar sufriera el menor daño posible. Se puso a trabar puertas y ventanas por las cuales el viento rugía, con fuerza y furia. Estaba por hacer lo propio con la puerta principal, cuando escuchó un par de suaves golpes en la misma.

—¿Quien es? —Preguntó la mariposa extrañada de que alguien llegara a visitarla a esas horas.

Una temblorosa voz respondió desde el otro lado de la puerta:

—Soy una pajarita. Necesito refugio de la tormenta que se acerca. Estoy lejos de mi nido, y no podré volar para volver a tiempo. ¿Me podrías ayudar?

La mariposa observó la puerta dubitativa unos momentos, antes de abrir. Al final, decidió que no era la primera vez que daba cobijo a viajeros casuales. Claro que no fueron pocas, las veces en las que se había arrepentido de haberlo hecho. Los viajeros tomaban su comida, sus hojitas con las que arreglaba la casita o sus cosas sin permiso, o simplemente se iban sin agradecerle su ayuda. Esperaba esta no fuese una de esas visitas…

Al abrir, al otro lado, una pajarita con un moño rojo en la cabeza, similar al que ella tenía, la miraba sonriente. “Debe ser buena señal”, se dijo, apartándose para que pasara. Cerró la puerta, y la invitó a sentarse.

—¡Se viene fuerte esta tormenta! —Comentó la mariposa para sacar tema de conversación.

—Sí, el viento es amenazante. Gracias a que me abrieras la puerta no va a arrastrarme hacia a saber qué lugar frío y oscuro…

—¡-Entraste justo a tiempo! Creo que va a empezar a llover, —comentó la mariposa, al tiempo que se oían truenos y las ventanas se iluminaron con un rayo.

—Sí. Pero a veces, las tormentas no están solo afuera. A veces, están en nuestro interior. Y son las más difíciles de combatir. Porque las llevamos con nosotras mismas. —Le dijo la pajarita, después de un suspiro.

La mariposa quedó pensativa unos momentos, mientras notó la mirada de su visitante que recorría la casita de arriba a abajo,, observando los objetos que había allí.

—¿Sabés qué? ¡Tenés unas alas muy bonitas! —Añadió.

—¡Ho! ¡Muchas gracias! —LE respondió esta, mientras se ponía a revolotear a su alrededor, sintiéndose halagada.

Ambas sonrieron, y comenzaron a charlar. La mariposa le contó que al principio, era una pequeña oruga, a la que pocos entendían. Que luego se convirtió en una crisálida, y que debía permanecer escondida porque tenía miedo de que la vieran. Sentía mucha vergüenza de sí misma, hasta que finalmente se convirtió en la mariposa que ahora era. Aún sentía miedo de muchas cosas, pero aprendió a tener la fuerza y la voluntad suficiente para enfrentarlas. La pajarita, le contó que no era fácil vivir en un nido de pájaros donde de todos, era la más pequeña. Hace poco lo había dejado, y aunque se estaba construyendo el suyo propio, las cosas tomaban tiempo. Y que a medida que este pasaba, se sentía cada vez más frustrada al no poder lograr sus objetivos como lo deseaba. Se sentía perdida, aveces agotada, y aveces sólo un poco cansada. Algunos días salía a caminar por ahí, pero al volver, perdía el rumbo a casa. Otras veces, dejaba el nido y al regresar las hormigas habían devorado su comida, le habían quitado su manta favorita o encontraba algún transeúnte queriendo entrar. Aveces no quería volver. Aveces ese sueño de un nido para ella sola parecía imposible.

La mariposa le contó que, aunque se sentía libre en algunas cosas, se sentía prisionera de otras. Aún existían quienes la juzgaban, diciéndole que ella nunca iba a ser como las demás. Y, aunque intentaba que eso no le afectara, a veces, no era posible. Continuaron hablando toda la noche, mientras la tormenta se hacía sentir allá afuera, contra las puertas y ventanas de la pequeña casita. Pero dentro del lugar parecía haberse calmado la tormenta que ambas sentían en su interior, dejando una sensación de calma absoluta. No importaban los golpes que a veces daban las ventanas por el viento, o el temblor del suelo por los truenos, o el golpeteo incesante de la lluvia contra el techo. La mariposa parecía haberse olvidado de los problemas. Y la pajarita también.

En un momento, mientras las horas transcurrían entre charlas y charlas, la pajarita se quedó en silencio. Hasta que después de unos instantes, le dijo:

—Tengo que decirte algo, aunque tenga un poco de miedo. Pero si Ya empecé, ahora voy a terminar. Sos una mariposa muy bonita, y especial. Siento una tranquilidad muy linda cuando estoy cerca tuyo.

—¿En serio? —Le preguntó la mariposa, que sonreía—. Bueno, a mí también me pasa lo mismo. Es como si la tormenta no hubiese estado presente. Pero yo sí no me hubiese animado a decírtelo. Soy una mariposa un poco más tímida. Y creí que estas cosas, ya no eran para mí. Pero si a las 2 nos pasa lo mismo, entonces creo que está bien.

Al día siguiente la tormenta había cesado. Y a ellas, les tocaba la hora de despedirse. La mariposa debía reconstruir su casita de los daños de la tormenta, que notó al salir de la misma. Y la pajarita, terminar de construir la suya. Así fue, como quedaron en volver a verse nuevamente. Pero, sin saber cuando llegaría ese momento, decidieron mantenerse en contacto por otros medios. Sí, así es. Las palomas mensajeras andaban durante todo el día de adentro a fuera del valle, llevando mensaje tras mensaje entre ellas. Y empezaron a conocerse y descubrirse, un poco más cada vez. Fue en esos ires y venires que se dio la oportunidad para que puedan verse otra vez. La pajarita tenía una hermosa voz, y un canto melodioso que cautivaba los oídos de la mariposa, cada vez que la escuchaba. ¡Twiii twiii! Cantaba la pajarita al ir acercándose a la casa de la mariposa. Y esta salía corriendo a recibirla. Una vez juntas, charlaban, seguían contándose sus vidas, y recorriendo el valle de un lado al otro, de principio a fin. Después de algunas visitas, ningún rincón había quedado sin que ellas lo exploraran. Aún así, faltaban más cosas que debían aprender la una de la otra.

En una de esas visitas, se encontraban sentadas sobre la rama de un árbol. En eso, la mariposa comenzó a elevarse en el aire, con gran majestuosidad. La pajarita intentó ir tras ella. Pero la mariposa se elevaba cada vez más, y la pajarita quedaba cada vez más rezagada. Hasta que la mariposa bajó nuevamente a su altura, y vio que su compañera estaba triste.

—¿¿qué pasa, pajarita? —Le preguntó.

—Lo que pasa es que, aunque soy una pajarita, tengo miedo a volar alto. Cuando era chiquita, fui muy alto, perdí el equilibrio de mis alas, y me caí. Desde entonces, ya no puedo hacerlo. Por eso tampoco pude volver volando el día que me refugiaste en tu casita. Por eso a veces el viento me lleva, y yo no puedo volver. Pero quisiera saber lo que se siente volar así de alto, como vos. Saber qué se siente controlar tu vuelo, estar en libertad entre las nubes. ¡Debe sentirse maravilloso! ¿Me contarías cómo es?

La mariposa la miró consternada, sin saber qué hacer al principio.

Pensativa, le dijo:

—En vez de contártelo, podría mostrártelo. Voy a ayudarte, sólo confiá en mí. –

Luego, con mucha delicadeza, la tomó entre sus patitas, y comenzó a acariciarla con sus alas, mientras ella se tranquilizaba y se vislumbraba una sonrisa en su carita. Después, mientras la sujetaba suavemente, empezó a elevarse con ella en el aire. La pajarita, se sintió segura y confiada. Y se dejó llevar. Finalmente, la mariposa la soltó y la pajarita desplegó sus alas, que sintió agitarse con el viento. Sabía que mientras la mariposa estuviera allí, nada podría pasar. Y si volvía a caerse, ella la podría salvar, mientras la ayudaba a volver a intentar. Empezó a impulsarse, a sentirse viva, libre. Una sensación de satisfacción la invadió, mientras aprendía a ir y venir.

La mariposa se situaba debajo de ella a cada movimiento que hacía, por si esta se caía. Pero esto no ocurrió. Ambas continuaron subiendo más y más hacia las alturas. Hasta pasar las copas de los árboles. Hasta llegar a las propias nubes. Hasta atravesar el propio firmamento. La pajarita se sentía literalmente en las nubes. Sentía que había cumplido, gracias a la mariposa, uno de sus mayores sueños.

Después de un rato de volar y volar en lo alto, decidieron bajar. Ambas se encontraban extasiadas, sonrientes. Y fue la primera vez, en la que sintieron que todo lo que estaban viviendo, era especial. La mariposa, al igual que ella, se sentía aún entre las nubes que acababan de dejar.

—¡Lo lograste, pajarita! —Le dijo la mariposa—. Yo te ayudé, pero fuiste vos quien tuvo la fuerza de voluntad para volar. Y ahora, comienza una nueva etapa para vos. Una etapa en la que empezarás a ser una pequeña pajarita libre.

Se abrazaron con sus alas. Se sonrieron, y lloraron juntas de emoción. Luego, se despidieron, prometiendo volver a verse nuevamente.

Cada encuentro era diferente. A pesar de que había cosas que se repetían, cada encuentro entre ellas, era único. Siempre seguían conociéndose. Charlando cada vez de temas más y más variados, hasta contarse muchas cosas de sus vidas. En uno de esos encuentros, la pajarita le dijo a la mariposa:

—¿Sabés? ¡Mi nido al fin está terminado! Por fin encontré otro árbol donde construirlo. Con paciencia fui llevando mis ramitas, una por una, para construirlo una vez más, y lo logré. A este árbol no suben más hormigas que me saquen mi comida. Es más, tengo algunas buenas vecinas. En este árbol los habitantes son mucho más amables. Está en un bosque muy lindo y silencioso, por donde me gusta volar y cantar. Es mi nueva casa, para mí sola y muy segura. Podrías venir cuando quieras, como yo vengo siempre a tu valle. Podemos dar paseos por el bosque que ¡seguro te va a encantar!

La mariposa dijo que iría, pero los días pasaban, y la pajarita no tenía noticias suyas. Fue así, como decidió ir a ver qué le sucedía. Al hablar con ella, esta le dijo lo siguiente:

—Lo que pasa, es que así como vos tenías miedo de volar alto, yo tengo miedo de volar lejos. Desde que llegué acá, casi no he salido del valle. Y nunca para recorrer grandes distancias. Menos para meterme en un bosque…

—Bueno, mi nido no queda tan lejos en realidad. Pero no te preocupes. Así como vos me ayudaste a mí, yo también quiero ayudarte a vos. A veces, cuando nos acostumbramos a algo, parece tan cómodo que nos cuesta salir de ahí. Me parece que eso es lo que te pasa. Verás que en otros valles no hay tantas tormentas y tempestades como acá, Y que podés vivir tranquila, sin tener que reconstruir tu casa cada día.

La pajarita echó a volar, y la mariposa, aunque al principio un poco escéptica, fue tras ella. Al llegar a la entrada del valle, esta última se detuvo.

—no puedo, pajarita. ¿Y si hay más peligros? ¿Y si nos perdemos? ¿Y si algo nos pasa?

—El mundo entero está lleno de peligros, mariposa. Es cuestión de tener la valentía suficiente para enfrentarlos. Y sé que vos la tenés, aunque ahora mismo no lo creas. Solo seguime. Ya me sé el camino,y te voy a acompañar en todo momento. no te vas a perder. Te lo prometo. —Decía la pajarita estirando las alas hacia la mariposa.

Ambas salieron del valle. Atravesaron un pequeño río, y una vasta y hermosa llanura,hasta divisar el bosque donde ahora vivía la pajarita. Ella entró, hizo señas a su compañera para que la siguiera entre frondosos árboles de hermosas copas donde otros pajaritos cantaban alegremente, y mariposas de distintos colores revoloteaban.

Llegaron sonrientes al nido de la pajarita. Allí se abrazaron, y comprendieron, que habían dado un pasito más. Desde entonces, ambas comenzaron a encontrarse en el nido de la pajarita, y desde allí, a recorrer los paisajes, hasta donde podían, yendo cada vez más lejos, y enfrentando cada vez más desafíos. Grandes tormentas, vientos y tempestades. El ardiente sol, y el árido desierto. Los picos helados de los glaciares, y de las altas montañas. Los anchos lagos, ríos y mares.

Un día, la mariposa se dio cuenta de todo lo que ambas habían logrado. Cuan lejos y cuan alto habían llegado.

—¿lo ves? —le dijo la pajarita—. Era cuestión de tomar valor, y enfrentarse a cada desafío, de a uno por vez. Vos, sos mi pequeña mariposa valiente. Porque también lograste superar tus miedos. Con mucha paciencia y siendo perseverante.

Fue así, como ambas entendieron que habían llegado a la vida de la otra, para acompañarse, ayudarse y animarse a luchar contra todo lo que se les presente, juntas.

La mariposa al fin logró salir del valle de las tormentas, para construirse una nueva casa en un lugar muchísimo más tranquilo, donde estaría mejor y sería finalmente libre.

La pajarita hizo aún más lindo su nido, en el que podía vivir sin presiones ni miedos de ningún tipo.

Y comprendieron así, que cada una lograba que la otra se convirtiera en una versión cada vez mejor de sí misma. En seres libres, valientes y fuertes.

Un año sin gluten

un círculo que en el interior, tiene unas espigas de trigo atravesadas por una línea . Acompañada por la leyenda “Sin TACC”. Este logo puede estar en rojo o en negro :).
Logo sin TACC

Ya hablé en otra entrada, de las primeras impresiones que me causó el diagnóstico de celiaquía. Pero esta vez, quiero ir a algo un poco más concreto. Ay muchísima información que se desconoce todavía sobre esta enfermedad crónica, que es en sí, una alergia al gluten. El gluten, es un componente que se encuentra en alimentos como el trigo, la avena, la cebada, y el centeno principalmente. De ahí que en la Argentina, se utilice la sigla Sin TACC. En esta oportunidad, quiero brindar un poco de información al respecto, como hago siempre que cuento algo que me interpela directamente, combinándolo con mi propia experiencia de vida. De como esto, me cambió en muchísimos aspectos.

Hay cosas que, salvando el hecho del desconocimiento general sobre la celiaquía, una vez aprendidas, se convierten en obvias. Es más, diría yo que en indispensables. El cocinar en ollas separadas, o en secciones separadas también en el horno, el mantener la comida sin gluten separada del resto por la contaminación cruzada, o incluso el separarla en la heladera y el freecer, o guardarlas en tuppers, por la misma razón. Y es que, la dieta sin gluten es un tratamiento de por vida, y sin ningún tipo de permitidos. Solo 20 gramos de gluten, pueden retroceder 6 meses el tratamiento, haciendo que el intestino delgado, que inició su proceso de recuperación cuando iniciamos la dieta, vuelva a dañarse nuevamente.

Afortunadamente, existen muchísimos productos Sin TACC en los supermercados, y sobre todo en las dietéticas. Estos poseen el logo que aparece al inicio de la entrada, el cual puede ser rojo o negro. Cabe destacar, que los medicamentos que consumamos y la pasta dental, también deben ser aptos para celíacos. En el caso de que la alergia al gluten también se encuentre en la piel, deben usar sampoos y todo tipo de productos que tengan contacto con el cuerpo, también libres de gluten. Desafortunadamente, muchos de estos productos son más costosos, y pueden llegar a costar el doble, el triple o incluso más que uno convencional. Fideos, galletitas, harinas y demás, están entre los más costosos. Otro tipo de productos como los panificados, son más difíciles de conseguir. El gobierno y las obras sociales, mediante la ley de celiaquía, brindan o, un subsidio mensual que, aunque no es suficiente, sí es algo. Y que aumenta un poco más cada año, o una canasta de alimentos libres de gluten. Pero como dije, hay mucho más que esto.

En el caso de que además de celiaquía, tengas discapacidad visual como yo, asegurarse de que lo que vayas a comprar sea apto, no es una tarea nada fácil. Si incluso para quienes ven no lo es, debido a que en algunos productos el logo es muy pequeño, para quienes no, es mucho peor, ya que no tenemos forma de saber si realmente lo tiene. Me pasó una vez que me vendieron unas galletitas orgánicas como libres de gluten. Al revisarlas en casa, no solo no tenían logo, si no que además, su ingrediente principal, era el trigo. Si las hubiese comido, podría haber terminado en el hospital, como tantas otras veces antes del diagnóstico. Pero además, existe un código que todos los productos traen, con el cual se puede buscar en la página de la agencia nacional de alimentos, para confirmar que incluso aquellos que sí tienen el logo, sean realmente aptos, y no sea una falsificación, o un producto no aprobado. Este código, tampoco está en un formato accesible. Y es que, nada que tenga que ver con el sector alimenticio, lo está en sí. En el caso de los medicamentos, deben hacerlo los farmacéuticos, o nosotros mismos buscando en esa página. En este sentido, la asociación de celíacos de Argentina, nos ofrece por un mínimo costo mensual, el acceso a una app con todos los productos y alimentos libres de gluten, actualizados. Así, podemos al menos, facilitar el trabajo a los farmacéuticos, que muchas veces, desconocen el tema, o, no saben cuales de estos productos son aptos, debido a que no tienen el logo impreso, a pesar de estar aprobados.

Volviendo a la accesibilidad, hay 2 leyes que se han tratado últimamente, que podrían incluir una referencia sobre esta cuestión. Una, es la ley de etiquetado frontal. Más allá de que estaría bueno que todos los productos tengan un etiquetado en braille o accesible quizás, mediante el escaneo de un código QR, considero que aquellos que son sin TACC, bajos en sodio o en azúcares, deberían tener incluso un tratamiento diferente, para que quienes tenemos una discapacidad visual, podamos adquirirlos sin riesgo. O si no, la del etiquetado en sistema braille en los medicamentos. Al ser el tratamiento de la celiaquía y de otras afecciones similares dependientes de los alimentos que consumamos, estos deberían tratarse asimismo como medicamentos, para así poder ser incluídos dentro de este grupo. Pienso que, no se trata solo de quejarnos por lo que no se puede hacer, si no ofrecer soluciones. Y al menos estas, son las que por el momento, se me ocurren a mí.

El diagnóstico representó un cambio realmente rotundo en mi vida. Ya no solo voy a algún lado y consumo lo que haya, si no que ahora, tengo que en ocasiones, llevar mi propia comida, o, es la buena voluntad de quien me recibe, de preparar alimentos aptos, conociendo y teniendo en cuenta los cuidados necesarios a la hora de manipularlos, lo que claro, siempre es de agradecer. Además, como han de suponer, comer algo en el transporte público o en algún puesto callejero, está absolutamente prohibido.

En cuanto a los lugares públicos como bares o restaurantes, hay una ley que exije que todo local que ofrezca servicios gastronómicos, debe tener uno o más menús aptos para celíacos. Esto, en muchos casos no solo no se cumple, si no que en otros, se desconoce. Esto hace que sea difícil planear salidas y demás, sin antes buscar referencias del lugar, o comunicarse por algún medio con el mismo, para confirmar que realmente lo tengan.

Pero no todo es tan negativo. Ya no caigo internada en los hospitales cada 2 meses por algo que no sé qué es, ni me desmayo por los fuertes dolores de panza que sufro. Durante muchísimo tiempo, caí en hospital tras hospital, sin que se me diagnosticara correctamente. Hasta fines de 2020 y principios de 2021, cuando me enviaron a hacerme el estudio que lo confirmó. Cuyo resultado, tuve exactamente hace un año. Por otro lado, desde que empecé la dieta, y debido a la recuperación del intestino que ya comenzó, junto con unas vitaminas recetadas por un nutricionista, comencé a subir de peso, algo que antes me resultaba casi imposible. Y es que, si recuerdan algo de la escuela, es el intestino delgado, el que se encarga de absorber los nutrientes que permiten nuestro desarrollo corporal en todo sentido. Al estar dañado, no adquirimos lo necesario. En fin, subí 10 kilos en un año, y de apoco dejo de ir necesitando esas vitaminas. Los dolores de panza siguen y van a seguir, hasta que el intestino no se recupere por completo. Pero no son ni tan intensos, ni tan duraderos. Con un medicamento recetado por el gastroenterólogo, al día siguiente, ya suelo levantarme bien. Todo esto implica para mí un enorme avance, y me da la oportunidad de tener una mejor calidad de vida, por lo que los sacrificios, aunque siempre difíciles, son realmente imprescindibles.

Otra cosa que quiero comentar, es el tema de los diagnósticos incorrectos. Durante años, como contaba, fui a varios doctores que me recetaron remedio tras remedio, que me calmaban el dolor, pero que a la larga, no me hacían nada. Es importante que si tienen síntomas compatibles con celiaquía, o si tienen algún familiar directo que tiene diagnóstico confirmado, exijan a su gastroenterólogo, hacerse el análisis de sangre que detecta los anticuerpos, y en caso de ser positivo, la biopsia que confirma el diagnóstico. Debido a lo complejo y costoso del estudio, en muchos casos, no se quiere hacer. Esto no solo está mal, si no que es realmente grave. Ya que, el tratamiento correcto, como dije, mejora la calidad de vida de la persona, incluso, haciendo que con el paso del tiempo, pueda llevar una vida normal. El tratamiento es de por vida, y sin ningún tipo de permitidos. Repito esto varias veces porque hay quienes dicen que si al cabo de un tiempo, los análisis de sangre dan negativo, se puede volver a consumir gluten. Nada más lejos de la realidad. La enfermedad no tiene cura. El único tratamiento disponible hasta el momento, es la dieta, y hay que respetarla a rajatabla.

Por último, quiero hablar de la automedicación. Este, es un tema muy complejo. Con propagandas bombardeándonos con medicamentos para tratar una cosa o la otra todo el tiempo, lo que creo firmemente debería ser ilegal, es difícil o hasta imposible no caer en la lógica de, si me duele tal cosa, tomo tal remedio, y me hace bien. Esto no solo no es cierto en muchísimos casos, si no que al no conocer nuestro cuerpo, puede ser contraproducente. Es preferible, sobre todo cuando los malestares son constantes, consultar a un especialista que nos recete, algo que realmente sea lo que necesitamos para estar mejor. Sí, los médicos pueden equivocarse, como ya comenté. Pero al menos no estamos tomando miles de medicamentos en vano, que a la larga, pueden terminar haciéndonos peor. En mi caso particularmente, debido a que lo recetado por los doctores no funcionaba, intenté con varios medicamentos por mi cuenta, que si los mencionara, todos los reconocerían. Cuando fui al gastro, me dijo no, no, eso no, y sobre todo ese no. Hay muchos que se venden como la solución mágica, pero no calman realmente el malestar, si no que ocultan el dolor. Por eso, al poco tiempo, vuelve. Básicamente, son más publicidad, que algo realmente efectivo.

Conclusiones. La celiaquía es una enfermedad difícil de sobrellevar no solo para quienes la padecen, si no para su entorno. Los cuidados que se deben tener son muy estrictos e imprescindibles. La sociedad no está preparada aún para todo lo que implica tener esta condición, y a la vez alguna otra, como en mi caso, la discapacidad visual. Muchos médicos tampoco lo están, y por eso no lo toman como posibilidad, a la hora de hacer un diagnóstico sobre un malestar estomacal. Pero es cuestión de ir concientizando a todo aquel que podamos, para hacer de esta sociedad, una mucho más preparada. En estos últimos años, por lo que pude conocer de otras experiencias, las cosas han mejorado muchísimo. Pero como siempre digo, queda un largo camino por recorrer. Y es nuestro deber, continuar construyendo ese camino.

El arte de leer y escribir en braille

El 4 de enero de cada año, se celebra el día mundial del sistema de lecto escritura braille, en conmemoración del nacimiento de su creador, el francés Louis Braille, el 4 de enero de 1809. Con tan solo 16 años, creó un sistema de puntos en relieve, basándose en un sistema que se había utilizado durante la guerra, mediante el cual, el alfabeto y su simbología, eran representados con una serie de puntos combinados, que iban conformando cada carácter. Este sistema, se fue perfeccionando y modificando, hasta ser adoptado en enorme cantidad de países e idiomas. Es importante destacar que, el braille no es un idioma, una lengua como tal. Si no, un sistema de escritura y lectura, como ya dijimos. Entonces, este no se traduce, se transcribe. Es como pasar un video a texto, o cambiar un escrito de imprenta a cursiva. Así como ustedes tienen este tipo de letras, las personas con algún tipo de discapacidad visual, tenemos el Braille.

Es sin duda, la forma que tenemos desde nuestra infancia, para comunicarnos a través de la escritura y la lectura. A través de cuentos, revistas de opinión con artículos de diverso interés para los niños, que organizaciones que mencionaremos más adelante, nos enviaban de forma gratuita mensualmente, o que podíamos leer en la escuela para chicos con discapacidad visual, nos introducíamos en aquel mundo repleto de palabras, historias, e imaginación. Incluso, las escuelas tenían sus propias bibliotecas con libros más de otros estilos. Desde novelas, diccionarios, hasta libros de musicografía, mapas, libros de ciencias naturales, entre otros tantos. Y estos, en caso de que no estén en la escuela, y sean requeridos, pueden conseguirse a préstamo también, en otras instituciones. Más adelante, mucho antes de tener una computadora, en mi caso al menos, comencé a utilizar el sistema braille, no solo para leer, si no también para escribir. Mis primerass canciones, poesías e historias, fueron escritas en braille. Fue muy importante, porque apartir de su creación, este sistema nos permitió a las personas con discapacidad visual, acceder a algo tan pero tan básico, como la propia educación. Como el arte, la literatura. En sí, al conocimiento.

Una de las desventajas del braille, es que sus hojas son muy gruesas, ya que los puntos no deberían borrarse con el paso del tiempo. Otra, es que, al necesitarse un tipo de hojas especiales, estas son muy costosas, y el tamaño de los libros, es enorme. Para dar una idea de esta magnitud, la biblia, uno de los libros más conocidos de la historia, tiene 24 tomos, y todos juntos uno encima del otro, serían desde el piso, hasta el techo de una casa. Sí, así es. De 2 a 3 metros aproximadamente.

La forma más tradicional de escribir en braille, es mediante una “pizarra”, una especie de tableta de plástico o metal, que contiene 30 casilleros por renglón. Cada casillero contiene divisiones entre los 6 puntos del sistema braille, y 9 renglones en total. Luego, esa pizarra se pasa hacia abajo, para continuar escribiendo en el resto de la hoja. Y para hacer los puntos que conformarán nuestras letras y símbolos, utilizamos un punzón, que viene en distintos modelos, el cual tiene una punta de metal que perfora la hoja. Al darla vuelta, podemos leer lo que acabamos de escribir. Sí, con este método, el braille, se escribe de derecha a izquierda, y se lee de izquierda a derecha.

Después, tenemos las máquinas braille. Son aparatos muy costosos, pero la ventaja es que, poseen una tecla por cada punto, y una especial para el espacio. Entonces, pulsando varios puntos a la vez, podemos tener más fluidez a la hora de escribir, en lugar de hacerlo uno por uno, como con la pizarra.

Y después, tenemos dispositivos muchísimo más costosos que los anteriores, que no solo permiten escribir textos, si no que, hacer libros con dibujos. Si, hablamos de una impresora braille. Básicamente tenés que elegir si comprarte una de esas, o un departamento. Aquí encontramos otra de las desventajas. Al requerir un enorme costo para su fabricación, los dispositivos disponibles para el braille, son extremadamente caros, e importados. Entonces, si se dañan, en muchos casos, hay que llevarlos a su país de origen para su reparación. Pero en fin. Con estas impresoras, podemos hacer libros que contengan relieve. Ya hablé de los libros de mapas, pero cuando hicimos con un gran amigo mío, el proyecto de Mafalda en Braille, así es, la primer historieta del mundo en este sistema, se utilizó para el armado de los dibujos, una impresora braille, que tiene la Editora Nacional Braille, dependiente del gobierno nacional. Como podrán leer en la nota, las 30 tiras se editaron no solo en braille, si no también en sistema de audio, para quienes no saben braille. Y es que, para quienes adquieren su discapacidad visual de grandes, les es más difícil aprenderlo.

El braille, no solo es importante en el ámbito de la educación o el entretenimiento. Está presente en nuestro andar cotidiano, y de muchísimas formas. Desde medicamentos con su nombre en braille (tema sobre el que se está por tratar una ley) hasta las barandas de las escaleras de los subtes u oficinas, pasando por los ascensores, que tienen los botones en braille, para que sepamos qué piso debemos marcar. E incluso las cartas de muchos restaurantes, están en braille para que tengamos independencia a la hora de ir a comer a algún lugar. Porque, lo que brinda el braille a las personas con discapacidad visual, es precisamente eso. Independencia, autonomía. El poder manejarnos en la mayor cantidad de situaciones posibles, sin la necesidad de que otra persona, tenga que leernos las cosas. Tal vez, y solo tal vez, algún día tendremos todos los medicamentos, y no solo algunos, con instrucciones en braille. Y quizás, los alimentos también estén etiquetados en braille, para que sepamos qué queremos comprar, y de que marca, o qué ingredientes contienen. Pero hay un largo camino que recorrer todavía para llegar a estas cuestiones. Lo importante, es siempre ir avanzando, y como yo digo, ver el lado bueno.

El braille y la tecnología

Aquí, hacemos un capítulo aparte. Muchas veces se habla de la llegada de la tecnología, y de como esta irrumpió en la vida de las personas con discapacidad, las cuales dejaron de lado al braille, por utilizar lectores de pantalla que convierten a voz, todo lo que aparece en la misma. Yo creo en lo personal, que la tecnología no vino a reemplazar al braille, si no a complementarlo. Cierto es, que si vamos a hacer un trabajo práctico para la facultad, hoy en día es más fácil hacerlo en word, que escribir con pizarra y punzón. E incluso, buscar el material en internet, en lugar de imprimirlo en braille. Pero, acá hay 2 cosas. La primera, es que no todos podemos adaptarnos a las tecnologías en igualdad de condiciones. Entonces, debe seguir existiendo material en braille, o la posibilidad de imprimir material digitalizado en este sistema, para que quienes no tienen facilidad para la utilización de las nuevas tecnologías, puedan aprender, en igualdad de oportunidades. En este sentido, dejo aquí 3 instituciones que se encargan de estos servicios, entre muchos otros, y productos que brindan a las personas con discapacidad, la posibilidad de ser, como ya dije, mucho más independientes a la hora de estudiar, entre otras cosas. La ya mencionada Editora Nacional Braille, la Biblioteca Argentina Para ciegos, y por último, la Asociación civil Tiflonexos. Y la segunda, es que, en algunos casos, es mucho mejor utilizar el sistema braille, que la voz de un lector de pantalla. A la hora de leer código de programación, o de estudiar inglés, por ejemplo. Es más fácil realizar estas tareas, con un dispositivo denominado Línea braille. Expliquemos un poquito mejor qué es esto.

Con el auge de la tecnología y los lectores de pantalla, se crearon estos dispositivos que poseen de 1 a 4 renglones, y que reemplazan la voz, por el sistema braille, y el teclado, por comandos del propio dispositivo. Para estos, se creó un sistema de braille de 8 puntos, en lugar de los usuales 6, el cual se llama “Braille computarizado”, y permite escribir mayor cantidad de símbolos que con el convencional.

Además de ser útil para lo que ya mencioné, es imprescindible para las personas sordociegas, quienes utilizan las líneas braille, para interactuar directamente con la tecnología. Estos dispositivos, pueden conectarse a celulares, computadoras o tablets, independientemente del sistema operativo y del lector de pantalla. El lector, actúa como intermediario entre este dispositivo y la computadora. Así como se utiliza la voz, para las personas ciegas, ellos utilizan el braille.

Muchos de estos dispositivos, son extremadamente caros. Al igual que otros como el Braibook, un libro electrónico para ciegos, de bolsillo. Su costo es muy elevado, e impide que muchas personas, puedan adquirirlos.

Como venimos diciendo, el braille, no solo no pasó de moda, si no que además, se integró a la tecnología, en lugar de que esta lo reemplace. Esto hace del sistema braille, un sistema muchísimo más vigente que antes, y mucho más necesario. Es más, a mí me gusta mucho escribir desde el celular, y para ello, utilizo una aplicación denominada teclado braille, la cual, crea los puntos en la pantalla táctil del teléfono, y nos permite, pulsando con los dedos de forma simultánea, similar a como lo haríamos con una máquina de escribir en braille, si bien no escribir exactamente a la velocidad a la que lo haríamos con una computadora, sí muchísimo más rápido que cuando utilizaba el teclado qwerty que todos usan. Pueden saber más sobre esto en esta entrada de mi blog, Escribiendo a ciegas en Android. Es por todas estas razones, por las que decido en esta oportunidad, conmemorar el 4 de enero, como el día mundial del braille. Para concientizar a la sociedad de que es un sistema que ayuda a muchísimas personas, y en infinidad de formas. Y para que tomemos conciencia de la importancia que tiene, como vengo diciendo, en la autonomía, y en la independencia de las personas con discapacidad visual.

Y ya llevamos 2 años

Es muy difícil hacerse un lugarcito en un mundo dominado por las imágenes, los videos, y sobre todo los memes y las historias en las redes sociales. Cuando empecé con el blog, muchos me dijeron que el auge de los blogs había terminado, y que habían pasado de moda. Y puede que esto no sea del todo falso. Ya que no se pueden comparar, las vistas y visitas de un blog, con las de los videos en redes, o en las plataformas más populares. Aún así, seguimos existiendo quienes preferimos leer un artículo en este tipo de sitios. Siguen habiendo páginas y grupos, en los que se leen y comparten entradas de blogs. Y siguen habiendo, personas interesadas por la lectura. Muchos de quienes tienen un blog, pueden añadir una imagen o un video a sus entradas, para hacer su blog más atractivo visualmente. Lamentablemente, yo no tengo esa posibilidad, y casi siempre, comparto las mismas imágenes en redes sociales. Sin embargo, hay personas, que deciden acompañarme. Que leen, comentan, difunden y comparten.

Hace casi 2 años, decidí retomarlo, con la entrada que ya de seguro todos leyeron, “Soy Katherine”. Como ya expliqué en esa misma entrada, este blog fue creado en sus inicios, para ir contando todo lo que iba pasando por mi mente, en cuanto a mi transición de género. Pero por razones ya mencionadas allí también, lo había dejado. Al escribir esa entrada, y el hecho de que haya tenido tanta repercusión, se me ocurrió que ahora sí, podría continuarlo. Fue así, como empecé con artículos de opinión, canciones, cuentos e historias, que se me iban ocurriendo, o incluso cosas que soñaba.

Pero este año, decidí ir más allá. Decidí proponerme otros objetivos, además de escribir. Transformé ese blog en un sitio web propio, en el que pude añadir muchísimas características, que mejoran la accesibilidad y la interacción con los usuarios. Desde la posibilidad de escuchar las entradas, hasta modificar el tamaño de la página, entre otras tantas. Algo más que hice hace poquito, es separar las entradas por etiquetas, lo que permite una mejor organización de lectura para los usuarios. Y también, añadí la posibilidad de comentar desde sus cuentas de twitter y facebook. Pueden leer sobre todo esto en la página “navegar por el blog”, desde el menú. Por otro lado, este año, superamos la cantidad de vistas totales del año pasado. Este mes, sí, diciembre, fue en el que más vistas recibimos. La gente lee desde varios países, y gracias a la función de traducción, en muchos idiomas. Hace poco, recibimos las primeras donaciones, a través de la página “Colaborar con KathWare”, a la que se puede acceder también desde el menú.

Más allá, pero mucho más allá de estos datos, descubrí que escribir, es una de las grandes pasiones de mi vida. Que me gusta muchísimo hacerlo. Que amo cada historia, y en sí, cada entrada que sale de mi mente, y logro concretar. Y es por esa razón principalmente, ante todas las demás, que lo hago, y pienso seguir haciéndolo.

Que el contenido de “KathWare”, esté bajo una licencia “Creative Commons”, significa que todo lo que escribo, también es de ustedes. Que está disponible para que lo descarguen, lo escuchen, lo compartan, y se adentren en todas y cada una de las entradas que aquí se encuentran.

Después de tantas palabras, el motivo por el que decidí hacer esta publicación, es precisamente, para agradecerles a todos ustedes. Los que me leen, los que comparten, los que difunden, los que se toman unos minutos para adentrarse en este mundo en el que solo existen las palabras, y la imaginación.

No sé qué publicaré el año que viene, aunque es cierto que ya tengo algunas ideas dando vueltas por mi cabeza. Pero lo que sí sé, es que todo lo que hay hasta ahora, solo serían palabras vacías, si no fuese por todos ustedes. Es como cuando tenés un ladrillo, solo un ladrillo. Pero luego, ese, junto a otros muchos más, terminará siendo una casa. Gracias, por ayudarme a construir, este pequeño lugarcito de mi mente. Todos, absolutamente todos mis lectores, son importantes para mí, aunque no los conozca, o jamás vaya a saber quienes son. Pero hay organizaciones y personas, que a través de sus medios, me brindaron un espacio para contar un poquito sobre este proyecto.

Para finalizar esta publicación, quisiera mencionarlos, y darles a todos ellos también, mis más sinceros agradecimientos. Desearles un gran año 2022, con todos esos proyectos que tanto contribuyen a la accesibilidad, y la mejora de la vida de las personas con discapacidad, entre otras tantas cosas. Gracias, pero muchas gracias por todo. Les dejo a continuación los enlaces a sus respectivos proyectos. Pueden leer sobre algunos de ellos, en la página “Acerca de mí”, o claro, ingresando a cada enlace.

La comunidad de DaLat (Desarrollo Accesible Latinoamericano). La fundación Itgrarte. La comunidad de las de sistemas. La asociación civil Tiflonexos. La aplicación Lazarillo. El sitio periodismo femidisca. Lucía Velázquez y su programa Inclusive. El blog Para Rosie. Y Silvana Marchese, y sus letras del alma.

Discapacidad y prejuicio

A raíz de este artículo del sitio “redacción”, titulado: Ejemplo de personas con discapacidad que cosifican, es que decidí hacer una pequeña reflexión en mis redes sociales. Viendo las repercusiones que tuvo, al día siguiente, se me ocurrió que podría ampliar ese texto, contando ejemplos propios, de experiencias personales y de otras que conozco, además de reflexionar sobre la situación actual de las personas con discapacidad en la sociedad. También, pensé que esta, era una fecha ideal para publicarla, ya que, el 3 de diciembre, es el día internacional de las personas con discapacidad. En fin, primero, les dejo el post en cuestión, y después sigo con el resto de las reflexiones.

Salimos, nos emborrachamos, tenemos familias, llevamos a nuestros hijos al médico, hacemos trámites, pagamos cuentas, impuestos, trabajamos, cocinamos. Somos personas comunes y corrientes. No somos ni superhéroes, ni ejemplos de vida, ni nadie a quien se le tenga que tener lástima. Ninguna persona con discapacidad, debe ser tratada como ejemplo de nada, o por el contrario, como inútil, incapaz de hacer cosas. Porque primero somos personas como cualquiera en este mundo. Y después, tenemos una discapacidad. Si no sabemos hacer algo y te preguntamos, enseñanos. Si tenés miedo de que nos quememos, nos golpeemos, nos lastimemos, sacátelo. Solo haciendo las cosas, podemos aprender. Solo cuando se nos considera personas, podemos progresar. Es cuestión de que dejemos de ver a la discapacidad como una barrera, como una limitación. Y que la veamos como lo que es. Simplemente, una condición. ¿Tengo una discapacidad? Sí. ¿Hay muchísimas cosas que son difíciles? Por supuesto. Pero eso no quiere decir que no podamos hacerlas. El prejuicio positivista que tiene la sociedad por quienes tenemos una discapacidad, es realmente muy perjudicial. Tanto así, que hace que muchas de ellas no puedan conseguir trabajo, no sepan valerse en la vida, hasta mínimamente hacerse un té.
Construyamos todos juntos, una nueva sociedad. Libre de prejuicios, y de todo tipo de discriminación. Empecemos con nosotros, con el que tenemos al lado. Con nuestros hijos, padres, primos, sobrinos, amigos, familiares de amigos que tengan una discapacidad. No me admiren, no me idolatren, no me infantilicen. Trátenme como a cualquier otra persona que, simplemente, tiene una vida. Ni buena, ni mala. Solo, una vida. Y vivan también así, la suya propia.

Entre todas las repercusiones que hubo, la gente que pidió que lo pusiera público, y las reacciones, una amiga, que tiene una discapacidad visual también, comentó lo siguiente:

Y hay casos en que ni siquiera te idolatran, a menos que les convenga, y te rebajan a lo más bajo, teniendo que agradecer uno/a su supuesto buen trato. Y te dicen: vos no sé de qué te quejás, sos una persona privilegiada, hay gente que la pasa peor.

Otra amiga, añadió que una vez le dijeron, que tener una discapacidad, es una circunstancia de la vida.

He leído muchísimos términos sobre las personas con discapacidad. Desde que teníamos diversidades funcionales, hasta que teníamos capacidades diferentes. “Capacidades diferentes tienen los X Men”, dice una tuitera amiga mía. Y es cierto. Dicen que lo que no se nombra, no existe. Pero claro, la discapacidad no deja de existir por el hecho de que no se la nombre. Por supuesto que no. Pero sí se la invisibiliza, se la ignora, se la infantiliza, se le hace lo que se conoce, como discriminación positiva. En este post, pretendo desglosar, siempre bajo mi punto de vista, las formas en las que las personas con discapacidad, sufrimos diferentes tipos de discriminación positiva.

Estudio y trabajo

Es muy difícil, o hasta en algunos casos, imposible conseguir trabajo para personas con discapacidad. En la mayoría de los casos, gran parte del ámbito privado, no se los dan. ¿Y por qué no se los dan? Porque no pudieron estudiar lo suficiente, porque no pudieron entrar en un mercado en el que, cada vez exigen más conocimientos y experiencias, y que a cambio, ofrece muy poco. He sabido de personas cercanas que han tirado CV por todas partes y hacia todos lados, y nunca las han llamado. Y muchas de ellas, con títulos universitarios o terciarios incluídos. No tienen experiencia suficiente, no tienen los conocimientos requeridos, el puesto no está adaptado. El puesto, no está adaptado. Y claro. A veces, y solo a veces, suelen admitir que son ellos los que están fallando. ¿Qué requiere adaptar un puesto? Para quienes tienen una discapacidad visual, un lector de pantalla. Para quienes tienen sillas de ruedas, ascensores y rampas. Y así. O sea. Existen situaciones en las que la no contratación, podría ser justificable. Pero lo que realmente sucede, es que indirectamente, no quieren contratarnos. Y es que, hay muchísimos trabajos en los que podríamos desempeñarnos sin inconvenientes. Pero, para empezar, muchas empresas, desconocen siquiera que podemos utilizar un celular o una computadora. Mucho menos van a saber, que somos capaces de trabajar. En segundo lugar, el miedo. No están preparados ni capacitados para enseñarnos, ni para entender qué significa trabajar con una persona con discapacidad. Porque, es cierto que se requiere un tiempo extra, para explicarnos el funcionamiento del lugar. Tanto física, como virtualmente. Ubicación de los puestos, de los baños, hasta como manejarnos en sus sitios webs y apps internas, lo que ya sabemos, no es lo mismo para quienes tengan una discapacidad visual, como para quienes no, o incluso para quienes tengan otro tipo de discapacidades. Y, adaptar estas aplicaciones, estos puestos de trabajo, no es fácil de hacer. Pero esto no quiere decir, que sea imposible, claro que no. Si no nadie, tendría un trabajo en el ámbito privado.

Hay algunas empresas que no solo están adaptadas, en gran parte, para que trabajemos en ellas, si no que además, se ocupan de difundir la empleabilidad de personas con discapacidad. Lo que muchas veces no se sabe, es que quienes contraten a personas de comunidades vulnerables, tienen beneficios impositivos. Es decir, una reducción en el pago de sus impuestos. Esto implica que, si bien las tecnologías asistivas que necesitemos pueden llegar a representar un costo, este es compensado por esta reducción. Y muchos pueden decir, de ahí a accesibilizar nuestras apps o sitios webs, es otra cosa. Nada más lejos de la realidad. Sí es cierto que accesibilizar un sitio que ya está en funcionamiento, puede representar un costo alto. Pero la web, las apps, fueron hechas para ser accesibles. Y la accesibilidad, no debe ser algo que quede para después. Desde cualquier empresa y/o institución, ya sea del ámbito público como privado, se pueden usar las Pautas de Accesibilidad para el Contenido Web (WCAG). Las cuales poseen lineamientos para desarrollar sitios webs y apps, de forma accesible. Esto está disponible de forma totalmente gratuita, para todo el mundo, y es mantenido por el propio W3C, es decir, el propio consorcio global de internet. Pero no se trata, ni mucho menos, de accesibilizar sitios webs, oficinas y demás. La cuestión, es mucho más compleja todavía.

En una reunión de empresarios, escuché una vez que querían llegar al 85% de las personas con discapacidad, que no tenían trabajo. Desafortunadamente, aunque tuviesen las mejores intenciones, esto, es probable que mientras la cosa siga así, no sea posible. Los requisitos de contratación de las empresas, son demasiado altos para las verdaderas oportunidades de estudio, que tienen las personas con discapacidad. Cierto es, que al menos cuando hablamos de tecnología y/o programación, por dar un ejemplo, hay cosas que están mejorando. Ya he mencionado en otros artículos, a la Fundación Itgrarte. Se encargan, entre otras cosas, de brindar capacitaciones en lenguajes de programación, a personas con discapacidad, con perspectiva de accesibilidad. Y, otra cosa importante a destacar, es que tanto sus integrantes como los mentores de dichas capacitaciones, también tienen una discapacidad. Hay una frase que dice: “Nada sobre nosotros sin nosotros”, y creo que puede aplicarse perfectamente al trabajo que ellos realizan. La oportunidad de ingresar a un mercado que es tan demandado como el de tecnología, y que ofrece buenas remuneraciones, es algo que no se puede dejar pasar. Pero claro, desafortunadamente, aún falta mucho más por hacer. Y no son ellos, quienes deben hacerlo. ¿Porque, y los otros casos? ¿Y qué tal quienes estudian otras carreras, o estudian en institutos, universidades, o quieren estudiar en línea?

Muchas instituciones públicas y privadas, no están adaptadas ni en sus contenidos, ni en la capacitación a los docentes, para enseñar a personas con discapacidad. En la entrada Diferentes, ya expliqué lo difícil que fue para mí, y para muchos, estudiar programación. Un amigo que quedó ciego de grande, y que se había recibido de programador, me contó que cuando quiso convalidar su título, le dijeron que no podía, porque no había programadores ciegos. Él pensó lo mismo durante mucho tiempo, hasta que me conoció a mí. Hoy en día, está capacitándose por su cuenta con herramientas accesibles, y esperando su oportunidad, para entrar al mercado laboral. Muchísimas universidades, webs de cursos en línea, tutoriales y demás, no son accesibles. Entonces, pasa esto de que, por diversas razones, las personas no pueden estudiar la carrera que desean.

Según la ley, las personas con discapacidad debemos ser admitidas en cualquier institución pública o privada sin distinciones. ¿Pero, si nos admiten, y aún así la discriminación indirecta sigue existiendo, de qué sirve realmente? Cierto es, que en cuanto a los estudios, muchas cosas están cambiando, la creación de fundaciones como itgrarte, u otras ONGs que trabajan en la misma línea, por ejemplo. Y hay algunas universidades e instituciones, que ya tienen carreras orientadas a la accesibilidad. Pero falta un largo camino por recorrer todavía. Y vamos a intentar llegar a la raíz del problema, en las siguientes secciones.

La discapacidad y el estado

Existe otro gran jugador que se encarga de marginarnos aún más. Y es, el propio estado. Según la ley, el 5% del personal de las instituciones públicas (también alcanza a las privadas pero para estas no es obligatorio), debe tener una discapacidad. Esto, no solo no se cumple, si no que además, para quienes sí pueden conseguirlo, en su mayoría tienen sueldos bajos, que no llegan a cubrir la canasta básica. Por supuesto que tampoco tienen pensión por discapacidad. Automáticamente, al trabajar en blanco, esta se les quita. No se contempla que, además de los gastos habituales de cualquier persona, quienes tienen una discapacidad, deben también utilizar parte de esos ingresos, para otros gastos. Tratamientos, bastones, dispositivos, software especial, entre otros. Es justo decir que mucho de esto puede conseguirse con coberturas u obras sociales. Pero los trámites son muy engorrosos, y al ser costosos, en muchos casos, estas se niegan a cubrirlos. He de destacar, que esta ley del 5% obligatorio, no es ni una dádiva, ni una limosna. Como comenté en el artículo Orgullo 2021, la constitución nacional dice que toda persona que habite el suelo argentino, tiene derecho a un trabajo digno. El problema acá es, que no se nos considera personas. Por eso debe existir una ley, para que se respeten derechos que, tendrían que habernos garantizado desde el principio.

Sobre los trabajos en sí, existen también, programas de “capacitación laboral” brindados por el estado, al estilo de pasantías. En estos casos, lo que se les paga, es tan poco, que incluso es mucho más bajo que las pensiones, y el resto de los planes sociales. Lamentablemente, esa capacitación laboral, no te garantiza de forma alguna, que luego puedas conseguir un trabajo estable y bien remunerado en algún otro lado. Pero claro, somos privilegiados. Tenemos que estar agradecidos por lo que el estado benefactor, nos regala.

Otra gran dificultad, es la falta de accesibilidad digital y edilicia en todo tipo de instituciones públicas. Ya hablamos de eso en el tema del estudio, pero vamos aún más allá. Desde falta de rampas en edificios gubernamentales, hasta páginas inaccesibles para hacer trámites de todo tipo, e incluso bancos del estado con apps y sitios webs totalmente inaccesibles. Pasando por miles de cosas más, que si las nombro todas, no termino nunca. Pero por mencionar una específicamente, en cuanto a la accesibilidad digital, está el artículo que publiqué hace unos meses para la izquierda diario: la justicia le ordenó a la justicia, que el sitio web de la justicia, sea accesible. En este artículo, hablo de un recurso de amparo presentado por abogados ciegos, en el que le pedían a la corte suprema, que el sitio web del poder judicial, sea accesible. Teniendo en cuenta que la ley de accesibilidad web salió en 2010, se creería que todas las instituciones del estado habidas y por haber, deberían haber reacondicionado sus sitios webs para que lo sean. Sin embargo, no fue así, pero ni por asomo. Mientras que el resto de los abogados podían llevar adelante sus casos desde sus hogares durante la pandemia, los abogados ciegos tenían que concurrir a tribunales presencialmente para hacerlo. Este, es solo uno de los tantos ejemplos en los que los derechos de las personas con discapacidad, se ven vulnerados por ineficiencia del estado.

En cuanto a quienes no tienen ni siquiera los ingresos suficientes como para independizarse, bueno, imaginate que te querés ir a vivir solo/a. La mayoría, puede estudiar mientras trabaja, conseguir un trabajo de medio tiempo que te permita ahorrar alguito para poder luego, pagar un alquiler. Si tenés una pensión o un trabajo poco remunerado, esto es imposible. Muchos deben salir a trabajar en el transporte público, con todos los riesgos que esto implica, para poder mínimamente subsistir, sin la ayuda de padres o familiares.

Sobre los extranjeros con discapacidad, la cosa es muchísimo peor. Porque deben tener 20 años de residencia en el país, para poder acceder a una pensión. Si a eso le sumamos lo que ya dije sobre los estudios, y la falta de oportunidades para conseguir trabajo, la verdad, sí que se hace cuesta abajo. Acá siempre salta el odio de clase contra los migrantes. Que por qué no se quedan en su país, y demás cuestiones. Yo, soy de la filosofía del gran maestro León Gieco. El día que se reciba a un extranjero pobre, de la misma forma en la que se recibe a los ricos que vienen a saquear nuestros recursos naturales, así, y solo así, será de igual a igual.

La discapacidad en los medios

Durante toda mi vida, me han hecho entrevistas de todo tipo, y por variadas situaciones. Además, conozco muchas notas y entrevistas hechas a personas con discapacidad, bajo la misma premisa. Siempre, destacando la discapacidad, por sobre la persona. El logro, la valentía, la lucha, la fuerza para salir adelante, para triunfar, a pesar de la adversidad, de las circunstancias que juegan en contra. Lo que se conoce, como resiliencia. No tengo duda alguna de que salir adelante, no es fácil. Pero tener una discapacidad, es una condición más de la vida, como cualquier otra. Y tenemos que aprender a vivir con, y a pesar de ella. La difusión de los medios, no hace más que perpetuar algo de lo que ya venimos hablando. La idolatría, la infantilización, la compasión, la lástima, la admiración, por cosas que, claro está, puede hacer cualquier otra persona, sin ningún inconveniente. ¿Por qué lo que para ellos es normal, para nosotros es digno de ser admirado? ¿Por qué no se comprende que podemos tener una vida como la de cualquier otra persona?

Cuando con mi amigo Javier, hicimos el proyecto de Mafalda en braille (acá enlazo al cuentito que escribí pero se puede googlear para saber más información) pasó que, muchísimas veces, me llamaban a mí para entrevistarme, y no a él, aunque el proyecto lo habíamos hecho ambos, y con igual participación en el mismo. Evidentemente, para los medios era más rentable a nivel difusión e interés, entrevistar a una persona ciega. Y así, los casos son tan infinitos, que serían incontables. La razón por la que participé de todo aquello, fue porque era importante darlo a conocer, para que cada vez más personas con discapacidad visual, se enteren que ahora podían leer la primer historieta en braille del mundo. Pero jamás dejé de destacar la participación de mi amigo, y de mencionar que sin él, ese proyecto jamás habría sido posible. Después de los bombos y las fanfarrias, el interés por continuar el proyecto por parte del gobierno, no solo decayó, si no que desapareció definitivamente. Todavía se pueden conseguir las 30 tiras que hicimos, en la editora nacional braille.

Como en todos los puntos que intento tocar, acá también hay que tratar de buscarle el lado bueno. En este sentido, este año comenzó a cambiar un poco la cosa. El gobierno nacional, publicó un documento titulado: Recomendaciones para el tratamiento responsable de la discapacidad en los medios públicos. Claro que no alcanza a los medios privados, es obvio. Pero al menos, es un avance. Falta que los medios de difusión masiva lo conozcan, y lo implementen, para tratarnos como lo que insisto, realmente somos. Personas con discapacidad.

Lo discapacitante es el entorno

Hay una frase que dice que, la discapacidad en sí no está en la persona, si no en el entorno que la rodea. Es decir, mientras más acceso tenga a la accesibilidad en todas sus formas, menor serán las dificultades que deba enfrentar con respecto a su discapacidad. A lo largo de mi vida, me ha tocado conocer infinidades de historias y experiencias referidas a esto. Por lo que vamos a poner un ejemplo. Hay 2 personas con discapacidad motriz. Mientras que los padres de una de ellas tienen excelentes ingresos económicos, los de la otra no. Entonces, una de ellas puede tener un chofer que la lleve a todos lados, sillas de ruedas diferentes dependiendo de la situación, incluyendo una que le permite disfrutar del agua, ya que puede flotar en ella. Por el contrario, en el segundo caso, ni siquiera pueden comprar una silla de ruedas, por lo que la persona se pasa la vida arrastrándose para llegar a todos lados. Cuando después de muchos intentos, la obra social, o cobertura estatal, o cualquier entidad pública le consigue la silla, esta persona tiene las piernas tan deformadas, que ya no le sirve de nada. Lo ideal, sería que ambos tengan las mismas posibilidades y oportunidades de conseguir lo que necesiten, para mínimamente, tener una vida digna. Desafortunadamente, esto no solo no es así, si no que es aún muchísimo peor. A menor cantidad de recursos, mayor es la falta de accesibilidad en todos los aspectos de la vida. Incluso, se sabe que en los países desarrollados, debido a los grandes avances tecnológicos y al mayor acceso a ellos, las personas con cualquier tipo de discapacidad, tienen una mejor calidad de vida. Y claro, es obvio que si podés comprarte algo en tu país, tengas más posibilidades de hacerlo, que si tenés que traerlo del extranjero. Es más, aunque puedas traer un producto importado, al no tener soporte local, en caso de daño, este quedaría inutilizable, o tendrías que pagar nuevamente, para llevarlo a reparar a su país de origen.

La sociedad

“…Tenés que venir con alguien, no tenés que andar solita. ¿Vos andás solita para todos lados? No deberías, con lo peligroso que está todo. ¿No tenés quién te acompañe? ¿Te espera alguien afuera?” Fragmento del cuento: La profe piola. ¿Alguna de las preguntas anteriores, te suenan familiares? ¿Nunca quisieron acompañarte a tu lugar de destino, porque pensaban que no podías llegar sola? ¿Nunca yendo a un hospital, o a hacer un trámite, le preguntaron tus datos, o le dieron indicaciones, o le hablaron a la persona que estaba al lado tuyo, en lugar de a vos? ¿Nunca te exigieron que vayas con acompañante a un hospital, diciéndote que si no, no podían llevarte, porque no podías ir sola? ¿Nunca te preguntaron si sabías cocinar, lavar la ropa, limpiar? ¿Nunca te preguntaron como hacías para… tener relaciones sexuales? ¿Nunca te dijeron angelito de Dios? ¿Nunca te dijeron que ayudándote, estaban haciendo la buena acción del día, que ya tenían el cielo ganado? ¡Mirá! ¡Un ciego con un bebé! ¡Qué lindos los nenes! ¿Seguro son tus ojos, tu luz, tu guía, no? ¿En serio sos programadora? ¡Para mí, es como si me dijeras que fuiste a la luna y volviste!

Estos, son solo algunos de los tantos ejemplos, de lo que la sociedad piensa de las personas con discapacidad. Básicamente, nos ven como incapaces, infantiles. Sí. Como niños que, no solo no aprendemos a realizar tareas básicas, si no que nunca las vamos a aprender. Exacto. Para gran parte de la sociedad, fuimos, somos, y seremos niños eternos. Y, aunque en muchos casos estas preguntas pueden parecer inofensivas, en otros, es mucho más grave, porque se vulneran los derechos que tenemos como ciudadanos, como habitantes de una nación; como personas adultas, integrantes de una sociedad.

Uno de los hechos más graves que recuerdo, fue cuando empecé a buscar alquiler. Llamé por teléfono a una inmobiliaria, concerté una cita para visitar un departamento, y fuimos en patota a verlo. Mi familia, y 2 amigas, una de ellas, también con su hija. O sea. Personas adultas ciegas, y varios niños. Lo que me suele suceder a mí, es que nunca menciono por teléfono que tengo una discapacidad. No lo veo necesario. No me parece algo relevante de mencionar. O sea, sí, tengo una discapacidad, lo sé. No es que lo niegue, ni mucho menos. Pero es algo con lo que convivo desde que nací. Que ya tengo totalmente asumido. Y, a pesar de eso, puedo desempeñarme en casi todos los aspectos de mi vida, sin inconvenientes. Entonces, cuando llamé a esa inmobiliaria, tampoco se lo dije. En fin, llegamos, tocamos el timbre, y abrió la puerta:

—Disculpame, pero yo no te puedo alquilar a vos.

—¿Por qué? Pero si todavía ni hablamos, no entramos ni a ver el departamento.

—NO, lo que pasa es que vos sos especial, ustedes son especiales. Yo tengo 2 sobrinos hipoacúsicos, y ustedes tienen otras necesidades, otras cosas. Yo tengo que hablar primero con el consorcio, a ver si los aceptan. A ver si el departamento está como para que lo puedan habitar.

Ante estos comentarios, le expliqué que nunca había tenido ese tipo de problemas, y que jamás me habían hecho ese tipo de cuestionamientos. Que yo, consideraba que me estaba discriminando. Me respondió que no, que no era discriminación. Que yo tenía que entender que tenía una “capacidad diferente” (otra vez ese término) y que había edificios o departamentos, que podrían no estar aptos para mí. Una de mis amigas intentó filmar lo que ella decía (es abogada) pero no se grabó, lamentablemente. Evidentemente, sí lo consideré un hecho de discriminación. Consulté al INaDi, y me dijeron que, lean bien: yo tenía razón. Según la ley, y la propia convención de los derechos de las personas con discapacidad, la única que puede decidir si puede vivir o no, en cualquier tipo de vivienda, es la propia persona con discapacidad. Exacto. Ella, y nadie más. Como cualquier otra persona sin ninguna discapacidad.

Otra de las situaciones en las que esta discriminación se vuelve grave, es cuando hablamos de los delitos cometidos por las propias personas con discapacidad. ¿Pero, qué ustedes no eran todos angelitos? No. No, no, y no. Las personas con discapacidad somos personas, como cualquier otra de este mundo, y después tenemos una discapacidad. Hay abusadores, violadores, golpeadores, asesinos, etc. Pero, en muchos casos, las denuncias no se toman en serio. He sabido de casos de violencia de género, en los cuales la reacción de la policía ha sido, desde desestimarla, ignorarla, o hasta tratar al golpeador como un niño, diciéndole “vos no tenés que pegarle a la nena, vos tenés que portarte bien, tenés que ser un nene bueno”.

La mirada de la sociedad hacia las personas con discapacidad, tiene que cambiar en todos sus aspectos, como ya vengo diciendo. Y esta, es otra de esas miradas que están tan naturalizadas culturalmente, que es muy difícil de erradicar. Las propias personas con discapacidad, nos encargamos, cada vez que tenemos la oportunidad, de difundir una mirada diferente. Sin ir más lejos, la ONG Redi (Red por los derechos de las personas con Discapacidad) se ocupa de difundir nuestros derechos. Incluso, desde la sección de género de Redi, nos podemos descargar una app, en la que tenemos información sobre derechos sexuales y reproductivos principalmente, pero también hay una sección de derechos generales, para cualquier persona con discapacidad. Por supuesto, que es una app totalmente accesible. Iniciativas como esta, son de gran utilidad para conocer qué derechos tenemos, y qué podemos hacer en la sociedad, contribuyendo a este cambio de perspectiva.

La familia

Quizás, más allá de todos los puntos controversiales que he tocado a lo largo de este artículo, este, sea el más debatible de todos. Se supone que la familia es la que te protege, la que te prepara para tu vida adulta. La que, debe hacer lo mejor para vos. Según la psicología, el trato que tengas hacia tus hijos, los modos, lo que le inculques, su educación, será lo que defina en gran parte, como será este, el día de mañana. Claro que sabemos bien, hay muchos factores externos. Los amigos, el colegio, la adolescencia, el entorno en general. Pero no hay duda alguna de que la infancia, es la etapa más importante de nuestras vidas. En la infancia, los niños comienzan a recibir y procesar, todo aquello que luego los ayudará a integrarse plenamente en la sociedad, en su vida adulta. En el caso de la discapacidad, muchas veces, esto no se hace de la mejor manera. Aclaración. Convengamos que ningún padre del mundo, es perfecto. Y que estos conceptos psicológicos que explico, pueden aplicarse a cualquier niño, independientemente de que tengan o no, una discapacidad. De seguro muchos padres cometemos miles de errores todos los días, y nuestros hijos no serán santos. Pero mi cuestionamiento, va mucho más allá.

Primero, el rechazo. Hay padres que directamente, niegan, o no aceptan la discapacidad de sus hijos. Esto les genera baja autoestima, entre otros síntomas más severos. También, están quienes discuten sobre la discapacidad del niño, frente a él, tratándola como un problema a resolver, como algo que está mal. Esos padres pueden pretender que los niños vayan a escuelas comunes, o incluso llegar al extremo de que estos utilicen útiles que no les sirven de nada, como un lápiz y una hoja común, para quienes tenemos una discapacidad visual. Esto, puede llegar a generar en muchos casos, un resentimiento del propio niño para con su discapacidad, lo que hace que sienta odio y rechazo hacia la misma, al igual que lo hicieron sus padres con él, y hacia los demás.

Después, están quienes no la niegan, pero ven a la discapacidad al igual que el resto de la sociedad, como algo que hay que sobreproteger, que cuidar, que meter en un frasquito de cristal. Algo que no puede romperse. Esto les impide enseñarles cosas básicas, porque piensan que pueden quemarse, lastimarse, golpearse, como expliqué en el post que inició todo esto. Esto genera chicos inseguros de sí mismos, con poca capacidad de resolución de conflictos. A ver. Expliquemos esto mejor. ¿Si todo el tiempo le estás diciendo a una persona, no, no hagas esto, cuidado, no hagas lo otro, pará, no ves que no podés? ¡huy! ¡Se te cayó! Dejá, dejá que lo hago yo. ¡Sos un inútil! En algún momento, la persona en cuestión, va a creer que esto es cierto. Y, no solo va a tener baja autoestima, si no también, muchísimas inseguridades, a la hora de enfrentarse a cualquier situación. Porque siempre está dependiendo de otra persona, que sí sabe hacer esas cosas. También, son padres negadores, en el sentido de que, si bien saben de ejemplo de otras personas con discapacidad que salen adelante por sí mismas, no ven en esa situación, a sus propios hijos. Digo padres en general porque es lo que se acostumbra, pero aclaro que aplica a cualquier persona que conviva con otra con discapacidad.

A continuación, tenemos a los padres cómodos, que generan hijos cómodos. Estos no tienen, al igual que los anteriores, interés en que sus hijos aprendan nada, por sobreprotección. Pero, generan en sus hijos, que tampoco quieran aprender. Es decir, mientras que en el caso anterior, la persona con discapacidad, a pesar, o quizás mediante el mal trato, porque es un mal trato, intenta aprender, en este caso, la persona con discapacidad, también permanece cómoda ante esa situación, no poniendo interés en aprender a valerse por sí misma.

Y por último, al menos los casos de los que yo tengo conocimiento, o los que recuerdo en este momento, tenemos a padres un poco más comprensibles. Saben que sus hijos no pueden hacer ciertas cosas, y muchas no se las enseñan, pero no les prohíben hacer nada de lo que ellos quieran aprender. Incluso, teniendo en cuenta los riesgos que esto implica. Tengo un ejemplo propio para este caso. No se trata de cosas de la vida cotidiana pero, sí es un caso en el que a pesar de los riesgos, mis papás, no me prohibieron. Aprender, a andar en bicicleta. La bicicleta y el monstruo.

Conclusiones

Este texto, es quizás uno de los más largos que haya escrito. Pero quería tocar este tema desde hace tiempo, y el artículo en cuestión, me dio la oportunidad. Mi intención no es decirle a los demás lo que tienen que hacer, o inmiscuirme en la vida de nadie. Solo trato de expresar mi punto de vista sobre un tópico del cual, si bien se habla, lo que se dice y se sabe, es realmente muy poco. Quiero hacer reflexionar a la sociedad, a las personas en particular, a las empresas, y al estado. En sí, a cualquiera que lo lea. Quiero que las nuevas generaciones, conozcan realmente a las personas con discapacidad. Quiero que los padres, conozcan las capacidades de sus hijos. Que aprendan a reconocer lo que nos hace iguales, y no aquello que nos diferencia. Soy realmente consciente, de que muchísimas veces los malos tratos que sufrimos quienes tenemos una discapacidad, son por falta de conocimiento del otro. Por ignorancia. Pero en otros casos, es indiferencia, desinterés. O incluso, en otros, todo lo contrario. Es llenarse la boca hablando de inclusión, cuando lo que se hace, se nota a leguas que es insuficiente. El 85% de las personas con discapacidad, no tiene trabajo. No, tiene, trabajo. Y esto, es lo que quiero cambiar. Que tengamos las mismas posibilidades y oportunidades en la vida, que los demás. Pero para lograrlo, el granito de harena, lo tenemos que poner entre todos. Espero que cada quien, empiece a aportar el suyo, así como yo, intento desde este rinconcito, aportar el mío. Como dije. Con sus hijos, amigos, primos, hermanos, sobrinos, padres, familiares que tengan una discapacidad. Para que así, seamos una sociedad, libre de prejuicios y de todo tipo de discriminación. Sí. Incluso libres, de la discriminación positiva.

Hechiceras de la luna

Dicen que las brujas no existen. Pero que las hay, las hay. Y es verdad. Hay toda clase de brujas. Buenas, malas, y más o menos. Algunas usan el poder de la magia negra. Otras, la blanca. Otras, la roja. Algunas usan el poder de la madre naturaleza. Otras el del sol, y otras, el de la luna. Es de estas últimas, de las que voy a hablarles. Hace mucho mucho tiempo, fui una de las hechiceras de la luna. Usábamos el poder de nuestra amada diosa, para ayudar a los demás niños. Sí, y es que, nosotras, también éramos niñas.

No cualquiera puede ser una hechicera de la luna. Hay que cumplir con algunas reglas. Esto hace que, los demás, no sepan que existimos. Porque incluso hoy en día, nos tienen miedo a las brujas. La gente siempre le teme a lo que no conoce. Y esta, es otra de esas cosas que las personas o no saben, o no entienden.

Lo principal, es mantenernos en secreto. Que solo los niños nos conozcan, para poder ayudarlos. La segunda regla, es que no puede haber más de 3 hechiceras por escuela. Casi siempre son 2, pero en escuelas muy grandes, es necesario que haya una más. La tercera, es que tenemos que tener entre 8 y 12 años. Esta es la edad en la que mejor podemos cumplir con nuestra misión. La cuarta, es saber leer y escribir. Así podemos leer los deseos de los niños, y escribir nuestras respuestas. La quinta, es que podemos ser hechiceras, sí y solo si, otra hechicera nos da el poder. Una nena tiene un mes lunar desde el día de su cumpleaños número 12, para darle el poder a la siguiente. Se hace dibujando una luna en un papel, y escribiendo las reglas. Luego, se deja el papel, dentro de la mochila de la elegida. Es la propia luna, quien elige a las brujas, y quien le dice a la niña, en qué mochila debe dejarlo. Lo mejor, es hacerlo durante el recreo, para que nadie se dé cuenta. Cuando la otra niña lo encuentra, tiene que aceptar el poder, bajo la luz de la luna llena. Así, ya es suyo, y se le saca a la primera niña.

Capaz que haya alguna que no lo acepte. Es una gran responsabilidad cumplir con todo lo que se necesita para ser una buena bruja. En ese caso, la segunda niña tiene que romper el papel, y la luna, elegirá a otra. La propia diosa luna, es quien se comunica con la primera niña, para decirle que el poder fue rechazado. Lo hace a través de los sueños. Si el papel cae en manos equivocadas, o la segunda niña no lo quiere romper, este se pone en blanco, para que el poder de la luna, siga permaneciendo en secreto.

Ellas, tampoco deben conocerse entre sí, o si se conocen, ninguna debe saber que su amiga o compañerita es bruja. Para esto, otra de las reglas, es que antes de comunicarse, tienen que elegir un nombre y una forma. Puede ser un animal que les guste, una niña diferente a ellas, o hasta un árbol, una planta o una flor. La comunicación, también es a través de sus sueños, por lo que ninguna sabe como es la otra, ni su nombre, ni la escuela a la que van. Solo se diferencian por ciudades, que se reúnen una vez por semana, y países, que se reúnen una vez por mes. También, hay una reunión anual, en la que se reúnen todas las brujitas. Sí, ya se imaginarán cuando es. Entre la noche del 31 de octubre, y la mañana del primero de noviembre. Claro que no todas las brujas pueden estar al mismo tiempo, porque cuando en unos países es de día, en otros, es de noche.

Pero en fin, llegó la hora de lo más importante. Hablar de nuestros poderes. De como y en qué, podemos las hechiceras de la luna, ayudar a los niños. Primero, se deja un papel en cada grado de primaria. En este papel dice que hay niñas que hacen magia, y que pueden ayudar a cualquier niño que lo necesite. Para pedir nuestra ayuda, tienen que dejar un papel con su deseo, y un dibujito de la luna, en un lugar que está también escrito ahí. Es diferente para cada escuela. A veces es la puerta del baño de las nenas, a veces la de algún salón, a veces algún rincón al que normalmente, no llegan las maestras y las porteras para encontrarlo. También dice que los más grandes, tienen que contarles a los más chiquitos, que no saben leer. Pero claro, no podíamos ayudar con todo. Al fin y al cabo, éramos niñas. Y no teníamos el mismo poder que una bruja adulta. Los ayudábamos a encontrar cosas perdidas, a hacer “trampita” en las tareas para los que iban muy mal, a hacerles desaparecer cuadernos, libros, tizas, lapiceras y demás cosas a los maestros, para que sea difícil para ellos, darles tantas tareas a los chicos. ¿qué, acaso alguien pensó que éramos brujitas buenas? Nosotras pensábamos que sí, claro. ¿Como no íbamos a serlo? Ayudábamos a los niños, a librarse de los malvados adultos, que solo querían que estudien más y más. También, esto pasaba con los padres. Si un nene tenía malas notas en el boletín, o no quería estudiar en su casa, las hojas podían aparecer como completas, sí, por arte de magia, o la tarea podía desaparecer. Si la tele se apagaba a las 10, a las 10 y media, cuando los adultos dormían, estaba prendida de nuevo. Se caía el plato de sopa para los que no les gustaba, aparecían los juguetes que sus padres les sacaban para castigarlos, y así, muchísimas cosas más.

¿Y como llegué yo a todo esto? Bueno, pasó por una situación especial. Para conceder un deseo, los niños tenían que escribirlo en un papel, como ya dije, y dejarlo en un lugar que les decíamos. Cualquiera de las brujas de la escuela, podía ir a buscarlo. Para no cruzarse, un día, una iba cuando empezaba el último recreo. Y al día siguiente, esa misma iba cuando terminaba. O sea. Las 2 iban el mismo día, solo que una cuando empezaba, y la otra cuando terminaba. Si alguna no podía ir, la otra agarraba los deseos. Y al otro día, lo mismo pero al revés. La que antes fue cuando empezaba el recreo, ahora le tocaba ir cuando terminaba.

Una vez, un niño dejó un papel escrito en algo que ninguna de las brujitas que estaban en ese momento, pudo entender. El deseo, estaba escrito en braille. El braille es un sistema para leer y escribir hecho con puntitos en una hoja, que usan las personas ciegas. En fin, sin saber qué otra cosa hacer, una de ellas consultó a la luna en sus sueños, sobre qué podía hacer con ese deseo, ya que ella no sabía leer braille. Ahí descubrió, que ninguna de las otras sabía tampoco. Entonces, la luna le dijo que, había llegado la hora de traer a una nueva brujita. Una que supiera braille. Pero se encontraron con un nuevo problema. ¿Cómo iban a hacer para que le llegue el papel con las reglas y el dibujo? Una de ellas, tuvo una idea. Grabar en un casete las reglas, y describir como era el dibujo. Después, dejarían el casete en la mochila de la nueva, y ella lo entendería cuando lo escuche. Fue así, como me llegó ese casete, y me convertí yo también, siendo ciega, en una hechicera de la luna. Solo que, en mi caso, ninguna tuvo que perder el poder, para que yo lo tenga. Y sí. Cuando hay reglas, también, hay excepciones. Y esta, fue una de ellas.

Desde ese momento, empezamos a sumar más niños y escuelas. Y se empezaron a sumar más deseos. Como al principio fui la única bruja ciega, leía los deseos que pedían los niños ciegos, a las otras brujitas. Para pasarnos los deseos, una tenía que leerlos, hasta memorizarlos. Para las niñas que veían, era más difícil. Porque tenían que acordarse de como estaban escritos los puntitos en las hojas en braille, para reflejarlos iguales en sus sueños, y así, yo podría leerlos. En cuanto a las respuestas, casi siempre respondíamos con un “tu deseo se hizo realidad”. Pero a veces, aunque lo intentábamos, el poder no era suficiente para concederlo. En el sueño, yo escribía la respuesta, y la niña que veía, tenía que recordarla cuando se despertaba, para tratar de hacer lo mismo con lo que tuviera a mano. Un lápiz y una hoja, o uno de esos punzones que están en todas las casas, que son de madera y alargados. Además, quedamos en que yo iba a ir a buscar los deseos, pero solo iba a agarrar, los que estuvieran en braille, si había. Si no, no agarraba ninguno. Porque si agarraba los que están en tinta, obviamente, no los iba a poder leer.

Sobre los deseos, algunas veces, habían muchos que eran difíciles de cumplir. Y necesitábamos usar las reuniones por mes, para poder hacer la magia que se necesitaba para esos deseos. Un perrito lastimado, un gatito que no quería comer, un pajarito con el ala rota. Sí, teníamos el poder para eso. Pero no siempre se podía usar. Es mucha energía, y quedábamos muy cansadas. ¿Porque, de algún lado salía la energía, no? La luna nos daba la magia, pero la energía que hacía que esa magia funcione, salía de nosotras. A veces no nos queríamos despertar para ir a la escuela, hacíamos fiaca para ir a desayunar… Por eso dije que, es una gran responsabilidad ser una hechicera de la luna.

Otra cosa, es que no podemos saber así nomás si un deseo se puede hacer realidad o no, hasta que no lo intentamos, o lo consultamos con la diosa Luna. Si no se puede, les pedimos disculpas, y les decimos que no fue posible cumplir su deseo. Si no es algo muy urgente, les decimos que lo vamos a intentar más adelante. Ese más adelante, es cuando nos juntamos las brujitas de todo el país, una vez por mes, o cuando nos juntamos muchas más, una vez por año. Claro que no puedo hablar de esos deseos tan importantes. Porque estaría diciendo más de lo que la diosa nos deja contar. Dije que todo esto es un secreto, ya sé. Pero en realidad, no nos prohíbe contarlo. Lo único de lo que realmente nos prohíbe hablar, es de aquello que es tan pero tan increíble, que solo el poder de la magia puede lograr. Y de eso se tratan esos deseos que tuvimos que hacer realidad entre muchas.

Es justo en este momento, en el que seguro se están preguntando, por qué cuento todo esto, y por qué trato de contarlo para que los chicos, también lo entiendan. Por varias razones. La primera, es que quiero que cada vez más y más niños, conozcan la magia. Que haya cada vez más hechiceras. Yo creo que si se lo piden en sus sueños, la luna se los tiene que conceder. La segunda, es que quisiera reunir a las brujitas que conocí durante los 2 años que yo estuve. A mí ya me eligieron de grande, por lo que fui bruja entre los 10 y los 12. Si en la fecha en la que publico esto estoy cumpliendo 33 años, bueno, es cuestión de hacer cuentas. Si fuiste hechicera de la luna en esos años, escribime. Me gustaría saber si podemos tener un nuevo poder, ahora como adultas. Y así ayudar a más personas. Si sos hechicera de la luna ahora, no te preocupes. Podés escribirme también, para contarme tus aventuras. Te prometo que no se las voy a contar a nadie. En verdad, quisiera contactar a la mayor cantidad de hechiceras que pueda, de todas las generaciones, para armar un gran aquelarre de la luna. Y, bueno… Para los padres, si ven a sus hijas con mucha fiaca, cansadas, sin ganas de despertarse, puede que sea maña o capricho. Pero también, puede que sean, las actuales hechiceras de la luna. Déjenlas hacer su trabajo. No los van a molestar mucho. o, al menos, eso espero.

Programar a ciegas

Existen personas con discapacidad que no saben que pueden dedicarse al desarrollo de aplicaciones y sitios webs. Hay quienes no saben que pueden contratar personas con discapacidad, y que estas pueden desempeñarse en este trabajo, a pesar de las dificultades. Programar a ciegas. Tarea nada fácil. Pero que sea difícil, no quiere decir que sea imposible. Debido a las repercusiones que ha tenido la entrada anterior, he decidido dejar por aquí, e ir agregando posteriormente, es decir, actualizando la entrada, con herramientas y recursos que me han ayudado a aprender, y a desempeñarme como desarrolladora, durante los últimos 10 años. Si bien, no de forma totalmente autónoma y accesible en muchos casos, en otros sí. Creo que hoy en día, y con las herramientas actuales, puedo decir que es una carrera que podemos cursar, y de la que podemos trabajar, ya sea freelance o para alguna empresa, sin mayores dificultades, claro está, que las que ya hemos mencionado en la charla que dimos en la FemITCONF2021. Aunque ya en la mencionada entrada, he dejado algunos sitios webs de interés, en esta oportunidad, voy a optar por algo más concreto. Aplicaciones y recursos webs, listos para programar, de forma casi, o totalmente accesible. Espero, algo de esto les sirva.

Lo primero que quiero destacar, es que yo, particularmente, no me he especializado en desarrollar apps móviles. Sí he trabajado con apps de escritorio y consola, sitios webs, y bases de datos. Entonces, son de estos temas de los que aquí voy a hablarles. Si quieren información sobre otras cuestiones, deberán dirigirse a páginas de otros desarrolladores ciegos, que sé que las hay. Habiendo dicho esto, ahora sí, comencemos.

Editores accesibles

Un editor, es básicamente un software que te permite escribir código de varios lenguajes de programación. No es muy distinto, de hecho también se puede utilizar, al clásico bloc de notas de windows. Pero a diferencia de este, en los editores de código, nos muestra el número de línea en el que nos encontramos, y además, nos detecta el lenguaje con el que estamos trabajando. Tienen función de autocompletado de código, y la posibilidad de ejecutar el código desde el propio programa, añadiendo complementos/extensiones, e instalando los intérpretes de los lenguajes que sean necesarios. Aquí, dejo los más utilizados. Primero, pueden descargar el Notepad++. Personalmente, es el que más he utilizado, ya desde hace años, incluso mucho antes de que sea totalmente accesible con JAWS y NVDA, los lectores de pantalla por excelencia para windows. También, desde el siguiente enlace pueden descargar el Visual Studio Code. Últimamente se ha convertido en el más utilizado no solo por personas con discapacidad visual, si no en general. No tengo mucha experiencia en este, porque empecé a usarlo hace poco, pero sé que tiene funciones de compatibilidad/accesibilidad con lectores de pantalla. Ambas opciones tienen atajos de teclado con los que su funcionalidad, es incluso más amena y versátil.

Entornos de desarrollo integrado

IDEs, por sus siglas en inglés, son programas mucho más complejos que los mencionados anteriormente. Mientras que los otros permiten escribir código en formato texto, estos traen soluciones integradas con las cuales se pueden además, diseñar aplicaciones gráficas. Son muy utilizados en apps para windows y móviles, entre otros sistemas operativos, e incluso sitios webs. Es cierto que el código en sí, es en formato texto. Pero diseñar ese sitio, redimensionar esa ventana, correr ese botón, o aumentarle el tamaño a alguna sección en particular, es mucho más fácil, al menos para quienes ven, hacerlo visualmente, que teniendo que tocar código. En lo personal, aunque las funcionalidades sí son accesibles, es difícil hacerlo si nunca tuvimos una representación del contenido de la pantalla en nuestra cabeza. No digo que sea imposible, pero es algo que particularmente a mí, se me dificultó mucho. Los más conocidos, o al menos que yo tuve la posibilidad de probar, y que obvio, son accesibles con lectores de pantalla, son: Microsoft Visual Studio. Fue diseñado originalmente para Windows, pero hoy en día es multiplataforma. Basado en .net, tiene versiones gratuitas, y otras más profesionales. Además de las mencionadas anteriormente, otras de sus características, son una base de datos SQL, y un servidor web. De estas utilidades, hablaremos más adelante. Otro de ellos,, es Eclipse. Basado en el lenguaje de programación Java, a diferencia del anterior, aunque no tiene todo integrado, es posible descargarse versiones distintas dependiendo del lenguaje, y de lo que se desee hacer. Por ejemplo, para crear un servidor web, puede integrarse con software como apache. Lo dicho, esto lo ampliaremos en breve.

Aclaración. Que estén basados en .net y java, quiere decir que necesitan de estos motores de desarrollo. Son en sí, herramientas con pequeñas aplicaciones necesarias, para que tu código funcione. Si no instalamos .net o la máquina virtual de java, nuestra aplicación, no va a ir ni para atrás, ni para adelante.

Gestores de bases de datos

No es mi objetivo dar una explicación pormenorizada de como funciona un programa en su totalidad, si no, como ya mencioné, brindar herramientas accesibles. Pero en sí, creo que sobre esto, sí hace falta fundamentar un poquito más. Una base de datos, es la forma en la que, tus datos se almacenan, para luego poder ser utilizados por aplicaciones o sitios webs. Por ejemplo, podríamos ser dueños de una compañía de teléfono. Y esta, tendría, a simples rasgos, los siguientes datos. Tu nombre, como titular de la línea, tu identificación (DNI en Argentina) tu número de línea asociada, es decir tu número de teléfono, tu ciudad/país de residencia, entre otros. Después, en otros datos, podemos tener los distintos planes que ofrecemos. si es a abono o prepago, qué clase de recargas se pueden hacer en caso de prepago, que beneficios proporcionamos dependiendo de tu plan si es a abono, etc. Entonces, tendríamos que, mediante un código de identificación, relacionar la primer información, con la segunda, para saber qué tipo de plan, tiene tu celular. Es ahí, donde entran las bases de datos. En aplicaciones pequeñas, estos datos se guardan en archivos específicos, muchas veces en formato texto, o, en formatos más encriptados, pero en fin, archivos que no ocupan mucho espacio. Pero para aplicaciones más grandes o empresas, es necesario utilizar un gestor de bases de datos. Entonces, veamos cuales de estos son accesibles, de acuerdo a mi experiencia, como siempre digo.

Algunas de las herramientas mencionadas más arriba, tienen integración con bases de datos, que pueden descargarse aparte, como en el caso de Visual Studio Code o Eclipse, o que ya vienen dentro de la propia aplicación, como es el caso de Microsoft Visual Studio. Pero si nos vamos a dedicar a gestionar bases de datos únicamente, necesitamos herramientas específicas, que realicen esta tarea. Uno de los más completos, es el SQL Server. Se integra con las aplicaciones de Microsoft, obviamente, y utiliza este lenguaje.

Hay que tener en cuenta también, que SQL es en sí un lenguaje en su mayoría estandarizado, pero que cada vez que se lanza una nueva versión de este, ya sean desarrolladores o compañías, como en el caso de Microsoft, le agregan sus propias características. En sí, en su mayoría es lo mismo. Consultar datos, almacenarlos, actualizarlos, crearlos o combinarlos, para obtener los resultados requeridos. Habiendo dicho esto, continuemos.

Existen también, bases de datos basadas en la nube. Sí, ya sé. Hay una premisa que dice que tu nube, es siempre la computadora de alguien más. Pero si una determinada empresa no tiene que comprar y mantener esas computadoras, aunque tenga que alquilar un servicio de otra, puede almacenar muchísima más cantidad de datos, lo que a la larga, es conveniente. Entre ellas, tenemos Salesforce Object Query Language (SOQL). Como su nombre lo indica, le pertenece a la compañía Salesforce. En este caso, no se puede decir que sea totalmente accesible. De hecho, la mayoría de su sitio no lo es. Aunque, he de destacar que están trabajando en ello de a poco. Podemos realizar consultas de datos, pero requerimos extraerlos en archivos CSV (archivos de valores separados por coma en español), para leerlos correctamente. Otra de ellas, con la cual yo estoy trabajando actualmente, y que sí es muuuy accesible, es BigQuery de Google. Tiene opciones de accesibilidad, autocompletado, se pueden filtrar los resultados, entre muchas otras funciones. Por supuesto, la nube de google tiene muchísimos más recursos, funcionalidades y herramientas que estas. Pero hasta que no las conozca un poco mejor, dejémoslo acá.

Pero claro, eso no es todo, me dirán los expertos. Hay otros tipos de lenguajes y gestores de bases de datos, como MySQL, MariaDb, PostgreSQL, entre otros. Bueno, lo cierto es que, aunque son lenguajes similares a los mencionados, acá nos encontramos con un inconveniente. La mayoría de sus gestores, no son accesibles. ¿Y bueno, entonces, les debe surgir la duda de como hice yo para trabajar con ellos? Como decimos en el mundo de la discapacidad visual, cuando la accesibilidad no existe, hay que rebuscársela, darse maña, para que de una forma u otra, salga. Y es aquí, donde saltamos a la siguiente sección. Pero antes, les dejo para que le vayan dando un vistazo, este Curso de SQL de 1Keydata. Me sirvió muchísimo al principio, para ir buscando y conociendo las distintas posibilidades que existen, a la hora de manipular datos.

Servidores webs

Sin entrar al desarrollo web directamente, que eso va a ser un tema aparte, es preciso comentar que, podemos crearnos un servidor web, para manejar una base de datos local en alguno de los lenguajes mencionados, de forma totalmente accesible. Instalando WAMP (Windows, Apache, MySQL y PHP). O XAMPP (X de multiplataforma, Apache, MariaDB, PHP y Perl). Podemos utilizar sus gestores, como PHPMyAdmin, o mi favorito, por su simpleza, accesibilidad y por ser tan intuitivo, Adminer, como si de moverse por un sitio web se tratara. De hecho, es básicamente eso. Una página web en PHP, con la que podemos escribir consultas, eliminar, modificar y crear datos, leerlos en formato de tablas, Entre otras muchísimas cosas, sin usar esos gestores que traen por defecto, y que son inaccesibles.

¿Pero, qué es un servidor web? Microsoft Visual Studio trae el suyo propio, y se puede ejecutar código de ASP.Net, el lenguaje de programación para webs de esta compañía. Un servidor web, es un conjunto de herramientas que nos permiten crear y ejecutar una página web, como si estuviéramos ya en internet. De los de software libre, Apache es el más conocido. Y, si bien, las herramientas mencionadas anteriormente (Apache, PHP, MySQL), pueden instalarse por separado, la posibilidad que ofrecen estos servidores prediseñados, es facilitarnos el trabajo, a la hora de desarrollar nuestro sitio web. Instalamos todo, ejecutamos, y listo. Es más, como ya mencioné, el gestor de bases de datos MySQL o MariaDB, ya se ejecuta al iniciar los servicios, junto con el de apache, que es lo que hace que tu código web, esté disponible como cualquier página de internet, pero local, claro está. Para que esa página esté disponible en internet, bueno, eso ya es otro tema, que no vamos a tocar aquí.

Creación de sitios webs

Es uno de los temas que más me apasionan después de bases de datos, al menos a mí. Y de los que más traté de aprender. Como venimos hablando, el código de páginas webs, se puede escribir en cualquier editor de texto, o IDE. El problema es, transformar eso en algo que podamos ver en funcionamiento en tiempo real. Si está escrito en HTML/CSS/Java Script, no vamos a tener problema alguno. Solo bastará con abrir el archivo html con nuestro navegador, ya sea Chrome, Firefox, etc, y el resultado estará disponible. Para familiarizarse un poco con el código de HTML, les dejo en inglés, la página All The Tags. Una lista de todas las etiquetas HTML, incluso HTML5, para que al hacer click en cada una, nos aparezca su descripción. Ahora, si queremos algo más avanzado, podemos optar por El gran libro de HTML5, CSS3 y Java Script. Nota: este libro ahora es pago. Cuando yo lo leí era gratuito, y bastante ameno. No garantizo su accesibilidad en su versión actual, debido a que no lo compré. Solo enlazo a la nueva página del mismo.

Por otro lado, si a ese código HTML y CSS queremos agregarle otro tipo de código diferente a Java Script, y además bases de datos, ahí sí vamos a necesitar las herramientas anteriores, para crear nuestro servidor web. Veamos qué opciones tenemos, para hacer esto. Podemos encontrar algo de lo que ya hemos mencionado. ASP.NET, ya sea C# o Visual Basic de Microsoft. PHP, mi favorito, el más utilizado en toda la web ya sea con WordPress, o en páginas tan populares como facebook. Python, un lenguaje similar a Java o .net, en el sentido de que además de sitios webs, se pueden hacer apps de consola y de escritorio, y cuya sintaxis es muy sencilla de aprender, entre otros. En cuanto a Java Script, lo que tiene de particular, es que a diferencia de los anteriores, se codifica del lado del cliente, es decir, el código se puede ver en el navegador del usuario. En cambio, en los casos anteriores, si el usuario quiere ver el código fuente de una página web, solo va a ver el HTML y el CSS. Quedando la programación del sitio, en manos solo del desarrollador.

Ya para finalizar este tema, comentar que, sin duda, a mí lo que más me cuesta aprender, incluso hasta el día de hoy, es la parte de diseño. Es decir, los estilos en CSS, en sus distintas versiones. Y es que, aunque tengamos noción de como escribirlo, y qué código poner en cada momento, o qué color usar, es bueno contar con una persona que nos garantice que lo que estamos armando, quede realmente como queremos que quede. Entonces, en mi caso particular me hizo sentir tanta inseguridad, que terminé dejando lo referente al diseño web, un poco de lado. Insisto, al igual que con la parte gráfica de una app de escritorio. Es difícil, sí. Nos encontramos con barreras al realizarlo, también. Pero esto no quiere decir, que sea imposible, y que no haya personas que sepan hacerlo.

Aplicaciones de consola

Dije que aquí solo iba a brindar herramientas accesibles, y claro que estoy cumpliendo con el objetivo. Pero además, me parece necesario añadir algunos consejos a la hora de iniciarse en la programación. Y es que, hay tanta información, que de seguro no debe ser fácil tomar una decisión acertada. Como venimos hablando, hay varios tipos de aplicaciones. Las gráficas, las webs, y las de consola. Ya hablamos de las primeras 2. Pero creo firmemente, y las carreras en todo tipo de instituciones y cursos online están de acuerdo conmigo, que las aplicaciones de consola, son las primeras con las que debemos empezar. Para una app de consola, solo necesitamos el editor de texto, y un compilador o intérprete, dependiendo del lenguaje. No tenemos que preocuparnos por el diseño, si no por la lógica. El algoritmo, el problema y su solución. Es lo primordial a la hora de iniciarse en cualquier lenguaje. Y, excepto los webs y los basados en bases de datos, todos tienen su equivalente de consola. Desde Java, pasando por C#, e incluso Python. Es más, en mi caso en particular, si bien no he incursionado tanto en otros sistemas operativos además de windows, sí he logrado programar hace un tiempito en la consola de Linux con Python. Para dejar un poco más en claro el concepto de consola, comentar que, es una pequeña ventanita dentro del sistema operativo, en la que se pueden ejecutar tanto comandos propios del sistema, como código de programación, iniciando el intérprete o compilador de algún lenguaje. Se puede navegar con las flechas, o con los atajos específicos, en el caso de Linux.

Lenguajes interpretados o lenguajes compilados

También, veo necesario hacer una pequeña mención de esto, para que se entienda a qué hago referencia. Un lenguaje interpretado, es uno en el que, el código se escribe, se guarda con la extensión propia del mismo, .py para Python por ejemplo, y teniendo instalado python en la computadora, haciendo doble click o presionando enter sobre ese archivo, este ya se ejecuta en la consola. En los lenguajes compilados, el código pasa por un proceso adicional, en el que el compilador, transforma ese código en una aplicación .exe, en el caso de windows, que puede ejecutarse ahora sí, haciendo doble click. Esto es beneficioso en el sentido de que tu app puede correr en cualquier computadora sin instalar otro software aparte. Pero los lenguajes interpretados, te permiten probar el código en el intérprete cuantas veces sea necesario, antes de sacar la versión definitiva de esa aplicación, es decir, antes de hacer el proceso adicional, de transformarlo en un programa ejecutable.

Otros recursos

Antes de finalizar, les dejo unos últimos sitios webs que de seguro les resultarán de interés. Primero, la entrada anterior de la que vengo hablando. Desarrollo, usabilidad y accesibilidad con lectores de pantalla. Además, 2 de los sitios que compartí allí, pero, como pretendo que sea este el recursero informático por excelencia del blog, los comparto aquí de nuevo. El primero, es la Fundación Itgrarte. Ofrece mediante becas, capacitaciones en programación, con preferencia para personas con discapacidad. Y el segundo, Tutoriales Programación Ya. Para mí, el mejor sitio online, y casi totalmente accesible, para aprender programación de forma totalmente autodidacta.

Después tenemos Programando accesible. Es una comunidad de personas con y sin discapacidad, que trabajan por el desarrollo de aplicaciones de forma accesible. Se hacen consultas, se comparten recursos, y se generan lindos debates y conversaciones, sobre la programación, con perspectiva de accesibilidad.

Segundo, un sitio de un español, que es desde hace años un gran referente entre los programadores ciegos. Además, es el sitio en el que he decidido basar el título de esta entrada. Programar a ciegas.

Y por último, para quienes sean ciegos y quieran optar por el desarrollo web, les recomiendo usar Bootstrap. Es un framework, es decir una especie de código integrado, en este caso de CSS, con estándares prediseñados para los sitios webs. Eso hace que podamos añadir diseño a nuestro sitio web ya codificado, y con la seguridad de que será compatible con varios tipos de dispositivos, incluyendo móviles.

Conclusiones

En primer lugar, comentar que, decidí escribir esta entrada, gracias a una persona con discapacidad que me escribió mediante la página de contacto del blog, explicándome que quería aprender a programar, y que no sabía por donde empezar. Al igual que esta persona, muchos no saben que teniendo una discapacidad, podemos dedicarnos al desarrollo, como dije al principio. Entonces, se me ocurrió que podía armar una especie de recursero para programadores ciegos. Me especialicé en la discapacidad visual total, es decir en la ceguera, porque es de lo que conozco, en lo que tengo más experiencia, por razones obvias, claro está. Aún así, no creo que esto sea todo, ni mucho menos. Invito a otras personas con discapacidad, a aportar, si así lo desean, sus propios sitios webs, herramientas o recursos para aprender programación, de forma accesible, los cuales, me comprometo añadir aquí.

En segundo lugar, algunas aclaraciones sobre el diseño de apps y sitios webs. Dije que es difícil, que nos encontramos con muchas barreras, y que en particular yo, no sé hacerlo en su totalidad. Pero también dije que hay quienes sí. Y, si no, aún así, hay muchas otras cosas más que sí podemos hacer. Estoy totalmente convencida de que el trabajo en equipo, con una repartición de tareas de forma equitativa, es la verdadera forma del éxito, en todo proyecto de programación. Entonces, si una persona ciega, no puede hacer el diseño de tu página, podés darle como tarea encargarse de la programación, o de la base de datos, y no va a tener inconveniente alguno. Es más, ya yendo a la parte de testeo, incluso puede encargarse de verificar que tu página, sea accesible.

En tercer lugar, sobre las herramientas para desarrollar. Como dije, de seguro no las conozco todas. Pero además, puede que haya muchas que tal vez sean accesibles, y no lo sepamos. Por ejemplo, yo no sabía que la consola de google lo era, hasta que no empecé a utilizarla. Lo importante en estos casos, es probar, probar y probar. Sí, así es. Si no sabemos si podemos usar una app o sitio web, naveguémoslo con los lectores de pantalla. JAWS o NVDA para Windows, u Orca para Linux, entre otros. Solo cuando probamos algo por nuestra cuenta, a menos que tengamos referencias previas de su accesibilidad, sabremos si vamos a poder utilizarla de forma accesible o a medias, o si directamente, es inutilizable. Tanto quienes tienen una discapacidad como quienes no, deben perder ese miedo a lo desconocido. Solo así, podemos también aportar nuestro granito de arena, para contribuir al maravilloso mundo de la programación, de la usabilidad y la accesibilidad.

En cuarto lugar, sobre el inicio en la programación. El desarrollar apps de consola, es lo más recomendado, y lo más utilizado, al menos según yo sé. Pero si alguien desea iniciarse con el desarrollo web, yo no veo inconveniente alguno. Lo único, es que además de memorizar códigos, y conceptos específicos del lenguaje, ya sean PHP o Java Script, o cualquier otro, se debe ir recordando la estructura de las páginas HTML, lo que conlleva a mi entender, un tiempo adicional, que en un principio, puede ser innecesario. Pero mientras el instructor explique bien los conceptos, o estén claros en algún curso, y por supuesto, mientras este sea accesible, la verdad no me parece mal que empiecen por ahí. Además, surge siempre la duda de si, programación estructurada, u orientada a objetos. Tampoco veo inconveniente en ello. Mientras que la segunda va ganando terreno a medida que los lenguajes integran ese paradigma, la primera aún no ha quedado en desuso, y debido a que la tecnología en sí avanza más rápido que las carreras y cursos, en la mayoría de los casos, aún se sigue enseñando y utilizando en muchas instituciones y cursos. Lo que sí, ya sea que empiecen con el lenguaje y el paradigma que mejor les quede, o que más les guste, yo doy este último consejo. Si empiezan con algo, no lo dejen. Concéntrense en eso, y lleguen hasta el final. Una vez aprendido por completo un lenguaje, y en sí, todos sus conceptos, ya va a ser mucho más fácil aprender cualquier otro.

Por último, he de destacar que yo no soy docente, ni mucho menos. Entonces, puede que no sepa explicar bien algunos conceptos, puede que estos queden incompletos, o resulten poco claros. Pido disculpas por eso. Traté de hacer el artículo lo más ameno posible, centrándome en quienes aún no conocen absolutamente nada de programación, e intentar explicarles algunas pautas de como esto es posible, aunque al principio, no parezca nada fácil. Espero haber sido clara. Y espero les haya gustado la entrada. Cualquier duda, consulta, sugerencia o idea, no duden escribirme a través de la página de contacto, en los comentarios, o a través de mis redes sociales.

Mis más sinceros agradecimientos

A todos aquellos programadores ciegos que marcaron mi camino. Allá por el 2008, cuando a duras penas conociendo muy por encima JAWS, ellos fueron mi luz, mi guía, quienes me enseñaron qué camino tenía que seguir, ya sea de este, como del otro lado del charco. Sí. Muchas gracias a todos. Nombrar a algunos, haría que tal vez me olvide de otros. Es por eso, que prefiero agradecerles en general. Contarles que desde entonces, mucha agua ha pasado bajo el puente. Dejé la carrera, empecé a trabajar, cambié de género, de cuentas de mail… Y en fin, ya llevo 10 años de dedicarme a esta profesión, la cual, más allá de algunos altibajos, me ha traído grandes satisfacciones. Gracias, muchísimas gracias, por ese abrazo virtual, que en momentos de desesperación y frustración por no poder compilar un código, entender un concepto, encontrar un programa accesible, me dieron a la distancia. Por muchísima más gente que contrate personas con discapacidad, y por muchísimas más personas con discapacidad, que se animen a programar. Para hacer de este mundo, uno mucho más inclusivo y accesible. Gracias, nuevamente, muchísimas gracias a todos ellos.

Desarrollo, usabilidad y accesibilidad con lectores de pantalla

¿Alguna vez te preguntaste como hacemos las personas con discapacidad visual para acceder a un teléfono celular o una computadora? ¿Sabés qué es la accesibilidad digital? ¿Sabías que mediante ella, todas las personas sin importar nuestras diferencias, y nuestros recursos tecnológicos, podemos acceder a las aplicaciones y a internet prácticamente en igualdad de condiciones? ¿Sabías que las personas con discapacidad podemos formar parte del cambio, y desarrollar nuestro propio contenido accesible? ¿Por último, sabías que podemos ser testers, es decir, revisar el contenido de una página web o una aplicación, para comprobar que este sea accesible? De todo esto y más, hablamos Valeria Rocha, Ximena Romero y yo, en la charla que dimos en la #FemitConf2021, el pasado sábado 7 de agosto.

Sin duda, colaborar con la difusión de estos temas, es algo que me gusta muchísimo hacer. Y esta, es una forma de hacerlo. Más allá de que en la página Acerca de mí pueden encontrar varias cosas de las que hago y con las que colaboro, incluyendo esta misma charla, decidí escribir una entrada aparte, para dejarles además de la misma, recursos que pueden ayudar a lograr estos objetivos. Entonces, empecemos.

La comunidad de DALAT, Desarrollo Accesible Latinoamericano, es por excelencia la que se ocupa de difundir, a través de todos los medios posibles, todo lo referente al área de la accesibilidad. Ya sean cursos, capacitaciones, y conversatorios de todo tipo. Sus integrantes, por medio de proyectos propios o en conjunto, llevamos, y me incluyo desde mi modesto lugarcito, la accesibilidad como bandera en cualquier oportunidad que se nos presenta. Aquí pueden visitar la Página oficial de DaLat, y aquí, el curso Mundo Digital Accesible en youtube. Este curso en particular, brinda a las personas que lo sigan, la posibilidad de adentrarse en el mundo del testeo de páginas webs, dando las herramientas suficientes, para que puedan desempeñarse como testers de las mismas, de forma profesional.

Es muy importante que las personas con cualquier tipo de discapacidad, adquieran herramientas para poder ingresar al mundo del desarrollo de aplicaciones y sitios webs, de forma totalmente accesible. Desafortunadamente, muchas de las carreras, cursos y/o tutoriales disponibles en internet o instituciones, aún no lo son. Cierto es, que se ha hecho un gran trabajo por integrar la accesibilidad en algunos lugares. Pero todavía, no es suficiente. Es necesario que no solo las apps y sitios webs sean accesibles, si no que, la carrera o capacitación en su totalidad, estén diseñadas con perspectiva de accesibilidad. La Fundación Itgrarte, brinda capacitaciones en lenguajes de programación como Python, y HTML/Java Script, de forma totalmente accesibles. Mediante un sistema de becas, las cuales son sorteadas debido a la enorme cantidad de inscriptos, dan estas capacitaciones personalizadas, con mentores que son excelentes, y cuyos conocimientos, nos permiten después estudiar por nuestra cuenta otros lenguajes de programación, o especializarnos aún más en los aprendidos, y conseguir trabajo en este apasionante mundo. Aunque están más que nada orientadas a personas con discapacidad, cabe destacar, que cualquiera puede inscribirse.

Y por último, antes de ir a nuestra charla, quiero dejarles un sitio web con el que aprendí muchísimo sobre programación. Muchos de los lenguajes en los que me especialicé, o que quise empezar de 0, los encontré de forma totalmente accesible, en este sitio. Con un lenguaje ameno, conceptos fáciles de asimilar, una interfaz sencilla, y con la posibilidad, dependiendo del lenguaje, de probar nuestro código en la propia página, es sin duda una magnífica herramienta, para quienes sean autodidactas, y quieran darse la cabeza contra la pared, en este loco mundillo de la programación. Aquí pueden visitar el sitio Tutoriales Programación Ya.

En fin, esta no iba a ser una publicación tan larga, pero claro que les dejo tarea para la casa. Visitar todos estos sitios, inscribirse en estas capacitaciones y/o cursos, si así lo desean, y ver, por supuesto, la charla que dimos con Xime y Vale, en la que les brindamos muchísima más información al respecto. La misma se llama Desarrollo, usabilidad y accesibilidad con lectores de pantalla. También, los invito a suscribirse a la Comunidad de Las de Sistemas en youtube, para ver todos los videos de la FemitConf que ya se subieron, y se irán subiendo. Actualización: Acá está la lista de reproducción de la FemITConf2021 en youtube. Y acá, las presentaciones de todas las charlas en GitHub.

Por mi parte, espero en el futuro, poder colaborar todavía más con el mundo del desarrollo, y la accesibilidad digital. Esta es una pequeña forma, de aportar mi granito de arena. Invito a quienes así lo deseen, ya sea que tengan discapacidad o no, a que hagan cualquier consulta que tengan referente a la accesibilidad web, o a la programación de sitios webs y/o aplicaciones, de forma accesible, y sin ningún tipo de compromiso alguno. Intentaré responder a lo que pueda, y si no, los derivaré con algún profesional que de seguro podrá ayudar un poco más, dependiendo del tema en cuestión. Bueno, espero por lo menos, les pique el bichito de la curiosidad. Y recuerden, no dejen de ver los sitios que les comparto, para enterarse de charlas, eventos, y muchísimas novedades más que, si les interesa este mundo, de seguro les va a ser de mucha utilidad.

El mal querer de Flamenca y Rosalía

Alerta spoiler. El presente artículo es una reflexión propia a partir de la lectura de la novela “El romance de Flamenca”, escrita por un autor anónimo en el siglo XIII, y del álbum El mal querer” de Rosalía, publicado en 2018. Si bien, no es necesario leer el libro, sí recomiendo escuchar el mencionado trabajo discográfico, antes de continuar leyendo, debido a que aquí se encuentran apreciaciones propias que podrían condicionar la opinión de quien lo escuche posteriormente. Para hacerlo, pueden saltar al título de fuentes y enlaces directamente, y clickear en el de Spotify o Youtube, como mejor lo prefieran.

Sin dudas, uno de los mejores álbumes musicales de los últimos tiempos. Y una de las mejores artistas, más allá incluso de las críticas que han dado que hablar en estos más de 3 años de su desembarco en la escena musical internacional. Rosalía, y su “Flamenca”.

“el mal querer”, fue el segundo trabajo discográfico de la artista española Rosalía. El mismo, fue realizado en el marco de una tesis, para especializarse en el cante flamenco. Desde la propia comunidad gitana, se la ha criticado entre otras cosas, por apropiación cultural. Pero no se puede negar, que vino a darle a la música, un nuevo ritmo, una nueva forma de escuchar varios estilos, fusionados de forma tal, que ya en su lanzamiento, superó récords de reproducción no solo en listas españolas, si no en varias partes del mundo.

De mi parte, solo puedo decir que se ha convertido en el disco que más he escuchado desde que una amiga me lo mostró, allá por enero de 2019, y en uno de mis discos favoritos. Y es que, su riqueza musical es tal, que cada vez que lo vuelvo a escuchar, encuentro algo nuevo. Un sonido, una voz, un instrumento oculto… Pero no vengo en sí a hablar de mí, si no de ella. De Flamenca, de Rosalía.

Como ya se sabe, dicho álbum está inspirado en una novela escrita alrededor del siglo XIII, llamada “El romance de Flamenca”. El libro batió récords de venta también, a partir de la publicación del álbum. La novela, cuenta la historia de Flamenca, una mujer cuyo padre la casa con un noble caballero de nombre Archimbaud de Borbón, mayor que ella. Cabe destacar que el casamiento es con consentimiento de ella. Este, una vez casados, a partir de celos infundados por la reina, decide encerrarla en una torre junto a 2 doncellas, quedándose él como guardián en la puerta de la misma, no pudiendo confiar en nadie más, debido a sus celos tan fuertes. Este se deja estar, a tal punto que, cuya apariencia, sumada al hecho de su encierro, le produce rechazo a Flamenca. Otro noble caballero de nombre Guillermo, quien se enteró del encierro de Flamenca, y de su fama y belleza, se enamora de ella. Y, sin spoilear toda la historia, por el momento solo diré que se pone como objetivo, el conquistar y enamorar a la misma, utilizando tretas y argucias, con un cuarto personaje principal, en este caso abstracto, quien aparece en la historia como “El Amor”. Rosalía, se inspira en los celos, en el concepto del Amor, y en ese triángulo amoroso, para traernos a Flamenca, al siglo XXI. La forma en la que lo hace, es magnífica. En este artículo, me propongo desentrañar esa novela. No la del siglo XIII, si no la del siglo XXI. La novela musical de Rosalía.

Debido a que no los conozco en su totalidad, porque por obvias razones no puedo verlos, y porque no tuve la oportunidad de que me los describieran, no voy a hablar de los videos. Solo mencionar que, según lo que leí, tienen una impronta con influencias religiosas, con referencias al arte, y por supuesto, al tema que, con tanta pasión, toca durante todo el disco. La violencia de género, el machismo, los celos. Voy a hablar de cada capítulo de esta novela musical, sin mencionar los temas en sí, y explicar lo que para mí representa, esta maravillosa obra de arte. No voy a copiar fragmentos de las letras, ya que no tengo conocimiento de si puedo hacerlo, sin violar derechos de autor. Y bueno, como todo el contenido de KathWare está bajo una licencia creative commons, en fin, que quiero tener la libertad de hacerles llegar estas reflexiones, sin tener problemas.

El mal querer

Augurio: es el primer capítulo de la novela. En este, nos cuenta una especie de presentimiento de lo que va a suceder durante el resto de la historia. A través de recursos literarios como los miedos infantiles, el miedo a la oscuridad, a las voces en la escalera, a los ruidos nocturnos, Rosalía nos introduce en el mundo de esta joven, quien comienza a crecer y prepararse para su inevitable destino. Aquí ya podemos comenzar a conocer a nuestra flamenca, a través de su descripción. Sabemos que es una joven que posee joyas. Esto, aunque no es determinante, nos indica que, al igual que la de la novela, es una mujer de un buen poder adquisitivo.

Boda: el segundo capítulo. Ya nos estamos metiendo de lleno en la historia. El casamiento de nuestra Flamenca. Acá reafirmamos su pertenencia a la alta sociedad, es decir, la posesión, y/o posibilidad de elegir, como claramente nos cuenta ella misma, los tipos de joyas que prefiere. La del siglo XIII, es hija de un conde. El caballero con quien se casa, es también adinerado y de gran fama. A tal punto llega, que según nos cuenta la historia, la celebración es de las más hermosas que se han visto. Volviendo a la actual, se empieza a notar, el machismo y los celos del novio. El pretender silenciar a quien no esté de acuerdo con dicha celebración. La arrogancia de considerarse tan imprescindible, que afirma, de forma muy presumida por su parte, que ella llegaría a matarse por él. Pero además, podemos encontrar alabanzas hacia ella, a su belleza. El complacerla con regalos y cumplidos.

Celos. Tercer capítulo. Una disertación entre ambos. Claramente podemos iniciar aquí, el nudo de la historia. Celos no solo obsesivos, posesivos. Si no que también, extremadamente ilógicos. El oro que la cubre, el aire levantándole el pelo. Celos ya no solo hacia las personas, sino incluso hacia ella, hacia su propia belleza. Con el miedo a que se escape, a que lo deje. Como si fuese su posesión, su propiedad. Ella, sintiéndose observada en todo momento por él. Ya, perdiendo su libertad.

Disputa. El cuarto. Volviendo al siglo XIII, podríamos decir que es aquí donde él encierra a flamenca en la torre. En la del siglo XXI, sin duda, la parte más fuerte de esta novela. Sus celos lo llevan a ejercer violencia ya no solo psicológica, si no también física y directa hacia ella. El autoconvencimiento de que, es ella quien provoca esas reacciones de su parte. Que él solo cumple con el deber de hacer que ella lo respete. Acá, los efectos sonoros de la canción, el tono con el que la canta, e incluso la sonoridad de la voz, juegan un papel más que importantísimo. Los gritos de él, el llanto de ella, el sufrimiento, la reacción… Todo, conforma un conjunto de cosas que, realmente te hacen sentir esa violencia, como si fueses vos, quien la está padeciendo.

Lamento. El quinto capítulo. Es aquí donde ella, se lamenta por el destino que le toca. Por verse y sentirse encerrada, apartada del resto del mundo. Por pensar que no tiene escapatoria. Que deberá sufrir su destino, aunque reniegue de él. Es una canción con una tristeza absoluta. Ya aquí es ella, quien tiene la palabra, quien logra expresar sus emociones.

Clausura. Capítulo sexto. Un recitado que, nos cuenta un poquito más de lo que siente, pero con un pequeño detalle. Habla de 2 ángeles. Si regresamos a la Flamenca del siglo XIII, podríamos decir que se refiere a las doncellas que la acompañan en su encierro. Pero, Rosalía decide aquí, tomar otro rumbo. Y más adelante, lo veremos con más claridad.

Liturgia. Séptimo capítulo. Rosalía hizo esta canción, inspirada en Bagdad, un reconocido club erótico de Barcelona. En esta oportunidad, podemos ver a nuestra Flamenca a las afueras de dicho club. Invisible para los demás. Desolada, triste. Casi desesperada, implorando una solución a Dios. Es como una mezcla entre el cielo que anhela, y el infierno en el que está viviendo. Creo que incluso la elección del club en cuestión, reafirma esto, al tratarse de un lugar, considerado por la religión, como pecaminoso. Como adicional, tenemos una mínima descripción física de ella.

Éxtasis. El octavo. A diferencia de la novela del siglo XIII, en esta oportunidad, es aquí recién donde aparece el tercero en discordia, por decirlo de alguna forma. Y, de hecho, no se le da participación, más que en esta canción. Podemos encontrar a una Flamenca distinta. Entregada de pleno a esta aventura con su amante. Sabiendo que tienen que cuidarse, que su relación, debe permanecer oculta. Aún así, disfrutando sin tapujos de este nuevo amor. Con un cúmulo de sensaciones que, se entiende, no había vivido antes. Haciendo hincapié, como podemos ver a lo largo de la canción, en la pronunciación, de su nombre. Es decir, con un protagonismo más marcado, con una autoestima, muchísimo más alta.

Concepción. Capítulo noveno. Aquí, es donde al fin revelamos el misterio al que hacíamos referencia en el capítulo 6. Los ángeles con los que subió desde el infierno. Podemos asumir que se trata de niños. Tal vez, un embarazo no deseado de su marido. Sabemos que estos hijos, son producto de una relación tóxica, una relación en la que ella, sufrió muchísimo. Intenta dormirlos con una canción de cuna, pero con una tristeza muy marcada, por los sentimientos encontrados que esto le provoca. Y con esta canción, se podría decir que ya comenzamos el desenlace de la historia.

Cordura. El décimo. Es lo que nuestra flamenca del siglo XXI, pierde en esta canción. Entiendo que la instarían a que continúe su relación, con el padre de sus hijos. Diciéndole que, sin él, no tendría futuro. Pero ella, no puede continuar viviendo así. Sufriendo por la violencia, por el amor que la espera afuera… Y, nuevamente con efectos sonoros alucinantes, y con una valentía muy pocas veces vista, lo mata. Se hace fuerte, se revela, aunque tenga todo en contra. Se libera al fin de las cadenas que la tenían prisionera. El estribillo, es para mí una de las frases más significativas de todo el disco.

Poder. El último. Y sí, como su nombre lo indica, no podría tratarse de otra cosa. Ya nunca más, ningún hombre va a lastimarla, va a dañarla, va a condenarla. Solo se debe a su Dios, y a nadie más. Un resumen de gran parte de la historia, en una pequeña canción, hecha solo con un coro de voces. Un recuerdo que, si bien causa sufrimiento, nunca se va a borrar de su mente, de su cuerpo, de su alma.

El mal querer. Es el nombre del álbum. Pero también nos puede llevar a reflexionar el por qué de ese nombre. Dicen, que quien te quiere, no debe lastimarte. Por consiguiente, si lo hace, es porque realmente, no te quiere. Por otro lado, también hay quienes afirman que incluso esa, es una forma de querer. Retorcida, sí. Pero que lo es. Se podría decir que hablamos de eso, cuando nos referimos a este título. Pero en realidad, yo creo que no. Que en este caso, Rosalía se refiere al “Mal querer” de ella. Al hecho de que, como dijimos, ella quiso, pero recibió de él solo violencia. Y que cuando luego intentó querer de nuevo, aunque pareció funcionar, debido a que no podía ser libre, no logró querer verdaderamente. Por último, podemos aplicar esta premisa al querer que parece profesar a sus hijos. Productos de un amor-odio, no sabe bien, como expresarles lo que siente. Y les deja, solamente este “Mal Querer”. Incompleto, triste, vacío. Como detalle adicional, sobre el disco en sí, quiero destacar, que las referencias a Dios y a la religión, son más de las que aquí menciono. Ella plantea a Dios como una especie de amor también. Un amor diferente. Uno mucho más presente en su vida. Es similar a como se plantea originalmente, en la novela del siglo XIII.

Conclusión

Sería injusto de mi parte, pretender que este modesto artículo sea considerado siquiera como un resumen del álbum. Y es que, como ya mencioné, la calidad musical, las letras de las canciones, su propia voz, en fin, el arte en cada detalle es tal, que me resulta imposible escribir algo que realmente le haga justicia a tan maravillosa obra. Además, como también mencioné, no puedo ver los videos, por lo que, entiendo me estoy perdiendo de parte de ese arte. Por último, ya un youtuber, hizo un análisis musical bastante completo, por lo que hacer otro, no me parecía correcto. Incluso sé, que él tiene muchísimos más conocimientos musicales, como para poder darse a esa tarea.

Es muy probable que haya quienes no estén de acuerdo con mi visión. Y que haya cosas en las que no coincidan para nada. Incluso, puede que, hasta la propia artista no esté de acuerdo con algo. Y en mi forma de verlo, todo punto de vista u opinión, es aceptable. Esta solo es, como ya lo dije, una opinión personal. Pura, y exclusivamente mía. Mi objetivo al escribir y publicar este artículo, es compartir con ustedes mis pensamientos y reflexiones sobre un disco que, me cautivó desde la primera vez que lo oí. Es, simplemente una forma de hacerles llegar a mis lectores, mi propia interpretación sobre una obra que, toca de una forma en la que yo jamás había escuchado antes, temas tan presentes y actuales como la violencia de género, el machismo, los celos, el amor tóxico. Con letras muy fuertes, alternándose en ocasiones en la misma canción, como si fuesen él y ella quienes hablan. Mi intención, fue además, una vez leí la novela, hacer una comparación entre ambas. Es decir, meterme de alguna forma en la mente de Rosalía, para tratar de entender, como es que una novela escrita hace 700 años, lleva a una artista actual, a hacer un álbum entero, inspirado en ella. Y, si bien no tengo la certeza de haberlo logrado, tal vez, y solo tal vez, no esté tan lejos.

Fuentes y enlaces

Para finalizar, les dejo algo de información para que conozcan un poco más a Rosalía, y en parte, en la que me basé para hacer esta pequeña publicación. No suelo hacer reseñas de nada, como dije en entradas anteriores, pero después de haber leído la novela, creí que era hora de hacerlo. Espero les haya gustado.

escuchá El mal querer en youtube.

Escuchá El mal querer en spotify.

El Romance de Flamenca. Novela en lengua occitana, escrita durante el siglo XIII, por un autor anónimo. Se desconocen tanto el principio como el final de la historia.

ROSALÍA: Lo que nadie está diciendo sobre EL MAL QUERER | Jaime Altozano.

Rosalía te cuenta los secretos de su disco El mal querer.

Flamenca, la novela del siglo XIII que inspiró el nuevo disco de Rosalía.

Rosalía y el origen literario de ‘El mal querer’ en la novela medieval ‘Flamenca’.

ROSALÍA – EL MAL QUERER Lyrics and Tracklist | Genius.

En la mente de Rosalía – Capítulo 1.

En la mente de Rosalía – Capítulo 2.

Mi mejor amigo Tronco

Mi mejor amigo es distinto a todos los demás. Lo conocí cuando era muy pero muy chiquitita. Ni siquiera sabía escribir. Pero había otras cosas que sí sabía hacer. Sabía jugar. Sí, como todos los nenes. Y a mi mejor amigo, le gustaba mucho jugar. Pero antes de contar como era, voy a contar como lo conocí.

Siempre fui hija única. Nunca tuve un hermanito. Vivíamos lejos de la ciudad y del resto de mi familia, por lo que tampoco tenía ni primos, ni amigos. Nunca me ‘invitaban a cumpleaños, ni fiestas. No iba al jardín, porque quedaba lejos, y mis papás no podían llevarme. Siempre me decían que iba a ir a la escuela en primer grado, pero no sabía cuanto faltaba para eso. Me llamo Maia. Y esta es la historia de, como estando tan sola en el mundo, conocí a mi mejor amigo Tronco.

Vivía en una casa grande. Atrás, tenía un patio lindo y bastante largo y ancho. Al medio, estaba toda la casa, y adelante otro patio un poco más chico, que era el que llevaba al portón. Siempre que salía a jugar, llevaba mi juego de palitas y animalitos para rellenarlos de tierra, y hacer moldes. Con jarras y vasos, hacía enormes castillos. Y con ramas y palos, poderosos soldados enemigos, venían a atacarlos, para robarse todos sus tesoros. Enormes dragones, con sus poderosas princesas en sus lomos, los defendían con todas sus fuerzas, hasta que lograban derrotarlos, y así mantener a salvo el reino, y a todos sus habitantes. Pero un día, algo en el juego cambió. Algo, se volvió realidad.

Fue uno de esos días en los que nuevamente, el reino de Maia, iba a correr peligro por el poderoso ataque de los soldados malvados. Pero al salir por la puerta, algo encontré en el patio. Y la verdad, no lo podía creer. Cuando lo vi por primera vez, era del tamaño de un gato. Pero muy diferente a ellos. Claro que pude reconocerlo al instante. A pesar de su tamaño, lo supe ni bien lo vi. Es obvio. Después de tantos libritos para colorear, tantas películas de disney, era imposible no darme cuenta que, lo que tenía frente a mis ojos, era un bebé dragón. Sí, un verdadero dragón, en el patio de mi casa. Realmente, fue maravilloso. Me quedé paralizada durante unos instantes sin saber qué hacer, hasta que reaccioné, y pude cerrar la puerta detrás de mí, para que mis padres no lo vieran. Sabía que no lo entenderían. Para ellos, nada de esto podría ser real. Los juegos eran juegos, los cuentos solo eso, y no existía otra explicación. Pero para mí, si la magia existía en las películas y en los libros, no había razón alguna, para que no existiese en la vida real. Y así fue como, aunque al principio me sorprendí, después, lo tomé como algo natural. Y comencé a intentar hablar con él.

—¿Cómo te llamás? —Le pregunté. Me respondió con algunos gruñidos, por lo que pensé que todavía no sabía hablar, y que seguro, yo iba a tener que enseñarle.

Lo que pensé después, es que tenía que esconderlo de mis padres. ¿Pero cómo? ¿Dónde? Se me ocurrió que podía hacerlo en el patio del fondo de mi casa. Así que entré, me fijé que mis padres no estén en el pasillo, lo metí en una caja de zapatos, y lo llevé allá. Traté de tener el mayor cuidado posible, para que no se asuste. Una vez ahí, lo solté, y lo dejé andar.

Hablé con ellos para que me dejaran limpiar ese patio todos los días, así, no tendría la necesidad de contarles mi “pequeño secretito”. Y lo digo entre comillas, porque lo de pequeño, no tardaría mucho en cambiar…

Jugaba con él todos los días. Ahora, sí tenía un dragón de verdad para que defienda mi reino, de los malvados invasores. Poco a poco, le fui enseñando a hablar, y a jugar. Claro que aprendí muchísimo sobre los dragones durante todo ese tiempo. Él aprendía todo, repitiendo lo que yo hacía. Y lo hacía muy rápido. Al final, fui yo la que tuve que ir adaptándome a su ritmo, en lugar de él al mío. Desde la mañana, hasta la noche, me la pasaba todo el día con él. No sé realmente qué comía ni dónde, pero cuando le llevaba las sobras de mi comida, se las devoraba. Aunque en realidad, las cosas no eran tan fáciles. De hecho, iban poniéndose cada vez, más difíciles.

A la semana, era del tamaño de un perro. Al mes, de un caballo. Yo ya no sabía qué inventar, para que mis padres no vayan al patio, y lo vieran. Así, le dije a él, que se vaya, cada vez que ellos querían venir a ver qué estaba haciendo yo. Y así lo hizo. Pero eso, no era lo único. Los rugidos, el movimiento de sus alas, su voz tan fuerte al hablar… Trataba de que juguemos haciendo el menor ruido posible, pero no siempre podíamos. Yo les decía que estaba jugando, nada más. Y por suerte nunca me dijeron nada. Me pregunto ahora, si alguna vez lo habrán visto. Y por el miedo a que los tomen por locos, no habrán dicho nada. Capaz, que ni siquiera lo comentaron entre ellos, no lo sé. Pero un día, me contaron que se había prendido fuego un campo cerca de casa. Y me dio muchísimo miedo que mi dragón, haya tenido algo que ver con eso. Todo eso me asustaba mucho. Pero no sabía en realidad, qué podía hacer.

Su nombre

Un tiempo después, lo vi tan pero tan grande, que decidí que había llegado la hora de ponerle un nombre. Y, como su cuerpo era ya tan grueso como el tronco de un árbol, decidí ponerle, Tronco. Una vez le dije como se iba a llamar, se puso muy pero muy contento. Y empezaron así, nuestras grandes aventuras.

Para ese momento, yo ya podía subirme a su lomo, y claro, él ya podía volar. Entonces, se me ocurrió una genial idea. Los fines de semana, cuando mis padres no trabajaban y se tiraban a dormir la siesta, salíamos a recorrer todo el mundo. ¿Te imaginás? ¡Recorrer el mundo en un dragón! Pasábamos por enormes selvas y bosques, por grandes y altísimas montañas, por los enormes océanos. Recorriendo mares, ríos, lagos, y todo tipo de maravillosos paisajes. Hasta pasamos por los desiertos, y por ciudades llenas de gente, que nos miraban maravilladas. ¿Seré la única niña del mundo, con un verdadero dragón en su casa? Me preguntaba cada noche, antes de irme a dormir. Y aunque no sabía la respuesta, sabía que al día siguiente, él iba a estar ahí, esperándome. Como todos los días. Para jugar, para volar, para emprender nuevas aventuras, para aprender siempre, algo nuevo. Para saber que, aunque siempre había estado sola, ahora tenía un compañero con quien compartir muchísimas cosas.

La colonia

Un día, mis padres me dijeron algo que, realmente me sorprendió mucho. Al fin, iba a tener otros compañeritos. Me iban a llevar, a una colonia de verano. Era una pileta gigante, en la que había muchos nenes de mi edad, con los que iba a poder jugar. Ellos pensaron que así, yo ya no iba a estar más sola. Lo que no sabían, era que yo ya tenía un amigo. Pero tampoco se los podía contar, así que les hice caso, y tuve que ir. Me dijeron que la colonia iba a ser todos los días. Y yo dije… Huuuy… ¿Cómo iba a hacer para poder jugar con tronco entonces?

Empecé a ir a la semana siguiente, y Tronco comenzó a ponerse triste. Cada vez que lo veía, estaba más y más desanimado. Yo no tenía tiempo para jugar con él, y él, obviamente se aburría jugando solito. Me divertía mucho en la pileta con los chicos, y todos charlábamos y jugábamos todo el tiempo. Nadie me creía que tenía un dragón. Y es algo que me enojaba mucho. ¿Cómo no podían creerme? Hasta que un día, decidí demostrarles a todos, que yo tenía razón. Pero además, sería una gran idea, porque al fin, tambiÉn iba a poder volver a jugar con él.

Le dije a tronco, que nos siguiera desde lejos, a mis papás y a mí. Y que fuera a la pileta, cuando los chicos y yo, estemos ahí. Entonces, todos sabrían, que yo nunca había mentido. Y yo podría hacer que juegue con todos nosotros. Pero, no me había dado cuenta, que algo más estaba pasando. Que ya no era solo que no tuviéramos tiempo para jugar. Que había llegado el momento menos esperado.

Nuestra despedida

Era un día hermoso y soleado. Mis padres me llevaron temprano, porque además de la pileta, siempre había desayuno. Y por llegar tarde, a veces me lo perdía. Ese día, casi que llegué antes que todos. Desayunamos, y un ratito más tarde, llegó la hora de meternos a la pileta. Un tiempo después de que estábamos jugando, me decidí a llamarlo. Empecé a gritar su nombre muy muy fuerte, mientras miraba hacia arriba. Y entonces, tronco hizo su gran aparición.

Al principio, todos se quedaron quietos, mirándolo. Parecía como una gran y enorme sombra en el cielo. Hasta que bajó. Los nenes empezaron de a poco a correrse de su camino, para dejarle espacio. Pero al final, empezaron a escaparse, y a salir de la pileta lo más rápido que pudieron, asustados. Él, se posó sobre el agua al frente mío, y se quedó ahí, sin moverse. Y claro, no era raro que también le sorprendiera ver tantos niños juntos. Al fin, me Habló, y me dijo lo que para mí, fueron las palabras más difíciles de escuchar:

—Pequeña Maia. Sé que pasamos bonitos momentos. Sé que me querés muchísimo, y yo a vos también. Pero lamentablemente, no podemos seguir jugando juntos. Ahora, vos ya tenés amigos de tu edad con quienes jugar, y yo también necesito ir con amigos de mi especie. Quiero que sepas, que siempre que pienses en mí, voy a estar en tu corazón. Y que vas a poder contar conmigo, cada vez que me necesites. En tus sueños, en tu imaginación, voy a estar ahí para acompañarte. Pero ahora, cada uno tiene que seguir su camino. —Me subió a su lomo, y volamos por encima de la pileta por última vez. Me bajó despacio al agua, y se elevó hacia el cielo. Lo despedí agitando las manos, y gritándole muy fuerte:

—¡Adióóóóóóóóóóós!

Entendí, con sus palabras, Que había llegado la hora de que ambos empecemos, una nueva etapa de nuestras vidas. Entendí, que ambos, habíamos crecido. Pero que esto, no iba a ser para siempre. Que él iba a seguir visitándome en mis sueños. Algo qué, muchos años después, hasta el día de hoy, sigue pasando. Sigo encontrándolo en mis sueños cada vez que necesito un consejo, cada vez que necesito viajar y volar lejos del mundo que me rodea. Cada vez, que necesito un amigo. Pero de esos amigos que no se encuentran tan a menudo. Aquellos amigos con los que compartimos juegos, sueños, risas, sin que las diferencias nos dividan. Sin que importe si él es un dragón, y yo una niña. Y solo importen, las ganas de jugar y divertirse. Ojalá y todos los niños, puedan tener un amigo así. Un amigo, como mi mejor amigo Tronco.