Sobre vos

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Te preguntarás por qué elegí este título para esta publicación. No sé si sabés, de las veces que entraste a mi blog, que las publicaciones se pueden separar por categorías. Bueno, una de esas categorías, se llama “Sobre mí”. Es donde publico cosas que tienen que ver con cosas personales mías. Y esta, es una de ellas. Entonces, la categoría es sobre mí, y la publicación se llama sobre vos, porque la idea, es hablar sobre nosotras.

Durante toda nuestra relación, tuvimos diferencias. Formas distintas de ver las cosas, de hacerlas, de pensarlas, y de decirlas. Estas diferencias nos llevaban a estar en desacuerdo, a discutir, a pelear. Al final, de alguna forma u otra, llegábamos a un acuerdo, y volvíamos a estar como al principio, o, incluso hasta mejor. Pero hubo un momento, en el que eso, se volvió muchísimo más difícil. A partir del 22 de mayo del 2016, cuando te dije, de la mejor forma que pude, que soy una mujer trans. Desde ese momento, todo aquello que habíamos intentado construir y sostener, se rompió.

Se me ocurre que podemos pensar en esto como si fuese algo de vidrio, no sé, una copa, por ejemplo. Se rompe, pero de alguna forma tratamos de seguir usándola, de ver si hay alguna manera de pegar esos pedazos rotos, para que nuevamente, sea la copa que teníamos, o por lo menos una similar. No funcionó. Cada una a su manera, con sus errores y aciertos, lo intentó, pero no funcionó.

El año pasado, nos dimos cuenta que ya no íbamos a poder arreglar esta copa, y decidimos tirarla. Pero ni siquiera eso fue fácil. ¿Quién se iba a quedar con los pedazos rotos? ¿Las 2? Yo? ¿Vos? ¿Cómo podíamos hacer para separarnos? No pudimos tomar esas decisiones en aquel momento. E incluso hoy, un año después, la situación es tan incierta, que se nos hace difícil pensar en el futuro. ¿Cómo vamos a pensar en el futuro, si ni siquiera sabemos qué va a pasar en los próximos 3 meses?

Pero ojo, esto no se trata de cual de las 2 se equivocó y cual no, o si acaso alguna se equivocó más que la otra. No sería justo que yo dijera quien tiene razón y quien no. No sería justo que nos expongamos a hacer visibles nuestras diferencias, a ver quien tiene la verdad absoluta. No, no, no es mi objetivo. Primero, porque esto lo estoy escribiendo yo, y tratar de verlo desde tu punto de vista, me es tan difícil como a vos tratar de verlo desde el mío. Y segundo, que si yo escribiera algo de eso, vos no tendrías la posibilidad de defenderte. Exponernos a la opinión pública como hacen los famosos, ventilando nuestra vida privada, sinceramente, a mí no me gusta. No, mi idea al escribir esto, es otra, mi sentir, es otro.

El no tomar esas decisiones, sea por las razones que sea, el año pasado, nos llevó a esta situación actual. Desde el ‟16 de marzo, empezamos a cumplir con la cuarentena voluntaria, y a partir del 20, con la obligatoria acá en Argentina. Desde entonces, nuestra forma de convivir, cambió. Y acá, es cuando decido hacer un paréntesis.

Muchas personas, la mayoría diría yo, cuando ocurren cambios importantes en sus vidas, ponen todo en una balanza imaginaria. Lo bueno, y lo malo. Los momentos felices, y los tristes. Y empiezan a ver qué pesa más. Casi siempre, son los momentos malos, pero esto no es casualidad, ni significa para nada que en la vida de las personas, haya más momentos malos que buenos. ¿Entonces, por qué pasa esto? Porque esa balanza nunca anda bien. El cerebro humano, según lo que leí, está configurado para recordar mejor eso que le provoca un impacto fuerte. Es por eso que los momentos malos, son los que las personas más recuerdan. Algunas veces, en casos muy graves, esos momentos son tan malos, que el cerebro los bloquea, impidiendo que los recordemos, pero incluso así, formando parte de nuestro inconsciente, de alguna forma u otra que no somos capaces de entender. Pero en fin, como ya sé que esta balanza de la vida anda mal, decido tirarla a la mierda, y tomar el lado que yo quiera, independientemente de todo lo demás.

Desde que la cuarentena empezó, logramos conectarnos de formas en las que no habíamos podido conectarnos en mucho tiempo. Fuiste la creadora de La Parca, justo cuando yo estaba escribiendo El Encuentro. Estuviste ahí junto con los chicos para socorrerme cuando me desmayé. Fuiste la creadora, cocinera, y organizadora del acto del 25 de mayo incluso eligiendo la canción que íbamos a usar, y la de la idea de que nos vistamos de paisanas. Me trataste en femenino cuando estuve en llamada con mis amigos. Fuiste la de la idea de una historia policial muy chistosa que pronto voy a publicar, y gracias a la cual, decidí crear todo un pueblo ficticio, con un periódico ficticio también, en los cuales, a partir de ahora, la mayoría de mis historias van a estar basadas. Fuiste la organizadora y cocinera de todo el cumple del nene, y entre las 2, escribimos ese hermoso discurso que le publicamos en facebook, y que a tanta gente hizo emocionar. Y me dijiste que escriba algo sobre vos, justo cuando ya estaba pensando en escribir esto. Me encanta que nos sentemos todos los días a desayunar juntas. A charlar de la vida, a planear el almuerzo, la cena. Que colaboremos haciendo la comida. Que veamos las novelas o algún programa. Que hagamos la tarea con la nena, y que hagamos lo mejor posible, teniendo en cuenta nuestras dificultades. Que nos riamos junto con los chicos de los personajes chistosos que inventé, y de los que nadie sabe. Que todos los días sigamos inventando palabras y cosas graciosas para hacer más amena esta cuarentena. Que te animes a cocinar cosas que nunca habías hecho, para tratar de que tengamos menúes diferentes. Poder ayudarte con cualquier cosa, incluso hasta buscándote recetas en internet. Y me encanta que, vos también disfrutes de todos estos lindos momentos. Pero además, si quiero buscar mucho más atrás… Que hayas hecho cosas que te desagradaban, ido a lugares que no querías ir, que me hayas acompañado a comprar ropa muchas veces. Que hayas estado conmigo para sostenerme cuando tuvimos problemas económicos graves. Que hayas estado cuando me enfermé. Que hayamos podido ponernos de acuerdo, como dijiste en facebook el otro día, a pesar de nuestras diferencias, para hacer siempre lo mejor para los chicos, y para acompañarlos cada vez que estuvieron enfermos, cada vez que tuvieron algún problema en la escuela.

No sé que nos deparará el destino. No sé qué pasará con nosotras cuando termine la cuarentena. No sé qué decisiones tomaremos, ni como serán. Pero estoy contenta de que seas mi compañera de viaje en este viaje en el que, precisamente, no se puede viajar. No creo que podamos volver a tener una relación como la que teníamos antes, ya no. Pero sí creo que estamos construyendo algo diferente. Ahora sé que siempre vamos a poder contar la una con la otra, cada vez que nos necesitemos, tanto en los buenos y los malos momentos. Y te estoy muy agradecida por eso. Te deja muchos cariños, tu personaje favorito…

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